Goblins y unicornios con Gloryhammer en Madrid

Gloryhammer siguen su odisea a la cima, visitando nuevamente nuestro país y muy bien acompañados, en una gira anunciada con mucha antelación y llenando casi hasta los topes la céntrica sala Mon de Madrid.

Los italianos Wind Rose se presentaban en Madrid como el primer telonero de la noche, y lejos de ofrecer la típica estampa de sala medio vacía, con la presencia de la banda, ya había congregadas un buen puñado de personas. Tocaron poco más de media hora bastante apelotonados en el escenario por la extravagancia de sus atuendos y presentaron su último ‘Wintersaga’ para los presentes. Después ya había más ganas, sobre todo por ver a los divertidos Nekrogoblikon y a su goblin franquicia en escena, pero entre que eran siete intentando no aplastarse unos a otros sobre las tablas, que el sonido no acompañó y que la mitad del concierto fue en la penumbra, dejaron un sabor más bien malo.

Nekrogoblikon (Foto: Clara S. Gallego)

Arrancaron con «The Many Faces of Dr. Hubert Malbec» y desde el primer momento algo no iba bien. El bajo no sonaba y tuvo que ausentarse del escenario a corregirlo. Arrastraron esos primeros problemas de sonido durante gran parte del concierto y su actuación se vio mermada por la sensación de barullo más que de música que había en el sonido de la banda. Aun así, la gente quería pasárselo bien y así lo hico con himnos como «No One Survives» o «Darkness», alentados por el pseudo hooligan que resultó ser el Goblin que siempre les acompaña en sus shows.

Bailó, hizo cuernos y se paseó por el escenario, dando en todo momento la sensación de ser más un incordio que un agregado al espectáculo, molestando incluso a los músicos. Pero claro, si en estos conciertos se sigue insistiendo en amontonar a los teloneros en la parte frontal del escenario, poco más se puede esperar. Y así, en apenas nueve temas y cerrando con «Powercore», el paso de Nekrogoblikon resultó ser casi una mera anécdota. Una pena, porqué parecían los perfectos acompañantes para Gloryhammer.

Por fin empieza lo bueno con Gloryhammer

Hace tiempo que Gloryhammer son una realidad del power metal más épico, y en Madrid demostraron que cada vez se toman más en serio su carrera musical. Apenas dos discos les han bastado para acumular seguidores allá por donde van. En la capital se notó que ya no son unos desconocidos, con la gente en la sala Mon dispuesta a corear cada estribillo de sus canciones.

«The Siege Of Dunkeld (In Hoots We Trust)» fue el pistoletazo de salida para un conciero muy serie por parte del grupo, concentrados y sonando de menos a más a lo largo de su actuación. Para poner al público calentito desde el principio, ya en la tercera canción interpretaron su éxito más conocido, «Angus McFife», cantada a pleno pulmón por casi la totalidad de los asistentes. No faltó el martillo de poder con el que enfrentarse a un Goblin mucho más comedido que el de Nekrogoblikon, al que en un buen recurso de espectáculo, le arrancaron la cabeza ofreciéndosela a las primeras filas.

Gloryhammer (Foto: Clara S. Gallego)

Con el público metido en el bolsillo, decidieron regalar camisetas, eligiendo a una afortunada que tuvo que pagar peaje para obtenerla: ir a la barra y comprarle una cerveza al cantante, pero todo ello, haciendo crowsurfing. Saben como ganarse a la audiencia, pero es que además de hacer que la gente se lo pase bien, cada vez tocan mejor.

Apenas dos álbumes son poco bagaje, y en esa faceta, toca ya nuevo disco de la banda. De sobra conocidas por sus seguidores, saltaron entre discos con canciones pegadizas, «Magic Dragon», «The Hollywood Hootsman» o «Masters Of The Galaxy» no podían faltar. Y como en otras ocasiones, cada miembro de la banda tuvo su momento de protagonismo, lo que demuestra la unión de estos amigos que decidieron llevar sus partidas de rol al escenario.

Gloryhammer (Foto: Clara S. Gallego)

Lo mejor estaba por llegar, y tras un breve parón, remataron la noche con «Rise Of The Chaos Wizards», la maquinera «Universe On Fire» y el cierre de oro con «The Unicorn Invasion Of Dundee», con pequeños unicornios volando entre el público. Habrá que ver hasta donde pueden llegar Gloryhammer, pero de momento sus conciertos son sinónimo de buen rollo, buena música y mucha fantasía rolera. Eso hace que la gente se lo pase bien, que al final, es de lo que va la cosa.