De cómo Hellfest tumbó a Wacken… ¿y ahora qué?
Durante hace mucho, mucho tiempo, Wacken ha estado considerado “La Meca del metal”. Y por ello, desde hace muchos años, miles de personas, jóvenes y no tan jóvenes, han peregrinado hasta tierras alemanas con la promesa de una experiencia enorme, de la congregación de conciertos de metal más grande del mundo. Y la decepción casi siempre es terrible. Año tras año, compran sus abonos para el festival sin conocer el cartel, por el mero hecho de que la leyenda sigue viva… pero en realidad a estas alturas debería estar tan muerta como las ganas de la organización por hacer un cartel interesante. Ni tan siquiera en el 25 aniversario, ocasión que todo pensábamos que depararía algo espectacular, han sabido confeccionar un line-up a la altura. Porque ese es su problema: llevan años viviendo del nombre que tienen, mientras que festivales como Graspop les pasan la mano por la cara perfectamente en cuanto a bandas. El chollo no les puede durar mucho más.
Mientras tanto, otro festival de inicios humildes, como es el ahora mundialmente conocido Hellfest francés, con cada edición crece a pasos agigantados. A rey muerto, rey puesto, y desde hace unos años está más que claro que la nueva ciudad santa en cuanto a metal es Clisson. En todos los aspectos en los que Wacken falló, Hellfest mejoró. Han sabido saciar a todos los sectores de un público cada vez más diversificado, más especializado. Como ya comentó Sergi Ramos en un anterior artículo de opinión, el metal, desde hace dos décadas, se ha movido desde un terreno muy amplio hacia infinitas ramas de sub-géneros, cada una con su público. Cierto es que Wacken aporta bandas de estilos diversos, pero con un baremo destartalado y dando palos de ciego… además de no ser conscientes de la verdadera importancia de esas bandas. Y el mejor ejemplo de esto lo tenemos en la presente edición: poner a Emperor a tocar a las cinco y media de la tarde en su gira de reunión, celebrando el 20 aniversario de «In the Nightside Eclipse», es de presidio.
En cambio, la gente de Hellfest es perfectamente conocedora de los estilos más alejados del metal clásico, y saben moverse en estos terrenos. Tener escenarios especializados para los sectores más extremos, como The Altar (generalmente death metal) y The Temple (generalmente black metal), es de agradecer, y nos trae una organización de las bandas más que lógica. Lógica, la que falta en Wacken al distribuirlas por escenarios sin ningún criterio ni sentido aparente (comprobadlo vosotros mismos). Y no sólo hablo de extremo, por supuesto. En Clisson tenemos una amplia oferta de hardcore (Warzone) y stoner, al cual se le dedica un escenario entero junto al resto de bandas cercanas a la psicodelia, el sludge e incluso los sectores más experimentales de la música (atreviéndose a traer a agrupaciones como Swans y Sunn O))) )… pero es que hasta en metal y rock clásico consiguen darle patadas a los alemanes, porque los Main Stages también son de escándalo. Así pues, han logrado dos cosas: adaptarse a la especialización del metal y vencer a Wacken en su propio terreno más destacable, el clásico. Dicho esto, parece evidente que este último no va a poder aguantar muchos años más viviendo sólo de su nombre y de un cartel mediocre…
Está bien. Ya hemos dejado clarísimo que Hellfest es, a día de hoy y desde hace tiempo, el mejor festival de metal que existe en el planeta. Pero viendo el cartel de este año es imposible no plantearse la siguiente pregunta: ¿Y ahora qué? Después de una edición estelar en la que no sólo han agotado entradas muchos meses antes del evento (primera vez para ellos que esto sucede) sino que también han configurado un cartel muy muy difícil de superar… en un mismo festival han confluido leyendas como Black Sabbath, Deep Purple y Iron Maiden, reuniones/celebraciones de bandas míticas del extremo como Emperor, Death (to All), Windir y Pungent Stench, y muchas, muchas más agrupaciones de máximo nivel. ¿Cómo van a superar esto? Porque os digo con toda la sinceridad del mundo que cuando uno mira el cartel de Hellfest 2014, ve uno de los mejores line-ups de la historia del metal. Para el año que viene ya empiezan a circular los primeros rumores de posibles cabezas de cartel para el Main Stage: Van Halen, Rush, Faith No More, Tool… ¿Conseguirían una oferta tentadora para reunir a Sepultura? ¿A Pantera con Zakk Wylde de una vez por todas? Todo se andará, pero lo cierto es que los franceses tienen un reto enorme por delante a la hora de afrontar un décimo aniversario que tiene que ser, como diría Pedro Piqueras, apocalíptico…
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