Ahora está en boca de todos el devenir de los próximos meses en el mundo del rock, metal y, en definitiva, de la música. La incertidumbre es grande, como en los últimos años, pero... ¿debemos estar nerviosos?

Partimos de esta premisa: es un artículo de opinión. ¿Qué quiero decir con esto? Que no soy adivino, y tal y como llevamos los últimos dos años por la pandemia, cualquier cosa puede suceder. No obstante, al ver cómo está evolucionando todo tanto con el virus como en la industria musical, hay ciertos puntos que se pueden señalar y que, desde el punto de vista del público, no siempre están claro por las teorías estrafalarias que un servidor ha podido leer a través de redes sociales u otras plataformas.

Las bandas americanas que cancelan/posponen

El primer punto del que me gustaría hablar es de la situación que está llevando a cancelar o posponer conciertos a los grupos americanos (principalmente de Estados Unidos, que es la gran mayoría). Hay dos palabras que pueden resumir bastante las razones por las que llevan a cabo este tipo de decisiones: incertidumbre y, sobre todo, dinero.

No debemos olvidarnos que las bandas no actúan por amor al arte -y menos si tienen que encarar una gira europea cruzando el océano-. Son empresas y actúan como tal. ¿Qué sucede? Que si ven que la incertidumbre que hay instaurada en la mayoría del territorio europeo a nivel de restricciones no puede garantizar la viabilidad de los conciertos planeados, no sale a cuenta viajar, tocar donde sea y volver a casa con pérdidas.

Powerwolf (Foto: Sergio Blanco)

Ahí reside uno de los problemas. Si un artista tiene 20 conciertos confirmadas pero, por lo que sea, se le caen 8 de su calendario, las pérdidas pueden ser muy grandes -y después de dos años en los cuales la industria de la música (y de su versión en directo) se ha estado debilitando de una manera estratosférica, no tiene sentido para una banda el volver a las andadas para perder más dinero-.

A esto hay que sumarle que la situación en Estados Unidos no es como la europea. Desde hace meses hay conciertos y festivales que no cuentan con problemas para su celebración. Blanco y en botella. Giro en mi país, gano dinero, y ya iré a Europa cuando todo esté mejor. Y no solo lo piensan las bandas de allí: ¿habéis visto cuántos grupos europeos se están lanzando a hacer giras hasta antes de verano en Norteamérica? Pues eso.

Lo de Aerosmith y Avenged Sevenfold

Los casos más obvios que tenemos en este aspecto que se han producido de manera reciente son los de Aerosmith y Avenged Sevenfold. Los primeros han decidido cancelar su tour en Europa, lo que ha llevado a que Graspop Metal Meeting, por ejemplo, sustituya a Aerosmith con Sabaton (de Suecia, no Estados Unidos… qué casualidad). Si Tyler y los suyos no lo ven claro (junto con todo el equipo que trabaja con el grupo), pues no se hace y no tienes riesgo.

En el caso de Avenged Sevenfold, la situación parece diferente. ¿En serio justificas que tienes que cancelar unos pocos conciertos en Europa (o posponer) porque ese tiempo es vital para la producción de tu nuevo disco -en el que supuestamente ya llevas años trabajando-? No cuela mucho, la verdad. La cancelación de los shows de Avenged Sevenfold en Europa se filtró desde el mencionado Graspop antes de que la propia banda -y el resto de eventos como el Resurrection Fest de España donde tocaban- lo hiciese, y en el comunicado se indicaba que se posponía el tour… ¿no será que a lo mejor si esa gira la haces más adelante con un volumen de conciertos mayor puede generar más dinero?

¿Se harán los festivales este verano?

En ambos casos de estos dos citados, el dinero es el factor fundamental de esto, y este pretexto me viene bien para introducir el último punto del que quería hablar: los festivales de verano en 2022. Al igual que los grupos funcionan como empresas, un festival también. El horror que han supuesto estos dos años de secano hace que, con unas condiciones óptimas como las que habrá este verano para la celebración de conciertos y festivales, las distintas organizaciones de los mismos vayan con todo para no perder otro año y continuar ahogados por las consecuencias de la pandemia.

Como ha sucedido en Graspop, si se cae Aerosmith, ya vendrá Sabaton. Y el Resurrection Fest hará lo propio con la espantada de Avenged Sevenfold, pero lo importante es que se hagan. Es un sinsentido seguir parando el mundo dadas las cifras y datos de la covid-19 a día de hoy, y por ello este verano los festivales se harán. Si se cae algún grupo… pues bueno, es una putada, pero son cosas que pasan (y esperemos que no haya apenas más cambios en los line-up de los festivales).

Te parecerá una chorrada, o no, pero tal y como estamos, las dudas y miedos sembrados desde ciertos estamentos solo enturbian un presente y futuro próximo que huele a normalidad. Confía en los promotores de conciertos y, aunque algunas giras de salas de aquí a mayo se pospongan, guarda tu ticket y disfruta de ese bolo cuando se realice. No tengas miedo a que se haga un festival o no. Se hará, y te lo pasarás en grande.

Pero, si por lo que sea de aquí al inicio del verano no hay muchas giras internacionales, si tanta falta de música en directo hay, es el momento de apoyar a los grupos de aquí. No solo, por supuesto, yendo a las salas a verlos, sino también aportando comprando su merch o incluso escuchando su música. Todo ayuda, y está en nuestra mano vencer los miedos que nos quieren imponer y seguir confiando en una industria que va a volver a lo que era pronto.

Nos vemos en las salas o festivales.

Dani Bueno