Una vez más teníamos a CRADLE OF FILTH en Barcelona,  lo cual ya no es novedad. Cuando llegue el momento en que transcurran dos años sin que Daniel Desperdicios y su banda pisen la Ciudad Condal empezaremos a plantearnos si algo extraño sucede. De momento el ritmo vertiginoso que los ingleses llevan editando disco y haciendo gira acto seguido en intervalos de tiempo tan cortos parecía irles bien, por lo cual presumiblemente tenemos Cradle en directo para rato. O quizá no. Lo cierto es que la sala Razzmatazz 2 presentaba un aspecto algo más desolador que en anteriores visitas, me atrevería a decir que la diferencia superaba la barrera de las 150 personas. Algo lógico si tenemos en cuenta lo que acabo de comentar: ahora que ya comienzan a saturar un poco con tanta edición discográfica en el tema directo puede acabar sucediendo lo mismo, máxime teniendo en cuenta que el público, al menos de Barcelona, obtiene muy poco de los shows de la banda. Pobre espectáculo y mal sonido son los invitados de honor habituales. En un principio nuestros amiguetes debían tocar en la sala Apolo, detalle que me satisfizo conocer, ya que por un buen número de personas es sabido que la banda no puede desplegar nunca su potencial escénico debido a la naturaleza física de una sala como la mediana de las Razzmatazz, Apolo parecía abrirnos un poco más las puertas, pero todo quedó en agua de borrajas. Por motivos que desconozco el bolo se resituó en Razz 2 y con ello en Barcelona volvimos a quedarnos sin un ápice de espectáculo (aunque en esta ocasión no sé si llevaban preparado algo, todo sea dicho).

 

Los teloneros en esta ocasión fueron DEATHSTARS, apenas un mes después de que se pasaran como cabezas de cartel de su propia gira por esta misma sala, por lo cual la situación no dejaba de ser algo extraña. Básicamente en primera fila teníamos a los fans que un mes antes ya habían tenido la oportunidad de verlos, incondicionales de la banda que, suponemos, quedaron satisfechos en aquella ocasión. Por cierto, este grueso de incondicionales lo conformaban en un 90% chicas góticas que, visto lo visto, iban situando el clímax de la actuación en función de la cantidad de ropa de la que el frontman Andreas/ Whiplasher se iba despojando. Digno de análisis, sin lugar a dudas. Por lo demás, hay que decir que la banda ofreció una actuación no muy larga, sino más bien concisa y bastante entretenida, en gran parte gracias a un sonido bastante bueno que para nuestra sorpresa superó en gran parte al obtenido en el anterior show un mes atrás. Herederos de los THE KOVENANT del “Animatronic” pero más exagerados y más pasados por agua, sobretodo en el aspecto visual, luciendo su estética ya habitual a medio camino entre el glam más gayer y la androginia, supieron enfocar con acierto los mejores temas de sus dos álbumes repletos de metal industrial, entre los que destacaron especialmente “Tongues” y “Greatest Fight on Earth”, los dos cortes de su segundo álbum que pisotean por derecho propio al resto. Por descontado que, tal y como suele ser habitual en los shows de la banda, el cantante Andreas no paró de tirarse por el suelo y retorcerse a la vez que se deshacía en gestos obscenos, mientras el resto de la banda no paraba de echarse miraditas e incluso de meterse mano, incluido Emil Nödtveidt (ahora ya sabemos por qué se suicidó su hermano). Tras conseguir que las bragas de muchas jovencitas golpearan el suelo a la velocidad de la luz envueltas en fluidos, la banda se despidió asegurando que nos veríamos las caras pronto. Coñas inevitables y parafernalia a parte, lo que hicieron no lo hicieron nada mal!

 

Con un sonido más que decente y sin generar tanta expectación o tensión entre los fans durante los instantes previos a la aparición de la banda en escena, CRADLE OF FILTH se pusieron al tajo bajo los auspicios de “Dirge Inferno” y “Tonight In Flames”, dos temas de su último álbum que, como viene siendo costumbre en todas las giras de la banda, servirían para presentarnos durante los primeros compases del show el disco más reciente de la banda. Temas que, por cierto, sonaron más crudos que en disco pero que agradaron por igual a los seguidores de los británicos. Dani y los suyos pueden ¿presumir? de que sus últimas tres obras de estudio sean bastante parejas en cuanto a calidad, y de hecho los fans más jóvenes se muestran igual de entusiastas suene “Nymphetamine” o “Rise of the Pentagram” (hasta 6 cortes llegaron a sonar del último álbum, siendo el “Damnation And A Day” el gran ausente)

 

Un medley entre “Ebony Dressed For Summer” y “The Forest Whispers My Name”, así como la interpretación del tema título del  “Dusk and Her Embrace”, fueron  las únicas concesiones al pasado, las únicas vías de escape para remontarnos a esas interesantes ediciones que fueron “Vempire” y “The Principle of the Evil Made Flesh”.

 

En cuanto a los componentes de la banda, estaba en boca de todos qué tal respondería el nuevo batería “Marthus”, substituto de Adrian Erlandsson, quien había abandonado la banda hacía escasas semanas. El resultado fue bueno, revelándose el cancerbero checo como un baterista técnico y preciso y dejando satisfecho a la mayoría, sin embargo, y hablo a título personal, no me acabó de gustar su  forma de amoldarse a las partes más rápidas, insisto, no por falta de técnica, sino por estilo y enfoque (eché en falta algo más de presencia de la caja, por ejemplo, o eso o que estaba nefastamente sonorizada). También llamaba la atención ver a los teclados a la desconocida Rosie Smith y al extraño Charles Hedger a las seis cuerdas (¿pero este hombre no tocaba el bajo y Dave Pybus se había ido? En fin, tanto monta, monta tanto) Lo que no sorprendió, en cambio, fue NO ver a Sarah Jezebel Deva, ya que, como suele ser habitual, fue relegada a la más absoluta penumbra, a la esquinita del escenario desde donde hizo sus pinitos. El resto de la banda anduvo correcta, sin alardear de técnica pero cumpliendo con solidez su cometido y siempre en un segundo plano para que Dani Filth campara a sus anchas, haciendo las veces de culo inquieto y, de paso, demostrando que ha recuperado algo de su estado de forma (recordemos que en los dos últimos años parecía una albondiguilla). Por cierto, atención a la foto de Dani que encabeza esta crónica en plan “oh, mierda, me he metido el micro en el ojo”.

 

¿Y que hay del sonido? Partiendo de la premisa de que perdí hace tiempo las esperanzas de ver a la banda gozando de un sonido decente a su paso por la piel de toro, pues no estuvo nada mal. Bastante mejor que en las últimas ocasiones, podíamos distinguir melodías, riffs y líneas vocales siempre que pusiéramos algo de nuestra parte, lo cual todavía va a ser de agradecer. Eso sí, tampoco lo suficiente como para que al salir por la puerta de la sala al terminar el bolo pudiera gritar “al fin”. Y es que a pesar de todo, la fórmula mágica que aúna nitidez y contundencia no acabó de brillar.

 

En cuanto al set list hubiera preferido que sonara algún tema más del “The Principle of the Evil Made Flesh”  y poder ver algo, por poco que fuera, de espectáculo. No diremos aquello de “esperamos volverlos a ver pronto” ya que, lo deseemos o no, el año que viene nos los volveremos a encontrar tocando en Razzmatazz 2 y finalizando el concierto una vez más con la cacareada “From the Cradle to Enslave”. Eso sí, si quieres disfrutar de un show algo más entretenido, acércate a verlos cuando tengas la oportunidad en algún festival extranjero.

 

Texto y fotos: Penumbra

Promotor:Cap Cap

Asistentes:500

Día:24/11/2006

Hora:20:00

Sala:Razzmatazz 2

Ciudad:Barcelona

Puntuación:7