Tras una larga espera, por fin aterrizó en nuestro país una de las giras más esperadas de la temporada de otoño y de 2022 entero. El largo periodo pandémico, marcado por la ausencia de grandes giras, ha convertido el tour de Amon Amarth y Machine Head en uno de los primeros tours de gran formato en el metal en llevarse a cabo.

Las citadas bandas son de las más solventes y destacadas del panorama del metal actual, y cada una, abanderada de su propio subgénero, hace mérito noche tras noche para demostrar que son parte del tan reclamado relevo generacional. El poder desarrollar su espectáculo en el Palacio Vistalegre implica otro nivel de producción escénica y por ende más caché y más atractivo para ser capaces de llenar un recinto de tales características, como bien hicieron Amon Amarth junto a Arch Enemy en 2019.

El combo de bandas llegaba a Madrid con el patinazo de haber sufrido un cambio de sala en Barcelona la noche anterior, causa directa de la poca venta de entradas, así que esta era la oportunidad de resarcirse en España y mostrar hasta dónde puede ser impresionante su producción.

La guinda del pastel

Si únicamente teniendo a los dos cabezas de cartel, el menú era más que apetecible, el hecho de contar con The Halo Effect como invitados especiales, supuso el deleite para más de un amante del death melódico. La banda creada por los antiguos miembros de In Flames, junto a Mikael Stanne (vocalista de Dark Tranquillity), ha escalado rápidamente puestos de popularidad debido a la trayectoria y habilidad de sus miembros fundadores.

The Halo Effect (Foto: Nocnar Tosnophal)

Este tour supone la primera gira para ellos como banda, factor que como es obvio imposibilita llevar a cabo una producción en el escenario como la de sus compañeros de escenario. El setlist estuvo compuesto por una selección de temas de su único disco editado hasta la fecha, ‘Days Of The Lost’, siendo precisamente el corte de titulo homónimo el que rompió el hielo dentro del recinto madrileño.

Los cortes más destacados fueron “The Needless End”, “Feel What I Believe” y “Last Of Our Kind”, que semanas atrás salieron a la luz como singles para ir abriendo boca de lo que sería su primer trabajo de estudio. El sonido fue limpio y cristalino, algo a destacar en una actuación de esta índole. El quinteto se mostró enérgico sobre las tablas, y con actitud impecable pese a ser los más desconocidos del día, lo que propició que el respetable ovacionase su show al abandonar las tablas. “Shadowminds” puso punto final a una actuación que dejó buen sabor de boca.

El comienzo del éxtasis

El hecho de compartir la cabecera ha llevado a la alternancia en el orden entre las actuaciones de Machine Head y Amon Amarth. En el caso de la capital, fue a los vikingos a quienes les tocó actuar en primer lugar, aunque el tiempo en escena no sería el de un telonero, si no que se igualaría al que Machine Head tendría posteriormente.

Amon Amarth (Foto: Nocnar Tosnophal)

Aun así, era de notar que contaban con un tiempo menor que en su gira anterior por lo que apostaron fuerte al iniciar su show directamente con “Guardians Of Asgard”. El llevar un show a un nivel superior implica que el mismo esté supeditado a una experiencia teatral característica propia. Nadie más volverá a imaginar un espectáculo de Amon Amarth sin que la batería de Jocke Wallgren esté subida a un enorme casco vikingo, o sin que diversas llamaradas surjan del escenario como sucedió en “Raven’s Flight”. Que un Loki siniestro se adueñe del escenario también es una de las partes fundamentales, como sucedió en “Deceiver Of The Gods”, presentada por un Johan Hegg, que presumió de su buen uso del castellano para la ocasión.

Amon Amarth (Foto: Nocnar Tosnophal)

“The Pursuit Of Vikings” fue el último clásico en caer antes de presentar las neófitas “Heidrun” y la que da título a su nuevo disco, “The Heathen Army”, que, aunque fueron recibidas con jolgorio no tienen la misma acogida y pegada que los clásicos. No hubo grandes guiños al pasado, tan solo pinceladas del material que la banda editó hace una década con “Destroyer Of The Universe” del ‘Surtur Rising (2011), para enseguida volver al presente más inmediato con “Put Your Back Into The Oar”, que remontaba a 2006 a través de “Cry Of The Black Birds”.

Amon Amarth (Foto: Nocnar Tosnophal)

La imprescindible “The Way Of Vikings” marcó una vertiginosa cuenta atrás hacia la recta final del concierto, en la que fueron protagonistas la potente “Shield Wall” y “Raise Your Horn”. Para esta última los músicos bebieron de su cuerno y brindaron con sus seguidores el éxito cosechado en la velada, para finalmente concluir el show con un “Twilight Of The Thunder God” que incluyó un Jörmungandr gigante con el que Hegg se enfrentó, cual poseído por el espíritu de Thor, para recrear la épica portada del trabajo homónimo.

Amon Amarth (Foto: Nocnar Tosnophal)

Los suecos se tomaron su tiempo para bajarse del escenario, deseosos de ofrecer más a su séquito de fans, pero para el respetable le quedaba aún una gran descarga por delante y, en un cómputo global, el show de Amon Amarth contó con fuego y explosiones pero en ocasiones se percibió un poco flojo en este aspecto y tuvo un toque monótono que hizo hasta que se sintiera demasiado extenso.

La capital en llamas

No hay que echar la vista atrás demasiado tiempo para recordar la última vez que Machine Head visitó nuestro país, pues dentro de ser una banda americana tienen su punto de mira siempre puesto en su público europeo. Su anterior actuación en la capital se remonta a 2018, meses antes de que su líder, Rob Flynn anunciase que el guitarrista Phil Demmel y el batería Dave McClain se iban de formación. Lo que parecía una debacle para los de Oakland le ha servido a su citado frontman para coger más fuerzas y alzarse nuevamente con energías renovadas.

Machine Head (Foto: Nocnar Tosnophal)

Como es habitual “Diary Of A Madman” de Ozzy Osbourne anuncia el inicio de sus actuaciones, y es al final de esta cuando el telón que alberga pintado en rojo un gigante “Machine Fuckin Head” cae para dejar paso a los músicos. El cuarteto se subió a las tablas como una verdadera apisonadora y “BECØME THE FIRESTØRM” desató la locura. A pesar de ser un tema reciente, de su último trabajo “Øf Kingdøm And Crøwn” el respetable coreó cada una de sus estrofas, algo que ocurriría con “Imperium”, pieza clave de ‘Throught The Ashes Of Empire’ que calentó la pista hasta el punto de ebullición.

Machine Head (Foto: Nocnar Tosnophal)

“Ten Ton Hammer”, primera pieza de su era noventera (concretamente del ’97) desató la locura finalmente donde lo que comenzaron siendo dos circle pits independientes se aunaron para convertirse en uno solo gigante por petición de los músicos durante “I Am Hell (Sonata In C#)”, una de las dos en las cuales llamaradas que pocos grupos pueden presumir de llevar en cuanto altura iluminaron Vistalegre. El set preparado para esta gira no era especialmente largo acostumbrados a tocar una media de unos 20 temas en sus tours en solitario, por lo que los temas escogidos fueron pinceladas de los éxitos de la banda de Flynn. Entre ellos, otro corte nuevo, como  en la ciudad Condal la noche anterior: “CHØKE ØN THE ASHES ØF YØUR HATE” (que sustituyó a “Aesthetics Of Hate” de ‘The Blackening’, que era la que estaba prevista en este slot para Madrid).

Machine Head (Foto: Nocnar Tosnophal)

Entre tanta tralla hubo tiempo para bajar las revoluciones y emocionar al respetable con “Darkness Within” después de lanzar un par de vasos de cerveza a una seguidora alzada a hombros en medio de la pista. El corte en cuestión estuvo introducido por el discurso de Rob Flynn, como siempre, donde dedicó pausadamente el transcurso de sus versos a la importancia de la salud mental, la depresión y el cómo la música le ha salvado a él y cada uno de los presentes en muchos momentos de la vida.

Machine Head (Foto: Nocnar Tosnophal)

Poco duró la calma y la emoción tras ver a todo Madrid coreando la melodía final del tema, pues “Now We Die” y “From This Day” pusieron de nuevo los decibelios al máximo hasta llegar a la imprescindible “Davidian”; uno de los himnos por antonomasia de la formación encuadrado en su debut ‘Burn My Eyes’ de 1994, que además fue la otra canción donde el fuego hizo acto de presencia de manera poderosa. Bien es sabida la predilección del propio Flynn por las versiones, unas grabadas en sus discos, y otras como “South Of Heaven” de Slayer usadas para culminar su descarga antes de despedirse.

Machine Head (Foto: Nocnar Tosnophal)

Sin mayor dilación, “Halo” finalizó un show que se antojó demasiado corto, aunque dejó un aura de electrizante energía y vitalidad en todo el recinto. Las llamas de una decena de metros de altura elevaron el espectáculo de los americanos a su máximo exponente e hicieron que la comunión entre público y banda fuese aún más perfecta, tanto en Machine Head, como en Amon Amarth. Quedó demostrando que la sinergia creada con estos tours de doble protagonismo funciona a la perfección, y aunque la asistencia pudo haber sido aún más masiva, los que asistieron  a este “Vikings & Lionhearts” tour se llevaron un recuerdo que les va a ser difícil de olvidar. Eso sí, la gente estuvo más entregada con los norteamericanos, que en esta ocasión le comieron la tostada a los suecos.

Texto: Tamara Ruiz | Fotos: Nocnar Tosnophal

Promotor:Bring The Noise + Madness! Live

Hora:17:30

Sala:Palacio Vistalegre

Ciudad:Madrid

Teloneros:Amon Amarth, The Halo Effect

Puntuación:8