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Ángelus Apátrida no cancelarán conciertos por la polémica con KKR: «Tendríamos que cancelarlo todo»

Noticia

Ángelus Apátrida ponen sentido común y no cancelarán conciertos por KKR: “Nadie estamos a salvo de los dueños del mundo”

En plena escalada de comunicados, cancelaciones y posicionamientos a raíz del vínculo de festivales como Resurrection Fest con el fondo de inversión KKR, la banda albaceteña Ángelus Apátrida ha emitido una declaración pública para explicar por qué no cancelarán su participación en el festival gallego, al tiempo que condenan “con la máxima contundencia el genocidio que está sufriendo el pueblo palestino”.

La banda, a través de su vocalista Guille Izquierdo, ha publicado un vídeo en redes en nombre de todos los miembros del grupo, redactado y aprobado de forma conjunta. En él, reivindican el derecho a expresarse con matices y rehúyen de los discursos polarizados y del señalamiento entre compañeros.

“Queremos reafirmar la postura que siempre hemos defendido como banda y como individuos y condenar con máxima contundencia el genocidio que está sufriendo el pueblo palestino por parte del Estado sionista de Israel. Siempre hemos estado y estaremos del lado de Palestina contra la injusticia y el apartheid.”

Angelus Apatrida (Foto: María del Carmen Tajuelo)

Un posicionamiento con contexto y autocrítica

Lejos de alinearse con ninguna organización promotora o festival, Ángelus Apátrida deja claro que su intención no es defender a ninguna empresa. Al contrario, su posicionamiento apela al sentido común, a la coherencia práctica y a la complejidad estructural del sistema económico global.

“Que quede claro que no estamos aquí para defender a ningún festival ni a ningún empresario, ni muchísimo menos. Estamos aquí para defendernos nosotros, de ataques y señalamientos, y tratar de dar nuestro punto de vista con un poco de coherencia y objetividad.”

El grupo reconoce la complejidad del contexto y señala la presencia de fondos como KKR, BlackRock o J.P. Morgan en cientos de empresas con las que todos interactuamos a diario, dentro y fuera de la industria musical. Desde Repsol hasta Amazon, desde Zara hasta Spotify. Para ellos, exigir la desvinculación total de cualquier entidad relacionada con estos fondos sería, en la práctica, una renuncia total a su trabajo.

“Para ser 100% coherentes, con esto deberíamos cancelar prácticamente todo. Deberíamos también incluso abandonar nuestra discográfica, la de toda la vida, porque hace unos años la compró una gran multinacional como es Sony Music, donde participan asociadas también algunas de estas firmas.”

 

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Un trabajo digno que no merece ser criminalizado

Ángelus Apátrida no oculta la dificultad de mantenerse como banda dentro de un ecosistema tan precarizado como el de la música en directo. Reconocen que la mayoría de sus ingresos provienen de festivales grandes, como el Resurrection, y que la autogestión no siempre es suficiente para sostener la actividad profesional.

“Esto es nuestro único trabajo, no tenemos otro curro. Esta es nuestra principal fuente de ingresos y es un trabajo muy digno, el nuestro, el de nuestros técnicos, montadores, etcétera, que nos ha costado mucho tiempo conseguir y mantener a flote.”

En ese sentido, critican el doble rasero de quienes exigen a los músicos acciones radicales sin aplicar esos mismos estándares al resto de trabajadores. El vocalista lanza una reflexión elocuente:

“¿Alguien dejaría de trabajar en su puesto de dependiente de Repsol o de BP, o cajero del BBVA o reponedor en Carrefour, el dependiente del Zara o el que hace hamburguesas en McDonald’s? ¿Vamos a exigir también que esas trabajadoras y trabajadores dejen sus puestos para no ser cómplices? No, ¿verdad? Porque no es justo.”

Una llamada a la responsabilidad, sin simplismos

El mensaje final de Ángelus Apátrida no se esconde tras una equidistancia cómoda. Reconocen la complicidad estructural de todos los agentes en un sistema “globalizado, ultracapitalista, implacable y despiadado”, pero también defienden la necesidad de actuar con cabeza, sin caer en cancelaciones vacías que no resuelven el problema de fondo.

“En resumen, somos trabajadores que malvivimos de nuestro trabajo y nadie estamos a salvo de los dueños del mundo. Este sistema, lamentablemente, es el que es.”

Reivindican el papel de los festivales como altavoz para la denuncia social y animan a apoyar con fuerza a los eventos más pequeños e independientes, que podrían ser la base de un futuro con mayor soberanía cultural.

“No es necesario entender cómo funciona la industria musical para comprender cómo funciona el mundo moderno. No queríamos decir algo en caliente y quisimos darnos unos días para pensar y ver cómo actuar en esta situación tan complicada. Hablamos con el corazón en la mano y con la mayor sinceridad.”