Una de las modificaciones apreciables tras el regreso del festival ha sido el temprano horario con el que se inauguraba la jornada del jueves. Las actuaciones comenzaban a las 14:50h de la tarde bajo un intenso sol que poco favorecía a la primera banda en salir a escena.

Feuerschwanz tenían la ardua tarea de romper el hielo bajo estas condiciones con el hándicap añadido de ser una banda bastante desconocida por nuestro país. Aún con todo en contra, la banda alemana sacó a escena todo su arsenal, nunca mejor dicho, pues sobre tablas los músicos llevaban sus armaduras de guerra. Los valientes que desafiaron a las altas temperaturas se entregaron al máximo -incluso cantaron la totalidad de temas en el idioma natal del grupo-. Un buen aperitivo para el largo día que quedaba aún por delante.

Feuerschwanz (Foto: Nacho García)

El desértico calor y el apabullante sol ayudaron a elevar la propuesta de Myrath, que como un todo se siente como un misterioso viaje por el desierto con su melódico power metal con toques del folk y retazos de progresivos. Muy similares y a la vez muy diferentes del power metal más coral que resto de bandas, los tunecinos lograron capturar a lomos de una producción que incluyó a bailarines con fuego en temas como «Believer» pero que incluía detalles que convertían el escenario en un palacio bereber: desde los cojines junto a la batería hasta el ingenioso backdrop con motivos de Oriente Medio.

Myrath (Foto: Lolo)

Myrath parecen estarse trabajando con mucho ímpetu al público español -al que siempre obsequian con una experiencia teatral y cautivadora-. Ya desde «Dance» captaron la atención de una audiencia algo atolondrada, si bien no su veneración, algo que aún ha de conseguirse con los años. Aunque el concierto tuvo pocos temas debe considerarse el ambicioso planteamiento de sus espectáculos que compensa la poca cantidad de canciones con una producción que ,aunque fue eclipsada por la de los cabezas, dio a los mismos niveles una habladuría entre el público como ganas de verles en un show propio.

Myrath (Foto: Lolo)

Los alemanes Nachtblut tiñeron de metal gótico el Mark Reale Stage a primera hora de la tarde. Con una cuidada puesta en escena, la banda liderada por el vocalista Askeroth ofrecieron una combinación de sonidos extremos y melódicos que fue calando poco a poco entre el público. En su repertorio sonaron temas como “Amok”, “Kreuzigung” o “Ich Trinnke Blut” que se podrá volver a escuchar en España después de verano según anunciaron.

Nachtblut (Foto: Nacho García)

A escasos minutos de dar las 17:00h de la tarde, Stratovarius, la banda comandada por Timo Kotipelto irrumpió en el Jesús de la Rosa para hacer vibrar a los amantes del power metal con “Phoenix». No tardó en caer la mítica «Eagleheart», preludio para presentar su nuevo corte «Survive». «4000 Rainy Nights» hizo decaer las revoluciones a un punto que ni «Paradise» consiguió animar minutos más tarde. El concierto de Stratovarius se desarrolló con los decibelios al mínimo, acorde con el nivel de energía que mostraron los miembros de la formación sobre el escenario, que desarrollaron un show bastante monótono.

Stratovarius (Foto: Nacho García)

El setlist tampoco fue el más acertado. Aunque la banda finesa tuviera el detalle de presentar «Firefly» en el festival sin que hubiera visto la luz, el hecho de basarse en interpretar temas nuevos que impedían al respetable corear los estribillos hizo que este perdiese la atención en la actuación. «Black Diamond», «Unbreakable» y «Hunting High And Low» consiguieron remontar medianamente el nivel de una actuación que pasó sin pena ni gloria por el festival.

Stratovarius (Foto: Nacho García)

El componente más pequeño de la gira de thrash que está rodando por España (con Exodus y Testament a la cabeza), Heathen -quienes son injustamente pasados por alto-, tuvieron ocasión de brillar a una hora inmejorable y al abrigo de ser el acontecimiento destinado a hacer saltar las primeras chispas en el Mark Reale. En una jornada con las ya mencionadas eminencias del thrash en su cartel, no fue de extrañar que la pista se llenara de la clásica calaña beoda con ganas de los mosh pits que hacen de los conciertos de thrash en festivales sean algo memorable.

Heathen (Foto: Nacho García)

En oportuno contraste con el power metal popero que Stratovarius estaba desgranando en el principal, el fan thrasher promedio huyó a la sombra del Reale para desatarse al ritmo de “Hypnotized” o “Death By Hanging”, auténticos petardazos asesinos que, sumados a la apabullante entrega de la banda, culminaron un show intenso y bastante divertido de contemplar. Muchos de estos fans emigrarían al escenario principal para consolidar el thrash metal como la propuesta definitiva de esta segunda jornada.

Heathen (Foto: Nacho García)

Todo lo contrario a Stratovarius fue la actuación de Lord Of The Lost en el escenario Azucena. Los alemanes marcaron el contraste más alternativo del elenco de bandas de esta edición, factor que a priori parecía jugar en su contra por el tipo de público que alberga el festival.  Su propuesta oscila entre el metal industrial como el de Oomph! o Rammstein y el rock gótico de HIM y su despliegue de medios sobre las tablas se fundamenta principalmente en el un derroche de energía que se mete al público al bolsillo sin demasiado esfuerzo. 

Lord of the Lost (Foto: Lolo)

La banda comandada por Chris «The Lord» Harms se atrevió a poner sobre la mesa incluso la versión de Lady Gaga, «Judas», perteneciente a su EP ‘The Heartbeat Of The Devil’. Aunque la masa no parecía comprender su espectáculo, los teutones lograron cautivar a los corazones leyenderos y ganar así algún adepto para sus próximas visitas a España.

Lord of the Lost (Foto: Lolo)

Una vez más, una joven promesa en el escenario Mark Reale: Vended, la banda compuesta por Griffin Taylor, hijo del cantante de Slipknot y Stone Sour, Corey Taylor y el batería Simon Crahan, hijo del percusionista (y líder) también de Slipknot Shawn “Clown” Craham. Tras cambios en el último momento en el orden en el que tocaban Cano y Vended, los grupos intercambiaron sus lugares en el horario con respecto a lo anunciado originalmente.

Vended (Foto: Jesús Martínez)

El parecido musical y estilístico queda patente desde el primer momento, pero eso no importó al ver la propia personalidad que despreden, lo que regaló un concierto lleno de energía y que exhibió un sonido pesado y veloz y muy potentes en temas como “Dead To Me” con su chirriante guitarra inicial y a Griffin destacando por encima de todo, la brutal “Antibody” donde se formo un gran circle pit, y “Asylum”, en la que destacó su base rítmica y una coreografía perfecta de los músicos haciendo headbanging. Aún es pronto para saber qué será de esta banda, pero no van por mal camino.

Vended (Foto: Jesús Martínez)

«Kicked In The Teeth» de AC/DC sonó por la PA y ya animó a un público que tenía ganas de sangre con Exodus. Había algo en el aire, como la calma que precede a la tormenta, un montón de energía contenida en un espacio no necesariamente pequeño. Hubo un inmenso pogo frente al escenario que se volvió especialmente cruento en «A Lesson in Violence», que destruyó el Leyendas con su apabullante riff salido de las profundidades de la Bay Area.

Exodus (Foto: Nacho García)

«The Years Of Death And Dying» de su más reciente ‘Persona Non Grata’ cayó un poco más fría por su capacidad estricta de generar pogos, pero sí que mantuvo muy activo a un público que había ido allí a perder la cabeza. Exodus no levantaron el pie del acelerador en todo su show y sumió a los presentes en una hora de tormenta de riffs asesinos y locura colectiva. Un Tom Hunting pletórico tocó la intro de «Piranha», que logró el difícil hito de calentar más unos ánimos que a poco estaban de hacer estallar todo el recinto en llamas y se tomó la única pausa del show para encarar un trallazo de la magnitud de «Prescribing Horror”.

Exodus (Foto: Lolo)

Una recta final llena de clásicos dorados como «Bonded By Blood», una «Toxic Waltz» muy coreada y «Strike Of The Beast” culminaron un concierto de 10 con el estallido ensordecedor de su wall of death. Quedaban dos grandes leyendas del thrash por actuar, pero Exodus se encargó de dejar los estándares de locura muy altos.

Exodus (Foto: Nacho García)

Easy Rider tuvo la mala suerte de coincidir con Exodus en el escenario principal y con muchos de los asistentes comiendo por algún lugar, pero aun así su concierto pecó de cierta linealidad, lo que impidió que los feligreses que sí que se habían reunido al amparo del Mark Reale no pudieran volcarse plenamente en su show. Esta jornada resultó especialmente cruenta pata los grupos del escenario pequeño, pero de lo que no cabe duda es que de si unos fans van a verte hasta un rincón recóndito del festival, lo mínimo es tratar de compensar sus esfuerzos.

The Iron Maidens (Foto: Nacho García)

El curioso tributo conocido como The Iron Maidens es, para todo aquel que haya vivido bajo una roca los últimos años, un tributo a Iron Maiden con integrantes femeninas. Pese a que dos polémicas se hacen una, por el género de los músicos y por el drama de siempre con los tributos, cierto es que permitió escuchar clásicos como «Aces High» con un giro refrescante aparte de interpretar auténticas joyas como «Stranger In A Strange Land», que Maiden lleva sin tocar desde 1986.

The Iron Maidens (Foto: Nacho García)

El público se volcó rápidamente en la extravagante propuesta, cosa normal cuando en dicho show de pronto la cantante apareció vestida como el mismo Bruce Dickinson en “The Trooper”, lo que siempre es una forma divertida de meterte al público en el bolsillo. Pero el entusiasmo o la entrega no fueron los problemas que truncaron la actuación de The Iron Maidens, sino un sonido atroz, espeso y por momentos inaudibles que llegaron a enmudecer la guitarra de Cox en varios momentos clave de las canciones.

The Iron Maidens (Foto: Nacho García)

Fueron estos problemas técnicos los que impidieron que canciones como «Revelations» no pudieran sonar en todo su esplendor -auspiciando a que solo una pequeña parte del público les estuviera prestando atención-. Con todo ello, el gran dilema fue la propia ejecución de la banda, a la que se percibió muy torpe y amateur sobre el escenario sin poder evitar sentirse que el main stage les iba grande. El concierto concluyó con «Wasted Years», que reflejó lo que había sido el concierto: una algarabía de sonido y de momentos llamados a ser entrañables. El solo casi no se escuchó, pero eh, salió el Eddie del ‘Somewhere In Time’.

Leyendas del Rock 2022 (Foto: Nacho García)

Otra de las incorporaciones de última hora a este Leyendas del Rock 2022 fue la de Dry River. Los castellonenses ofrecieron un magnífico directo con el vocalista Ángel Belinchón al frente, que ejerció como maestro de ceremonias y derrochó muy buen rollo. Música sin etiquetas donde lo que prima es la calidad y la versatilidad de estos músicos, que en un rápido repaso a su trayectoria recordaron temas como “Fundido A Negro “o la balada “Me Va A Faltar El Aire”. La elegida para despedirse fue “Traspasa Mi Piel”, uno de los cortes más celebrados por el público.

Dry River (Foto: Nacho García)

Testament recogieron el testigo de sus compañeros de gira, Exodus. El esquema de bandas de gira se repitió casi idéntico al tour que realizaron justo días antes del estallido de la pandemia (cambia Heathen por Death Angel). Para este show, y como viene siendo habitual en bandas de este estilo, el volumen atronador fue el protagonista y no dejó títere con cabeza en la interpretación de cada canción, lo que sació a los amantes del thrash esa sed energía que aún Exodus no habían conseguido mitigar.

Testament (Foto: Jesús Martínez)

Esta actuación traía consigo el relevo en la batería tras la vacante por Gene Holgan, pero Dave Lombardo (ex-Slayer y anteriormente en las filas de la formación) nunca defrauda y es un seguro de vida tras los platos. Los de la Bay Area comenzaron su descarga con «Rise Up», que desató la locura en la pista. Poco más tardaron en aparecer hits de la talla de «The New Order” que dieron muestra de la gran descarga que caería en Villena durante la próxima hora.

Testament (Foto: Lolo)

La banda que comanda Chuck Billy las tiene todas consigo para demostrar que es un titán del género con el virtuosismo que plasman del mismo modo Alex Skolnick y Eric Peterson en la delantera a las seis cuerdas. Cortes más recientes de la banda como «The Pale King» o «Children Of The Next Level» funcionaron con la misma soltura que himnos de la talla de  «Practice What You Preach», en los que la pista era un hervidero de mosh pits.

Testament (Foto: Lolo)

Para la traca final estuvo «Alone In The Dark», tal como narró el señor Billy para animar al respetable. El show de Testament puede ser perfectamente tildado como el de un cabeza de cartel, y su producción así lo denotaba; sin embargo, la congregación no fue tan masiva como los grupos posicionados en lo más alto.

Testament (Foto: Lolo)

Lleno casi absoluto en el escenario pequeño para ver a la banda polaca Crystal Viper haciendo lo que mejor se les da: música con velocidad y pegada. El grupo de speed metal, capitaneado por Marta Gabriel y Andy Wave a las guitarras, destripó al público, que no dejo de corear y alzar el puño en cada estribillo. Gustó mucho, aunque el sonido no fue muy allá en algunos momentos. No obstante, la actitud que pusieron hizo que fuese una de las mejores descargas del día gracias a las interminables sonrisas de su frontwoman.

Crystal Viper (Foto: Lolo)

Destacaron canciones como la rítmica “Crimen Excepta”, la frenética “Metal Nation” -que fue de las más aplaudidas y donde la banda se recreó haciendo cantar al publico intentando imitar a su vocalista- y cerró “The Last Axeman” con un impecable Tomasz “Golem” Danczak en la batería y un juego de guitarras al más puro heavy metal clásico.

El culmen del thrash

Una escenografía muy lograda consiguió que la espera para Kreator presentara a varios cadáveres ahorcados y unos prometedores cañones que se pusieron a disparar humo en cuanto las primeras notas de «Violent Revolution» invadieron el escenario. Los pogos se materializaron incluso con temas más recientes como «Hate Über Alles» porque al final ir a un concierto de Kreator es como entrar a un buffet: no puedes ir a comer sin ser comedido.

Kreator (Foto: Lolo)

Visto lo visto, no es muy difícil tener al público enloquecido cuando en tu haber hay riffs como el de “Phobia» o cuando «Terrible Certainty» inundó el escenario con unos escandalosos cañonazos de humo y llamas. El Azucena Stage se convirtió en un círculo del infierno por derecho propio, una plataforma ambientada a la perfección que elevó y escenificó la maligna propuesta del cuarteto alemán.

Kreator (Foto: Lolo)

El show estuvo repleto de grandes momentos de todas las épocas de la banda sin abusar ni de la nostalgia ni de darle más bombo a lo nuevo.»Hail To The Hordes» funcionó muy bien junto a temas como «666 World Divided” incluso junto a auténticos clásicos como una «Enemy Of God» que levantó una vaharada de gritos que rivalizaba con la propia producción. El ominoso preludio que es «Mars Mantra» sirvió para presentar a «Phantom Antichrist» apabullantemente -que a estas alturas de la película ya es tan indispensable en un set de Kreator como sus éxitos de los ’80-. La intensidad de la actuación se construyó principalmente sobre la sinergia que se aportaban las canciones entre sí como la cañera «Strongest Of The Strong».

Kreator (Foto: Lolo)

Los encargados de coronar la actuación del cabeza de cartel fueron nada más y nada menos que dos himnos: el primero un «Flag Of Hate» en el que Petrozza blandió la homónima bandera sobre el escenario llameante para culminar con el segundo en un «Pleasure To Kill» tan apoteósicamente destructivo que fue un milagro que el propio escenario no se derrumbara. No hubo lugar a dudas. Kreator se alzaron como los cabezas de cartel indiscutibles y los absolutos triunfadores de la jornada tanto por la congregación de seguidores como por la ambición de su producción -que demostró de lo que son capaces cuando se les deposita la confianza suficiente-.

Kreator (Foto: Nacho García)

Paralelamente a la propuesta de Kreator, Cano ofreció el primer concierto de su trayectoria. La banda de José Cano, ex-vocalista de  Centinela, tuvo la mala suerte de debutar solapada con uno de los cabezas de cartel de la edición, lo que mermó la asistencia en el Mark Reale. Junto a sus antiguos compañeros de banda Fernando Moya y Javier Simarro, el vocalista interpretó los temas que dan vida a los dos trabajos que tiene la banda en su haber: ‘La Zozobra’ y ‘La Encrucijada’ (este último el que tuvo más peso en el setlist).

Leyendas del Rock 2022 (Foto: Nacho García)

Esta edición del Leyendas acogió un acontecimiento muy especial, y es que se pudo presenciar otro debut más: el primer concierto de Adventus, proyecto célebre por estar encabezado por Víctor García de Warcry (habituales en el Leyendas del Rock), que aún permanecen en un stand by que te hecho se anunció en 2019.

Adventus (Foto: Lolo)

Desde las primeras notas de «Némesis» se pudo apreciar que la propuesta era muy distinta a lo que Warcry podría tener acostumbrado al público. En el power metal español siempre ha habido una nada desdeñable inclinación hacia el progresivo aun cuando pudiera menoscabar el entretenimiento que uno podría haber llegado a esperar de un concierto así. No hubo gritos al cielo ni épicos coros que pudieran conquistar al agotado público de madrugada. Hubo muchos que contemplaron el concierto con reverencia, pero se notó que se trataban de incondicionales que habían seguido la estela de la banda desde su origen; pero el oyente casual, aquel que solo conoce la banda por sus lazos con Wacry, probablemente se hallaría a sí mismo confuso, quizás algo fuera de lugar.

Adventus (Foto: Nacho García)

Las sensaciones no fueron malas, pero el Leyendas no parece el lugar indicado para hacer debutar un proyecto que acaba de nacer como este. Sí, hubo temas como «Más Fuerte Que El Dolor» que gozaron de una acogida nada desdeñable, pero después de la tralla conjunta de Testament y Kreator, la fría tranquilidad de Adventus se sintió como la música de fondo que ponen en una discoteca cuando quieren desalojarla. No hay que perderle la pista al conjunto pero, por el motivo que fuera, la del jueves no fue su noche.

Adventus (Foto: Lolo)

Pasada la 01:00h de la madrugada llegaba el turno del metal sinfónico de la mano de la formación pamplonesa Diabulus In Música. La banda liderada por la vocalista y compositora Zuberoa Aznárez y el teclista Gorka Elso sumergió al público en una auténtica tormenta sinfónica, de la mano de canciones como “Shadow Of The Throne” u “Otoi”. Tras esta última, Gorka agradeció al público su asistencia, y ya en la recta final Zuberoa se acompañó de la flauta travesera para una impecable interpretación de “Earthly Illusions” con la que se despidieron.

Diabulus in Musica (Foto: Lolo)

Los últimos días en las redes se viralizó la broma de que en el Leyendas del Rock pasó con Mägo De Oz lo que en Barcelona Rock Fest con Manowar -pese a que las circunstancias no podrían ser más distintas-. La ausencia de Mägo De Oz por la salud de sus vocalistas fue palizada por la actuación a última hora de Runa Llena, que a priori es un placebo más que capaz. Aunque el festival estaba en medio de una desbandada salvaje, su equilibrio perfecto entre el folk más bailable y el power metal más directo sirvieron para atraer a un buen grupo de curiosos.

Runa Llena (Foto: Lolo)

Temas propios como «Última Llamada» con un espíritu muy power metal electrificaron a un público que comenzaba a aquejar las largas horas pasadas en el festival. «Océanos De Soledad» dirigió el show hacia un tramo final del concierto junto con «Lado Oscuro», que afirmaba hablar de nada más y nada menos que Anakin Skywalker y de sus problemas laborales. Y así, a base de simpatía, Runa Llena cerraron el escenario principal. No lograran hacer olvidar a Mägo De Oz, pero sí que fueron una buena fiesta en ese horario.

Runa Llena (Foto: Lolo)

Para cerrar la noche en el Mark Reale tenían la fiesta preparada los hardrockeros Jolly Joker. Hace unos meses que se encargaron de ser los anfitriones de una de las semifinales de Madrid del concurso de bandas del festival, por lo que en el propio evento no podía faltar su presencia. «Rockin’ In Stereo» y «Hey You» dieron el pistoletazo de salida, y poco más hizo falta ganarse al público que había aguantado hasta el final de la jornada. 

Jolly Joker (Foto: Nacho García)

El tándem que forman el vocalista Lane Lazy y el guitarrista Yannick Bonora es incombustible desde el momento que pisan las tablas. Los valencianos venían presentando su nuevo disco ‘Loud & Proud’, del que sonaron «I Don’t Care» y «Motor» entre otras -en esta última el citado cantante lanzó una petaca a uno de sus seguidores de la primera fila-. Durante gran parte de la actuación acompañó al cuarteto un amigo de su ciudad que hizo las labores de teclista y añadió un toque de calidad extra si es que cabe. 

Jolly Joker (Foto: Nacho García)

El sonido contó con una calidad imperiosa, mejor incluso que el de alguna de las bandas de los escenarios principales. Aunque ver a Jolly Joker suele ser sinónimo de calidad, hay que recalcar que mereció la pena quedarse hasta horas intempestivas para disfrutar de su actuación en el festival que terminó con el espectáculo del jueves en Villena.

Texto: Tamara Ruiz, Marc Fernández, Nacho García y Jesús Martínez | Fotos: Lolo, Jesús Martínez y Nacho García

Promotor:Run To The Hills

Día:2022-08-04

Hora:14:00

Sala:Polideportivo Municipal

Ciudad:Villena

Puntuación:7