Resurrection Fest 2018 (Viernes 13): Scorpions alumbra Viveiro
La segunda jornada del Resurrection Fest era, a priori, la más relajada del festival. Scorpions eran los grandes protagonistas, y Megadeth también fueron otros de los que coparon los comentarios del día por haber sido los causantes del cambio de los horarios que trastocaron los planes de muchos de los asistentes al Resurrection Fest 2018 el viernes 13 de julio.
Santo Rostro tocan para un público escaso por el cambio de horarios
A pesar de contar con sólo 5 años de historia, esta banda de heavy metal logra su sitio en el festival inaugurando la jornada del viernes en el Main Stage. Debido a unos cambios de horario en el último momento, su show se vio adelantado una hora. Pocos fueron los que se enteraron y acercaron al Main Stage. A pesar de ello, la banda se mostraba agradecida por el puñadito de personas que se han acercado hasta su breve directo.
El sonido fue potente y excesivo para un público tan reducido, pero contaron con las ventajas de espacio y logística de actuar en el escenario principal. Su música es lenta y pesada, adecuada a las condiciones de este escenario. Los pocos asistentes se mostraron atentos en todo momento, arropando a la banda tras un chasco organizativo difícil de solventar, pero que llevaron lo mejor que han podido.
Pandemia traen el thrash a un Ritual bastante vacío pero muy entregado
Vienen desde Cantabria con su thrash metal y sus ganas de reventar el Ritual pese a la temprana hora. No se vieron afectados por los cambios de horario, por suerte para la banda. La temperatura agradable también es un punto a favor para que más gente se anime a ver estos directos de primera hora. Sin embargo, todo el recinto se encontraba prácticamente vacío, incluido el brutal show de Pandemia.
https://www.youtube.com/watch?v=3cMp6nV3mCU
A pesar de ello, salieron a romper con todo con un sonido brutal y una interpretación que sonaba a puro thrash. Los pocos asistentes se entregaron a tope con la banda, algo difícil de evitar. Incluso se animaron con un par de considerables circle pits. El vocalista tocaba y cantaba agachado por una lesión, algo que no afectó a su interpretación en absoluto. Tras 25 minutos de metal en estado puro, se despidieron de un público al que la tralla le supo a poco.
Los Trono, que no Nostromo
Los encargados de inaugurar el Chaos Stage en la jornada del viernes eran Trono de Sangre. Al tocar a una hora bastante temprana, la afluencia de público era bastante escasa. Suelen ser a las 16:00 o 17:00h las horas que la gente aprovecha para levantarse o comer en temporada de festivales. Pero las jornadas empiezan pronto y con grandes bandas como Trono de Sangre en este caso. Los madrileños se disponían a descargar toda la rabia de su hardcore punk. Su nuevo single, titulado «El Perro Bajo la Piel» data de 2017 era protagonista en esta actuación.
Agradecidos y simpáticos en todo momento, Trono de Sangre consiguieron animar a los presentes que entre palmas recibían temas como «A Las Puertas», tributo a At The Gates musitaban de broma; o «Salón» que no Salou. A pesar de que el respetable se mostró algo inmovil, fue una actuación en general para ser disfrutada.
El metal progresivo de The Contortionist para amenizar
Esta banda americana de metal progresivo cuenta con 3 álbums y 3 EP, material suficiente para un buen show. Arrancaron antes de lo estimado tras los cambios de horario de última hora, pero eso no impidió que un buen número de curiosos se acercaran a su show. Con un sonido psicodélico a ratos, pero potente, impresionaron a los asistentes, que observaban cómodamente esparcidos por el recinto del Main Stage. Tal vez una banda de este estilo hubiera encajado mejor en el Desert, pero el escenario principal no se les queda grande.
Combinando canciones más progresivas y melódicas y otras más aceleradas y tralleras, ofrecieron un show ameno y muy personal. Las subidas y bajadas de intensidad proporcionaron un ritmo que impidió que la atención de los asistentes se disipara. El ambiente se divide entre el relax de los que escuchan cómodamente sentados o tumbados y la observación de los que se arrimaron a las primeras filas para ver en detalle la puesta en escena sencilla y elegante de la banda. Se trata de una banda con un sonido plagado de personalidad, y eso da como resultado un show interesante y entretenido.
El death metal melódico de Rise To Fall levanta a los asistentes
La banda vasca de death metal melódico, Rise To Fall, tiene 3 discos en el mercado (el cuarto saldrá en septiembre) y 12 años de historia a sus espaldas. Combinando voz melódica y gutural, con toques electrónicos que aportan un puntillo personal, llegaron con ganas de darlo todo. Arrancaron a su hora en el Ritual Stage, sin verse afectados por las modificaciones en el horario. Salieron a dolor, llenando el Ritual Stage de energía desde el minuto uno. La zona se fue llenando rápidamente hasta estar considerablemente concurrida, a pesar de que empezaba a apretar el calor con más intensidad.
Los géneros musicales extremos son siempre bien recibidos en el Resu y eso se nota. Los asistentes se animaron desde el primer momento con el sonido brutal y melódico al mismo tiempo de la banda bilbaina. Se podría decir que tanto a nivel sonoro como de recibimiento, el Ritual se les queda pequeño. Esta fue su segunda visita al festival y, seguramente, no será la última. Presentan álbum en unos meses, pero no se olvidaron de repasar sus anteriores trabajos, a pesar de la corta duración del show. Como sucedió en otras ocasiones con bandas de estilos similares, el directo pasó en un suspiro. Breve pero, eso sí, muy intenso.
Samuráis franceses
Con el cambio de horarios la actuación de Rise of the Northstar queda adelantada algo más de una hora, motivo principal por el cual la afluencia de público era algo escasa. La banda proveniente de la Galia hacía acto de presencia con su habitual atuendo de samuráis, todos a conjunto. El sonido que reinó durante toda la actuación dejó bastante que desear, en cierta medida por el viento que hacía. Otro inconveniente era la mala exhalación que hacía que el bajo de Fabulous Fab (sí, así se hace llamar) sonara estrepitosamente alto.
Temas como «What The Fuck» «Again and Again» y «Desmostrating My Saiya Style» daban forma a un divertido show en el que los fans aprovechaban hacer crowdsurfing sin parar. «Dressed all un Black» fue uno de los puntos álgidos del show, pidiendo el vocalista, Vithia, que todos los presentes se sentaran en el suelo para después saltar todos a una al estallar los riffs de guitarra. Pero el momento más esperado sin dudar es la interpretación de «Samuraï Spirit», durante la cual los congregados unían sus gargantas para corear el famoso «Sa-sa-sa-sa-saá».
La energía contagiosa de The Wizards
La banda bilbaina de heavy metal está presentando su segundo álbum, ‘Full Moon In Scorpio’ (2017). A pesar de su corta discografía, consiguen un puesto considerablemente bueno en el line-up del festival, tocando a media tarde en la jornada del viernes. Su sonido formado por potentes bases instrumentales, una poderosa voz y riffs pegadizos, levantó el Desert Stage. Con respecto a la voz, el sonido parece quedarse corto por momentos, desapareciendo bajo la potencia de sus compañeros, donde destacan especialmente los graves. Por suerte, según avanza el concierto, el sonido se compensa.
Repasaron su breve discografía formada por canciones cañeras y animadas que transmiten mucha energía al público. No contaron con demasiado tiempo (unos 40 minutos), pero lo aprovecharon al máximo para propagar entre los asistentes toda su energía. Con un heavy metal con tintes clásicos pero un puntillo más actual (al igual que su estética), los seguidores de este género se deleitaron a gusto con el directo de los vascos. Según iba pasando el tiempo, el Desert Stage se llenaba de aférrimos a lo clásico y demás curiosos, que observaban y disfrutaban del enérgico show.
Megadeth no llegan al aprobado en un show lleno de fisuras
La legendaria banda del Big Four del thrash metal llega con Dave Mustaine a la cabeza acompañado de Kiko Loureiro a la guitarra y Dirk Verbeuren a la batería. Se avecina el desastre cuando anuncian unas horas antes que tocarían antes de lo previsto, provocando un inconveniente considerable para los que venían exclusivamente a verlos a ellos. Por suerte, los seguidores de la banda han tenido tiempo de informarse del percance y organizarse para llegar a tiempo. O, al menos, todos los que abarrotaron el Main Stage hasta el final.
Bien es sabido que la voz de Dave Mustaine vio tiempos mejores, y su show en el festival no fue la excepción. De hecho, la voz sonó terrible. Sin embargo, el nivelazo instrumental de la banda es incuestionable (aunque ha sonado alguna metedura de pata considerable de por medio). El sonido del escenario, por otro lado, suena descompensado, con subidas y bajadas, y la intensidad del volumen se pierde con la distancia. El escenario se ve bastante desangelado, con los 4 músicos bastante juntos y parados. A nivel visual, se les queda grande. A nivel musical, lo llenan bastante, al menos en los buenos momentos del show. Los acompaña la pantalla del Main Stage con imágenes.
El público no parece excesivamente animado al principio, con la excepción de las primeras filas, que es donde se iba apreciando más movimiento. Éste iba en crecimiento según avanzaba el setlist. Sobre la elección de canciones, ésta pareció contentar a su público con su variedad y repaso a algunos de sus himnos. Los momentos instrumentales eran los mejor recibidos, aumentando la energía y entrega del público. Por otro lado, Mustaine tardó unas 4 canciones en saludar a su público, nada sorprendente conociendo su seca y escasa simpatía.
Recordaron temas como «Take No Prisoners», «She Wolf» (canción que no tienen la suerte de oír sus fans en sus directos más breves), o la clásica «Tornado Of Souls» (que nunca falla con sus seguidores, pero en este show ha sonado desastrosa). También recordaron el single principal de su último álbum, «Dystopia», bien valorada a pesar de ser una canción nueva. Su otro gran himno, «Symphony Of Destruction» no fue un gran momento. La base instrumental suena más grave y algo ralentizada para que Dave pueda cantarla con menor dificultad, y eso deforma el resultado final. La interpretación de «Peace Sells» sonaba mejor que en el caso anterior,
justo antes de finalizar con «Holy Wars… The Punishment Due», que también ha sonado bastante bien.
A pesar de ser una banda que suele sonar muy bien a nivel instrumental, hoy no llegan ni al aprobado. Cagadas imperdonables como la pésima interpretación de «Tornado Of Souls» y «Symphony Of Destruction», sus pocas ganas sobre el escenario, una voz incluso más desastrosa de lo habitual y, todo ello, sumado a un cambio de horario que no tiene razón de ser (además de terminar 15 minutos antes porque sí), son motivos más que suficientes. Sin embargo, también se debe añadir que muchos de los asistentes disfrutaban como enanos durante el show y que ha tenido momentos buenos, todo sea dicho.
Tres son multitud
Al tiempo que Megadeth decargaba su traya en el Main , acontecía en el Desert la actuación de Niña Coyote Eta Chico Tornado, un duo gipozcoano cuya propuesta es más que innovadora e interesante. En las inmediaciones se encontraban los pocos curiosos que se atreven a salirse de los status establecidos que alegan que hay que ver en todo momento al cabeza de cartel de turno.
Con apenas dos trabajos de estudio editados: «Lainoland» y «Etae» los de Gipuzcoa están ganando popularidad poco a poco, tocando en dos de los festivales más relevantes del país (Resurrection y Mad Cool). La pareja formada por Koldo Soret (voz y guitarra) y Úrsula Strong (batería) demuestran que con actitud todo es posible. Su Stoner vintage setentero es pura fuerza y maestría y hacía disfrutar a los congregados que allí se encontraban. El momento más especial del show fue cuando los niños del Resu Kids subieron al escenario y la banda interpretó para ellos la cover de Rage Against The Machine, «Killing in the Name».
Brutalidad asegurada con Suffocation
Vuelven por segunda vez al festival con su brutal death metal y sus tremendos guturales. Comenzaron con unos minutos de adelanto por el final anticipado de Megadeth, sacando provecho para atraer a la masa de gente que salía del Main Stage. De hecho, les hubiera correspondido telonearlos, no tocar después, pero ha sido otra de las bandas perjudicadas por las variaciones en los horarios. Mientras unos iban saliendo, muchos otros se quedaban disfrutando del brutal show de la banda. El recibimiento por parte de los asistentes era increíble.
A pesar de no tocar un estilo para todos los gustos, eso no les impidió llenar la zona del Ritual Stage, donde muchos estaban dándolo todo. Desde la primera canción ya se podían ver circle pits y un público a tope de energía. De hecho, el circle pit prácticamente no cesaba mientras avanzaban en su setlist. A pesar de la dificultad que requiere tocar un género musical tan extremo como éste, a la banda no le tiembla el pulso. Su interpretación es más que positiva y, como añadido, el sonido del Ritual acompaña bastante. Su energía sobre el escenario se transmite a su público ansioso de brutalidad.
Progresivamente magistrales
Con los escenarios parados un buen rato debido a los cambios de horario de última hora, toman el relevo Leprous. Éstos se presentan en el Resurrection Fest 2018 como único festival español dentro de su gira de presentación de su nuevo disco, «Malina» (2017). Es precisamente el primer corte del citado álbum,»Bonneville», con la que se inicia el espectáculo. El tema en sí es algo peculiar para comenzar, pues sus primeros segundos, sin apenas acordes de guitarra lo hacen hasta que por fin rompe de lleno la canción la hacen algo extraña para un comienzo.
Desde que la banda de Oslo lanzara «The Congregation» ha conseguido hacerse un hueco entre los más grandes del rock progresivo. Al tratarse de una música contemplativa, en la que tienes que meterte de lleno, observando y pensando en lo que estás viendo, son muchas las personas que aprovechan el rato del concierto de Leprous para centrarse en descansar o charlar con su grupo de amigos. Una pena, porque la música del grupo que comanda Einar Solberg es sencillamente superior. Son los temas de «Malina» y «The Congregation» los que forman parte del setlist de los noruegos.
Por mucho que amenacen con retirarse, seguimos amando a Scorpions
Desde que los alemanes anunciaran su despedida en 2014, podría decirse que han estado casi más activos que nunca. En esos cuatro años han dado una decena de conciertos recorriendo toda la geografía del país, siendo celosamente este el concierto número 50 que la banda ofrece en territorios españoles. Haciéndose de rogar unos minutos, llegaba por fin el momento en que caía el telón y tras el sonido de unos helicópteros acompañando al vídeo que salía en pantalla, se dejaban ver por fin los alemanes Scorpions en el escenario.
«Going Out With A Band» daba el pistoletazo de salida a un imparable show. Con la bandera de España de fondo en la que se observaba la silueta de los 5 músicos de la banda llega «Make It Real». Dos de los clásicos son los siguientes en caer «The Zoo» le pasa el testigo a «Coast to Coast», precedente de un medley que agrupa «Top Of The Bill», «Steamrock Fever», «Speedy’s Coming» y «Catch Your Train». La reciente «We Built This House» del «Return to Forever» (2015), pasaba bastante desapercibida para los fans a pesar de ser una canción preciosa y tener la letra en las pantallas para poder corearla. Un extenso solo de guitarra hacía de enlace para recibir al combo del «Crazy World» (1990).
Se palpaban las ganas en el público de escuchar al señor Klaus Meine cantar una balada y sentir como se te pone la piel de gallina. «Send Me An Angel» y «Winds of Change» son dos de los mayores reclamos de la banda y siempre son cantadas al unísono entre el público al ser interpretadas. Es en la última donde Meine cambia el último estribillo a nuestro idioma tal como nos tienw acostumbrados. Pero las guitarras de Rudolf Schencker y Matthias Jabs volvían a ser enchufadas para «Please Me, Tease Me».
Era tiempo de dar protagonismo al miembro más nuevo de la banda, pero no por ello menos experimentado; al contrario. Hablamos de Mickey Dee (ex batería de Motörhead), que tras interpretar la banda el tema «Overkill» a modo de tributo a Lemmy Killmister, se elebaba más aún si cabía para lucirse en un espléndido solo.
Tras «Blackout» y «Big City Nights» la banda germana decía el primer adiós al respetable.
La verdad es que por mucho que pasen los años la voz de Klaus sigue manteniéndose intacta.
Un concierto de Scorpions sin «Still Loving You» nunca estaría completo. Así pues la considerada la balada por excelencia encabezaba los bises, haciendo que nos brotasen las lágrimas por el rabillo del ojo.
«Rock You Like A Hurricaine» ponía el broche de oro a una actuación más que correcta de los alemanes.
Perdidos en un oscuro paraíso
Una vez finiquitado el hard rock de los Scorpions era hora de cambiar de tercio. El Ritual Stage se tiñe de osuridad para recibir a Paradise Lost. A día de hoy es complicado ver su nombre en los carteles de los festivales españoles, por lo que es todo un honor tenerles en el Resurrection Fest. Vienen a España con un nuevo trabajo de estudio bajo el brazo titulado «Medusa», el cual vienen a presentar.
Aunque su estilo se orienta más hacia el metal gótico, son considerados uno de los precursores de lo que hoy en día conocemos como doom metal. La actuación de los igleses se desarrollaba con una exquisita calidad, repasando temas de todas las etapas de su carrera, con una canción de cada álbum. La única pega que puede sacarse es el gran movimiento de gente, que salían en tromba y dificultaban a quienes no estuvieran en las primeras filas el disfrute total del show.
Sick Of It All: los reyes del hardcore de esta edición
El primer cabeza de cartel de la historia del Resu, repite por cuarta vez en el festival. La banda neoyorkina de hardcore viene a por todas en un festi que siempre será su casa. Esta vez sí que sí, la carpa del Chaos Stage está completamente abarrotada desde la primera canción. Muchos optaron por ver el concierto desde las zonas que rodean la carpa por ser imposible entrar. Era un concierto esperado, y se nota. De hecho, los bailes y los aplausos se veían también en esas zonas fuera de la carpa. Los asistentes se entregan con la banda desde el primer momento, dejándose la piel en uno de los shows más brutales de hardcore de esta edición. Sin duda, ha sido el más concurrido.
La banda también se entrega al 100%, repasando su aclamado repertorio con una gran actitud sobre el escenario. En esta actuación, las tablas se notaron con creces. Al fin y al cabo, pocas bandas invitadas al Resu pueden presumir de tener 30 años de carrera a sus espaldas (de hecho, han publicado un recopilatorio hace sólo un par de años para celebrar la ocasión). Por algo son una de las bandas de hardcore más queridas del festival (y de forma general fuera del hardcore también). Ese hecho no pasa desapercibido para la banda, que se mostraba agradecida por el apoyo recibido una vez más en los escenarios del Resurrection Fest en una visita que no será la última.
Preparados para morir, llegan Angelus Apatrida
Acostumbrados están ya Angelus de cerrar jornadas. Hace apenas unos días fueron los encargados de cerrar el Download Festival en Madrid, ayer fue de igual manera para la jornada del viernes. Este concierto les sirve a los de Albacete para presentar ante el público los temas de su nuevo trabajo «Cabaret de la Guillotine», del que destacan por citar un ejemplo «Sharpen The Guillotine». Para este tema, un intruso hacía acto de presencia en el escenario disfrazado de pulpo.
Como si fuese su primera actuación en el festival de Viveiro, la cual aconteció hace 8 años, la banda de los hermanos Izquierdo se volvía a subía las tablas con todas laa ganas posibles, aunque eso podríamos decir que es algo aue lea caracteriza siempre. Alternando temas más recientes como «Immortals» del «Hidden Evolution» (2015) y algo más antiguas como «Of Men and Tyrants del «Clockwork»(2010) se sucedían los enormes circle pits en la pista.
Siempre agradecidos con su gente, daba Guille las gracias en nombre de todo el cuarteto por aguantar hasta altas horas de la madrugada para verles, presentando a continuación la antifascista y nueva «Downfall of the Nation». Aun con la ausencia de Víctor Valera a la batería, debido a su reciente operación, la base rítmica sigue sonando de manera bestial, gracias al batería de InMute. Como no podía ser de otra forma «Give ‘Em War» y «You Are Next» cierran el apoteósico show.
God Is An Astronaut ofrecen un show relajado y original
El Desert Stage es testigo a última hora de la noche del directo de una banda de post-rock muy valorada en el ámbito europeo. Se trata de la primera visita de la banda al festival, una apuesta distinta para dar variedad al cartel. A pesar de haber salido a escena pasadas las 2 de la madrugada, el Desert Stage está lleno de gente como no lo estuvo en casi niguna otra ocasión. Como parte del atractivo del directo de la banda, el constante juego de luces de colores da un ambientazo al pequeño escenario alternativo. La atmósfera termina de formarse con el compacto y personal sonido de esta banda de post-rock. Iluminación y música se mimetizan en un show realmente original.
A pesar de tener un repertorio íntegramente instrumental, no se echa en falta a un vocalista. La currada base rítmica, llena de matices, se basta por sí misma para llenar el escenario. Sin embargo, la intensidad es tan relajada por momentos, que los ánimos se vieron tentados a irse abajo. De hecho, pasado cerca de medio concierto, el recinto del Desert se veía menos repleto.
De todas formas, a nivel musical ofrecieron un directo completo, complejo y con mucha personalidad, algo muy difícil de lograr en un mundillo donde ya parece que todo se repite. Tal vez sería más fácil apreciarlos en otro horario, y no tras un show de hardcore o metal. En ese caso, la retirada del público sería menos notable, ya que el directo de la banda merece la pena.
Olga Vidal / Tamara Ruiz / Paco García / Dani Bueno
Promotor:Bring The Noise
Día:2018-07-13
Hora:14:30
Sala:Campos de Futbol de Celeiro
Ciudad:Viveiro
Puntuación:8
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