¿Por qué no te callas?
No fue precisamente ayer, pero podría haber pasado ayer. Debía ser 2013 y el concierto era el de un tributo a Pink Floyd. El presunto David Gilmour estaba ejecutando un delicado solo de, probablemente “Shine on you Crazy Diamond” o el tramo central de “Echoes” y entre el público había un tipo que no conseguía hablar a un volumen normal con su amigo.