Tras 25 años de andadura, Berri Txarrak anunció un parón indefinido. Dos conciertos en dos días consecutivos. Sintomático método el utilizado por la banda de origen navarro para clausurar una etapa que ha traspasado en su recta final todos los límites de la cultura vasca.

Y es que, durante la gira ‘Ikusi Arte’, la fiebre por presenciar al trío rockero ha aumentado de forma disparatada.  Las entradas para estos y otros conciertos que la banda ha ofrecido en el último año se agotaron en cuestión de minutos. La demanda fue tal que Urbizu y compañía tuvieron que decantarse por vender entradas para determinadas fechas solamente en establecimientos físicos. Pero en ellos la tendencia no fue diferente, a pesar de lluvia y el frío, las largas colas reinaron en los puntos señalados de Euskal Herria.

Despedida en versión extendida

En 2019 sus seguidores han tenido hasta 60 ocasiones para despedirse de la banda, lo han podido hacer en gaztetxes, en un sold out en Madrid y festivales estatales tan dispares como Resurrection Fest o Sonorama, en el macro-concierto de Kobetamendi, en Estados Unidos, en Alemania o hasta en Japón. Pero la última cita contaba inevitablemente con una carga emocional sin igual. Banda y público eran conscientes de ello y desde el arranque con “Eskuak” hasta el cierre con “Oihu” más de 11.000 almas celebraron su música en absoluta comunión.

Berri Txarrak (Foto: Aritz Sola)

Se trató de un concierto de tres horas, una completísima actuación donde interpretaron 37 canciones y repasaron cada uno de sus nueve discos de estudio. Además, el show estuvo propulsado por un sonido impecable y una acertada producción audiovisual, que sirvió para reflejar el espíritu de cada canción con mayor fidelidad. Muestra de ello fue el blanco y negro empleado en “Isiltzen Banaiz”, las frenéticas luces de “Zirkua” o la reproducción del espectacular vídeo de “Zerbait Asmatuko Dugu”, realizado mediante la técnica del collage digital.

 

Con el paso de los años, el trío encabezado por Gorka Urbizu se ha hecho por méritos propios con un altavoz solo al alcance de las bandas más trascendentales. Una plataforma que han aprovechado hasta el último segundo para dar voz a los infrasonidos, a aquellos que luchan en minoría por ocupar el lugar que merecen. Una actitud que se tradujo en ejercicio de memoria histórica con “Maravillas”, en gesto de solidaridad hacia el pueblo catalán con “Sols El Poble Salva Al Poble” y en defensa del euskera con “Stereo”.

Berri Txarrak (Foto: Aritz Sola)

Este fue uno de los temas que mayor presencia cobró a lo largo de la velada, con reiteradas condenas a la restrictiva ordenanza del euskera que el actual Ayuntamiento de Pamplona ha aprobado esta misma semana o la prohibición impuesta por parte de este mismo gobierno municipal a los payasos vascos por antonomasia, Pirritx, Porrotx y Marimotots.

Berri Txarrak (Foto: Aritz Sola)

La banda hizo un guiño a la música de los payasos poniendo a bailar al estadio entero al ritmo de “Riki Riki”. Seguidamente, Urbizu remarcó que, “pese a quien le pese”, más de 20.000 personas se reunieron durante el fin de semana en la capital histórica del pueblo vasco para celebrar la música en euskera.

Berri Txarrak (Foto: Aritz Sola)

El frontman y líder creativo de la banda estuvo muy acertado al micrófono. Su comunicación con el público fue escueta pero pasional, de algún modo, se le notó liberado al encarar el final del camino. Sus mensajes cargados de significado sirvieron para realzar momentos determinados, conducir al público por las diferentes fases del concierto y dar paso a canciones señaladas de gran calado social y cultural. Logró crear un clima de emotividad, a la altura de las grandes ocasiones.

Berri Txarrak (Foto: Aritz Sola)

Vuelta a los orígenes

Precisamente “Stereo”, seguido por “Ikasten”, marcó otro de los hitos de la velada, el momento en el que la banda invitó sobre las tablas a sus miembros originales y volvió a ser cuarteto para el disfrute del respetable. La ejecución en este tramo no fue la más brillante, y se notó que la explosión de sentimientos afectó hasta a la propia banda. Aun así, los desbarajustes interpretativos fueron lo de menos, ya que para entonces el concierto había adquirido una dimensión mayor.

Berri Txarrak (Foto: Aritz Sola)

Con el fin cada vez más cerca, el personal se rindió definitivamente a los pies de la banda. La joya metálica de su disco debut “Tortura Nonnahi”, la aplastante “Betiko Leloaren Betiko Leloa” y “Min Hau” en acústico hicieron las delicias de todos los allí presentes.

 

La estampa era espectacular, Navarra Arena se encontraba hasta los topes, y no solo fue el público ubicado en la pista el que se entregó a fondo, las gradas fueron una fiesta constante, con la gran mayoría de espectadores constantemente de pie, bailando, saltando y festejando cada uno de los segundos de la cita señalada. La emoción se palpaba en el ambiente, al igual que la sensación de estar siendo parte de una ocasión histórica, uno de esos acontecimientos que resuenan en lo más profundo de los corazones.

Público en el último concierto de Berri Txarrak (Foto: Aritz Sola)

Clímax emocional

“Berri Txarrak es un sentimiento” repitió Urbizu hasta en tres ocasiones. No le falta razón, ya que la banda de origen navarro ha sido la banda sonora de varias generaciones vascas, el grupo con el que han crecido y han visto el mundo cambiar. Cada cual asocia Berri Txarrak a situaciones y vivencias muy diferentes, pero para una gran oleada de personas representa algo en lo que sostenerse, refugiarse, un lugar a donde volver y disfrutar. Ser libre.

Berri Txarrak (Foto: Aritz Sola)

En definitiva, se trató de una de esas grandes noches que quedarán grabadas a fuego en la memoria colectiva. Una explosión emocional difícil de repetir y que solo adquirirá su valor completo con el paso del tiempo. Eso sí, la explosión final pudo haber sido aún más emotiva si la banda hubiera optado por tocar el último acorde y aguantar el silencio, o mejor dicho, dar paso a lo que con toda probabilidad se hubiera convertido en una ovación monumental, una de las más grandes de la historia musical vasca. Sin embargo, el trío decidió reproducir “Ob-La-Di, Ob-La-Da” de The Beatles de forma seguida, sin un solo segundo para el respiro. Fue un final feliz, un final emocionalmente anestesiado.

Berri Txarrak (Foto: Aritz Sola)

Aguantar 25 años girando y publicando discos constantemente es un logro mayúsculo. Aun más haber alcanzado semejantes cotas de reconocimiento dentro y fuera de nuestras fronteras, cantando en euskera. Y por ello resulta significativo que Urbizu haya decidido echar el cierre en el momento más álgido, justo cuando la banda ha alcanzado la cima.

Berri Txarrak (Foto: Aritz Sola)

Es algo que dimensiona aún más su atrevimiento, el valor de su propuesta artística. Veremos los caminos creativos que cada uno de los integrantes tome de ahora en adelante. Por ahora, lo cierto es que, aunque los altavoces se apagaron de forma indefinida, las pantallas anunciaron para 2020 un nuevo capítulo en el camino de Berri Txarrak: la película. Hasta la vista.

Ambiente en Berri Txarrak (Foto: Aritz Sola)

Texto: Mikel Yarza | Fotos: Aritz Sola

Promotor:Panda Artist

Día:2019-11-23

Hora:20:00

Sala:Navarra Arena

Ciudad:Pamplona

Teloneros:Leihotikan

Puntuación:9