En contra de lo esperado, este concierto se programó para la sala Mephisto,
dato que llama la atención si tenemos en cuenta que la última vez que ARCH
ENEMY se pasaron por Barcelona actuaron en una sala el doble de grande, en
Razz 2. ¿Pero no es ARCH ENEMY una banda que se encuentra en plena expansión
de popularidad? Eso sí, al llegar allí el panorama sí que era el esperado:
entradas agotadas y una sala a reventar.

Un aspecto que llamó bastante mi atención fue el tipo de concurrencia que
para dicho evento se dio cita, pues distaba mucho de la habitual que podemos
encontrar en las veladas barcelonesas de metal extremo: una importante cantidad
de personas, me atrevería a decir que la mayoría, provenían de la movida más
cercana al campo del nu metal y el metalcore yanki, cosa que viene a confirmar
lo que ya todos sabíamos:  que Century Media ha sabido mover muy bien el producto,
haciéndolo llegar a sectores que en un principio poco tendrían que ver (al
menos directamente) con el death metal, por mucho que la coletilla de “melódico” esté ahí.
Por supuesto, es no es ni bueno ni malo, ni sobrevaloriza la música de los
suecos ni la subvierte hasta transformarla en metal facilón. Se trata tan sólo
de una simple y llana apreciación, no hace falta buscar segundas intenciones.

Loable es que la banda no haya tenido ningún reparo en tirar adelante la gira
de “Doomsday Machine” a pesar de la sorprendente y reciente deserción de uno
de los hermanos Amott, Christopher, que ha sido substituido por Fredrik Akesson,
de los rock melódicos TALISMAN, un relevo que sin lugar a dudas descoloca de
entrada, sobretodo teniendo en cuenta que Fredrik ya ha empezado a componer
nuevo material con el resto de la banda y que en un principio continuará en
la formación como miembro permanente.

Antes de que ARCH ENEMY salieran a escena tuvimos el honor de toparnos con
una agradable e inesperada sorpresa, pues nadie supo si habría teloneros para
el concierto hasta que estos mismos pisaron las tablas. ¿Quiénes fueron? Nada
más y nada menos que los fascinantes GOJIRA. Me sé de un buen puñado de personas
que de haberse sabido con suficiente antelación la presencia de los franceses
hubieran pagado la entrada del bolo con tal de verles tan solo a ellos. Las
razones las pudimos contemplar todos “in situ”. A pesar de que apenas se le
ha dado promoción a la banda en España, a excepción de la devoción que se le
presta al grupo desde hace algún tiempo desde cierta revista de metal extremo
nacional, a buen seguro la banda se bastó con estas fechas por la península
abriendo para Angela y compañía para cosechar un buen número de fans, pues
menudo conciertazo se marcaron. Calidad a mansalva y directa a vena. Con tres álbums
de estudio (a cada cuál mejor) e incluso un DVD en su haber GOJIRA se han labrado
una multitud de seguidores en Francia nada desdeñable, y no es para menos.
Su música, tan extrema en su concepción como en su ejecución es capaz de sorprender
al más pintado. Las machaconas combinaciones de death y thrash metal en realidad
no son más que una mera excusa como vehículo para el alarde de técnica, ritmos
hipnóticos y cambios de tempo que son capaces de dispararnos estos chicos en
forma de notas. Echémosle imaginación y metamos en una coctelera la paranoia
de unos CYNIC, la singularidad de unos MESHUGGAH, la fiereza de unos AT THE
GATES y voces limpias y modernidad industrial a modo de condimentos y quizá obtengamos
alguno de los rasgos distintivos de GOJIRA, un grupo, por fortuna en este caso,
difícilmente clasificable. Destriparon en su gran mayoría su reciente “From
Mars to Sirius” y a pesar de que estuvieron un buen rato sobre escena la gente
se quedó con ganas de más. Por lo menos me consta que vendieron un puñado de
merchandise esa noche e hicieron buenos amigos, en gran parte gracias a sentido
del humor del frontman Duplantier, que al acabar el evento supo mezclarse entre
el público y hacer gala de su buen rollo. Una carta de presentación ante el
público español sencillamente insuperable.

Turno para los señores protagonistas de la noche ARCH ENEMY. Con “Nemesis”,
de su último redondo se abriría la cacería, con un público que se vería alborotado
especialmente con la salida de Angela Gossow a escena, una Angela que cada
vez veo más cómoda en su papel. Y es  que a través de ella se ve canalizada
la fuerza de la banda en ambos sentidos: por una parte, su voz es la que da
pie a que la energía de la base rítmica se expanda hasta nuestros oídos, como
si sus cuerdas vocales fueran las encargadas de dar el visto bueno para que
la agresión sonora arremeta contra nosotros; por otro lado, indiscutiblemente
ella es el centro de todas las miradas, pues más allá de su trabajo a las voces
posee una presencia física lo suficientemente exuberante (vaya, que está de
buen ver la moza). Se podría decir que la actuación vino condicionada en base
a esas dos premisas -no tanto por propia voluntad de la frontwoman o el grupo
sino por el público-, premisas de por sí polémicas y abiertas a discusión.

Habrá quien prefiera la primera etapa de la banda con el señor Liiva al frente,
y habrá quien incluso deteste la actual, pero creo que lo más conveniente sería
no juzgar a la banda en base a comparaciones y sí en lo que da de sí misma
actualmente. Y lo cierto es que en directo no defraudan. Aunque la voz de Angela
no posea multitud de matices y pueda llegar a ser demasiado monocorde para
algunos, lo cierto es que compensa esas posibles carencias con un registro
lo suficientemente conseguido que se ve apoyada en una potencia superior a
la de muchos cantantes de death metal masculinos. Además, su presencia en escena
es sinónimo de actividad, pues no duda ni un instante en moverse por el escenario,
acercarse al público, animarlo a dar palmas y hacer constantes muecas con su
cara y su lengua. De contrastada validez en directo, Michael Amott y compañía
han sabido conjugar con eficiencia el death melódico con las más claras influencias
de heavy metal, y canciones como “Dead Eyes See No Future” o la instrumental “Hybrids
of Steel” (en la que Angela desapareció del escenario) así lo atestiguaron,
con multitud de punteos y solos de claro legado clásico y con cierta influencia
de guitarristas en una onda Joe Satriani. Composiciones como esta o la más
pesada “My apocalypse” sonaron ciertamente demoledoras en gran parte gracias
al buen sonido que acompañó a la banda durante toda la actuación y que se erigió como
uno de los detalles clave.

El moshpit se convertía en un hervidero cuando los ritmos más netamente thrashers
invadían nuestros oídos, llegándose a liar un caos considerable en canciones
como la potente “Burning Angel” o la cambiante “I Am Legend/Out of Blood”,
cuyos momentos de blast beats (los únicos de toda la actuación) consiguieron
sacarme de mis casillas y llevarme en volandas hacia el desenfreno, mientras
que gran parte de las miradas de los más parados se entretenían en observar
las progresiones tanto del exCARCASS Michael como del bienvenido Fredik, que,
para nuestra sorpresa, se encargó de la mayoría de los solos de los temas,
con suficiente solvencia, pues está claro que calidad no le falta, pero sobretodo
con acertado feeling y presencia escénica, hecho a destacar teniendo en cuenta
el terreno del cual nuestro amigo procede, suficientemente alejado de lo que
cabría esperar encontrarse en un concierto de death metal. Eso sí, tanto los
dos hachas como el batería Erlandsson tuvieron su momento de lucimiento personal
con sus respectivos solos, que no aburrieron pero tampoco aportaron demasiado.
Michael nos demostró que su apreciable técnica le ha servido de buen argumento
para llegar donde está, mientras que Fredik se encargó de enfatizar que la
velocidad y los barridos son lo suyo. Por su parte,  Erlandsson se hizo acompañar
de algunos samplers para dar más cuerpo a su lucimiento a lo largo de un solo
de batería entretenido sin más.

La esperada “Ravenous”, una de sus dos canciones más conocidas y pinchadas
por estos lares, sería la última en sonar antes de que la banda se retirara
por primera vez. Tras el consabido griterío del público, volverían a aparecer
en escena para perpretar el primer y único bis de mano de uno de los mejores
temas de “Doomsday Machine”, “Skeleton Dance”, cuyos pegadizos riffs nos abocarían
ya hacia la recta fina del bolo.  Tras “Dead Bury Their Dead” nos percatamos
de que faltaba una de las piezas clave de la banda que por fuerza tenía que
sonar, y esta no era otra que “We Will Rise”, posiblemente el  tema de ARCH
ENEMY por antonomasia, muy celebrado y que consiguió poner a la concurrencia
a botar desde un principio como ningún otro lo había hecho antes.

Aunque encontrarse en una sala llena hasta los topes siempre entrañará sufrir
generosos calores sean cuales sean las condiciones lo cierto es que en esta
ocasión pude notar como el aire acondicionado de la sala Mephisto se encontraba
a pleno rendimiento, cosa que hizo la velada algo menos opresora. Aún y así,
y a modo de anécdota, justo después de que finalizara la última canción del
show (que ya es casualidad), el chaval que tenía a mi izquierda y que se había
pasado gran parte del concierto algo pasado de rosca cayó desplomado al suelo,
desmayado. En ese momento se me pasó por la cabeza aquella frase de “ahora
que ya he visto a mi grupo favorito ya me puedo morir tranquilo”, pero tomada
al pie de la letra. Sobra decir que una vez superado dicho pensamiento a medio
camino entre la broma y la truculencia ayudé a levantar a dicho personaje. ¡Más
agua y menos drogas, chaval!

En poco más de una hora se finiquitó la actuación de los suecos. Poco tiempo,
sí, pero con suficiente intensidad como para permitir excusárseles, y teniendo
en cuenta también el tiempo de actuación y calidad de GOJIRA podemos sentirnos
satisfechos de haber estado allí, sin lugar a dudas. ARCH ENEMY cubrieron las
expectativas y por las caras que pude ver dudo que alguien saliera defraudado.

Texto: Penumbra / Fotos: Sergi Ramos

Datos:Mephisto
Barcelona
Público: Sold-Out
Promotor: Doctor Music

Día:08/12/2005

Puntuación:8