Llegaron los principios de los noventa y, con ellos, Pantera se lanzaba a descubrir el nuevo sonido que, más tarde, daría a luz al groove metal e influenciaría a casi todo el árbol genealógico del metal norteamericano contemporáneo: llegaba el turno de ‘Cowboys From Hell’. Gracias al patrocinio de Derek Shulman y Mark Ross de Atco Records, y con la ayuda de Terry Date en la producción, el cuarteto de Texas transformó una demo autoproducida en el reconocido largo que, más tarde, se atreverían a clasificar como su “auténtico debut”.
‘Cowboys From Hell’ era, de hecho, el primer álbum en el que los hermanos Darrell y compañía podían expresarse libremente y sin interferencias creativas. Tras casi una década de experiencia en la escena, la banda se sentía más segura con el directo, la composición y consigo mismos, por lo que se atrevieron a explorar temas más oscuros y personales.
Así, no solo se volvió más cruda (especialmente teniendo en cuenta los inicios de Pantera en el glam), pero también se abrió a una experimentación técnica que conseguía elevar la calidad musical del grupo. Por ejemplo, es imposible hablar de ‘Cowboys From Hell’ sin destacar “Cemetery Gates”, una increíble power ballad progresiva de siete minutos que marcó un antes y un después en la diversidad y riqueza de las voces de Phil Anselmo.
El frenesí de un tema como “Domination”, que muestra la faceta más rabiosa de la banda en este trabajo, o la canción que da título al álbum, “Cowboys From Hell”, un himno de los norteamericanos reconocido en toda la escena metalera y que describe la actitud de Pantera.
A nivel interpretativo, ‘Cowboys From Hell’ es una prueba indudable de la buena química de la que disfrutaban, en ese momento, los cuatro integrantes de la banda. Aunque el disco se haya convertido en un título de referencia para muchos de los aspirantes a guitarrista de hoy en día, lo cierto es que el verdadero motor de las canciones es el núcleo rítmico de Pantera: Vinnie Paul (batería) y Rex Brown (bajo).
Sobre sus sólidos beats y cuerdas, la guitarra de Dimebag Darrell (que, en ese momento, aún se hacía llamar Diamond) construye un entramado de riffs, cargados de agresividad y groove a partes iguales, y un endiablado despliegue de solos que bien le han valido altas posiciones en los rankings mundiales.