Thrice toca el corazón de Barcelona
Quince años hemos tenido que esperar a que Thrice se decidieran a visitar de nuevo la ciudad condal. Un grupo tan representativo de una época como difícil de ver en directo si no quieres salir del país, e incluso de Europa. Así que sabíamos que esta era una oportunidad única que había que aprovechar.
El destino quiso que, una ocasión tan especial como esta coincidiera con otra de altísimo nivel como era el combo Leprous + The Ocean tocando en la sala de arriba, la primera de Apolo. Dos estilos muy distintos, pero una decisión difícil para muchos. Pese a ello, la exclusividad de la vuelta de los californianos resultó en un sold out absoluto tres semanas antes de la fecha.
Petrol Girls: ¡viva la revolución!
Los encargados (tal vez habría que sustituir esas oes por equis) de abrir la noche fueron el grupo inglés Petrol Girls, con un estilo muy representativo de la época dorada de grupos como eran precisamente Thrice. Un post hardcore con tintes punk rock e incluso screamo con muchísima virguería de guitarra, mezclando estilos noventeros con melodías de punteo más actuales, que recordaron por momentos a grupos como Tiny Moving Parts.
Lo primero que nos dejaron claro es que un show de Petrol Girls consiste en presenciar como el grupo, y en especial Ren Aldridge exorcizan los demonios de una sociedad enferma a partir de la ira más absoluta. La reivindicación es clara y entrará con fuego. “No es no”, la visibilidad trans y no binaria, la salud mental o la revolución del feminismo moderno fueron algunos de los temas tratados entre canción y canción y sellados con cada uno de los temas que servían de ejemplo de lo hablado. Lástima que el sonido no les acompañó.
Pero bien es cierto que la descompensación entre elementos y la estridencia de la voz, crearon un ambiente muy garaje que casó a la perfección con una propuesta tan extremadamente directa como esta. Su actuación fue de menos a más, pero a los pocos temas el grupo tenía ya al público en el bolsillo y enamorado no solo de la intensidad de su vocalista sino también de las mencionadas melodías de guitarra que chocaban con lo crudo de la base. Sin duda la perla de su actuación llegó con “Touch Me Again”, que somatizó en su máximo exponente lo real de la rabia que buscaban transmitir.
Thrice: la espera valió la pena
Poquito se hicieron de rogar los americanos. Aún que a juzgar por las caras y la progresiva falta de espacio a muchos aquellos escasos veinte minutos les pesaron como la eternidad. Las luces se apagaban y la emoción salía a relucir. Dustin Kensure y los suyos pisaban una sala española tras tan imperdonable periodo de sequía, sin contar con su presencia en el pasado Download. Eso sí, supieron compensarnos con creces tan dilatada ausencia.
Decidieron empezar su set creando atmosfera con la pausada “Only Us”, de su último larga duración “Palms”. La nueva etapa del grupo tras su vuelta del hiato parece haber funcionado de maravilla entre sus fans, así que las primeras pieles de gallina empezaron a hacer acto de presencia. La voz de rota de Dustin tiene un poder extraordinario no solo en cuanto a la ejecución sino a la hora de crear emoción. Y es que entre el público ya se podían encontrar desde sonrisas cómplices a lágrimas de emoción.
El tono estaba establecido, pero esto acababa de empezar, y el grupo estaba dispuesto a hacer gala de su versatilidad. No en balde su segundo tema fue la icónica “The Image Of The Invisible”, uno de sus más conocidos, emblema de su disco más complejo. Poco tardó el público en darse cuenta de que el empaque con el que cuenta el grupo en sus directos es de órdago. Los temas más potentes duplican su potencia, y las melodías parecen volverse muchísimo más intensas. Por supuesto el tema puso la sala patas arriba con un respetable saltando y coreando como si aquella fuese su última noche sobre la tierra.
Llegados a este punto, el grupo decidió seguir profundizando en esta faceta más oscura. Así que retrocedimos un álbum hasta ‘The Artist In The Ambulance’ con ‘Silhouette’, en que su faceta más post hardcore luce como recién pintada. Los breakdowns y versos guturales de este tema son de lo más trallero que ha compuesto jamás el grupo, y el juego de luces ayudó mucho a reforzar tamaña salvajada.
La elegancia de los clásicos
Tocaba tomarse un respiro previo al inesperado giro de guion. “Just Breathe” ponía a l público a bailar con sus vaivenes arrítmicos y su meloso estribillo. Y tras ello, sin previo aviso ya que el grupo fue escaso, casi nulo en palabras, llegaba la sorpresa. Y es que, tal vez a modo de compensación por la espera, el grupo decidió alargar el setlist que han estado tocando últimamente (también hay que tener en cuenta que hasta ahora han estado girando en modo doble headliner con Refused, lo cual ha reducido el tiempo para los sets de ambos grupos) para hacernos un tour por sus distintas etapas a partir de temas que la mayoría no esperaba escuchar aquella noche.
Con la incorporación de la clásica “Yellow Belly”. “Of Dust And Nations” y su demencial riff post rockero. “At The Last”, representativa de su etapa de transición entre estilos o “Deeper Wells”, de su último EP de caras B, que bien es cierto que pese a ser un caramelo de nostalgia dado su estilo más cercano a su época dorada, sí que se sintió bastante como un descarte.
El punto álgido de la noche llegaba con la comunión de lo viejo y lo nuevo. El combo entre dos de los temas más icónicos de cada etapa. Primero “The Artist In The Ambulance”, homónima de su mejor disco, que generó una catarsis de entrega y felicidad en el respetable que se vio absolutamente reflejada no solo en la interacción del mismo sino en las sonrisas dibujadas en la cara de cada uno. Y tras ella: la emotiva “Hurricane” que hizo cantar a todos y cada uno de los allí presentes, consiguiendo una comunión absolutamente mágica. Y es que si hay una palabra que describe lo que se vivió aquella noche es precisamente: magia.
Otro obsequio que no esperábamos, pese a que debería ser una inamovible de todos sus sets fue “Stare At The Sun”. Todos los temas de este disco son un cañonazo, y la capacidad del grupo de compactar toda su fuerza para apuntar en la misma dirección hace que la emoción suba como la espuma. “Red Sky” fue tal vez uno de los momentos más oscuros y melancólicos de la noche.
Además, el técnico de luces se tomó el título al pie de la letra. La canción está impregnada de una intimidad triste, pero a su vez encapsulada en una épica de proporciones bíblicas que funciona en forma de crescendo hasta que termina por estallar en una explosión de manos hacia el aire y cuerpos danzantes. ‘Vheissu’ es sin duda el álbum más misterioso y el que más explora la faceta experimental del grupo, con la que consiguen momentos de un misticismo bellísimo. Y precisamente nos obsequiaron con algunos de los temas que más explotan este aspecto.
Tras el potente estribillo guitarrero de “Doublespeak” llegaba otra de las que más emocionó a los fans. “Black Honey”, otro tema que supura melancolía ponía al límite la capacidad vocal de Dustin que no falló ni forzó una sola nota en toda la noche. Tras ella, llegaban los coros finales de “In exile”, que pese a funcionar muy bien, recalcaban la sensación de que ‘Beggars’ siempre será visto como un trabajo menor dentro de su discografía.
“The Window” fue uno de los temas que más disparidad de opinión generó tras la impecable vuelta del grupo, pero es innegable que ellos saben exprimir hasta la última gota de su potencial para reforzarla en directo, ya que funcionó a la perfección. Ya puestos en modo de despedida, volvíamos a terrenos más esotéricos, retrocedíamos de nuevo hasta ‘Vheissu’ para ser testigos del apocalipsis que narra “The Earth Will Shake”. Guturales y una guitarra totalmente metalizada para generar una atmosfera absolutamente opresiva y casi catastrofista. La metáfora está clara: la 2 de Apolo quedó derrumbada tras esta segunda venida de Thrice.
El grupo abandonó apresuradamente el escenario, por lo cual nadie del público se creyó su partida. Hubo vítores, silbidos y canticos continuos hasta que se decidieron a volver a escena para regalarnos todo un clásico. “This is an old one” nos anunciaba Dustin antes de arrancar con el trallazo que es “Deadbolt”, que despertó pequeños pogos en distintos puntos de la sala. Todo el mundo sabía que podía pasar mucho hasta que Barcelona volviese a tener la oportunidad de bailar al son de Thrice, o sea que nadie estaba dispuesto a desaprovechar la ocasión.
Y así, tal y como empezamos, con “Palms” y con una atmosfera más calmada tras tamaña tormenta, el grupo interpretó “Beyond The Pines” a modo de emotiva despedida, dejando a su legión profundamente satisfecha pero no empachada. Este es uno de aquellos conciertos de los que muchos hablarán dentro de unos años y que arrancará una sonrisa nostálgica cuando se diga aquello de “Yo vi a Thrice en aquel sold out de la Apolo 2”.
Texto: Titus Ferrer | Fotos: Mavi Parra
Promotor:Hello Cleveland / Live Nation
Día:2019-09-16
Hora:19:30
Sala:Apolo 2
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Petrol Girls
Puntuación:9
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