SHERPA: “Por fin se le iba a dar el trato que merece a Baron. Y los hermanos dicen que no. Pues se acabó.”
Sherpa vuelve a la acción. Desde que volvió al desierto para empezar una nueva guerra ha tenido tiempo de darse cuenta de que el rock le mata. De placer o de pena, probablemente no lo sabe ni el mismo. Pero ahí sigue, al pie del cañón. Sherpa habla candidamente de su nuevo disco, de la relación de amor-odio con los hermanos De Castro y de muchos otros asuntos. Sergi Ramos se encarga de entablar conversación.
Hablemos de “El Rock Me Mata”, tu nuevo disco. ¿Tanto has tardado en darte cuenta de que el rock te mata?
“Hombre, los rockeros solemos ser muy inconscientes. Vamos quemando gasolina hasta que nos damos cuenta de que el depósito está ya en la reserva. En un sentido más filosófico, diría que el rock te mata, pero también te mata de placer, porque la vida también te mata. De hecho, el vivir ¿con qué se paga? Con la muerte”.
“También me gustaba el doble sentido que se puede extraer. El rock te mata de placer, de dolor…también es una expresión muy utilizada en Sudamérica lo del “me mata”…”
El disco consta de un CD en estudio y un segundo CD en directo. Imagino que los costes se alteran de una manera acusada al incluir un segundo CD, pero también imagino que querías darle algo más a los fans que no solo unos cuantos nuevos temas de estudio.
“Hay un disco de estudio y un disco grabado en directo, casi todo grabado en Madrid. Le quisimos dar algo más al fan y también incentivarle a que se compre el disco, no a que se lo baje de internet. Hay que ajustar al tope los posibles beneficios y los gastos y lograr un producto apetecible. Algo atractivo, vamos. Que si alguien se gasta catorce euros vea que tiene un digipack, un disco doble…”
Llevabas bastante tiempo preparando la grabación en directo, puesto que ya publicitaste varios conciertos como shows en los que ibas a grabar un disco en directo a finales del año pasado.
“El disco en directo tambíen sirve para que la gente vea el repertorio que estamos llevando en la gira. Hay gente que no tiene dinero o no puede venir a los shows y con el disco en directo se puede hacer una idea de lo que está sonando en los shows.”
Hubo una primera gira, la de “Guerrero en el Desierto”, en la que algunos fans quedaron algo descontentos porque te fallaba la voz con frecuencia en directo. ¿Qué opinas?
“Me ha costado ponerme a punto, porque este tipo de canciones exigen mucho, exigen estar muy en forma. Son tesituras altas y parece que no, pero veinticinco años no pasan en balde. Me ha costado pero últimamente lo voy haciendo mejor. Así mismo, las cosas que compongo las compongo de acuerdo a mis posibilidades actuales. Hemos pasado mucho tiempo obnubilados con los cantantes anglosajones y su enfoque del estilo a la hora de cantar, con muchos agudos y esas cosas. Luego hay tios como el de Metallica, que canta en tesituras más bajas y también gusta. Siempre hubo la moda del cantante en plan “tenor”, como Bruce Dickinson. Ahora ya comienza a chirriar.”
¿Dickinson?
“No, ese estilo. Ese estilo tan de “voz de mujer”. Lo ideal es buscar tu propio techo y yo lo voy consiguiendo. Las canciones que compongo ahora son más cercanas a mi verdadero estilo y la verdad es que tengo la vozs más bonita en mi verdadero estilo. Saco más harmónicos, saco más color a mi voz.”
¿Dónde has grabado el segmento de estudio?
“En un estudio muy discretito que tiene el hijo de Hermes Calabría, el batería. El Martin Studio. Es un estudio que, con el talento que tiene Martín se hacen cosas muy buenas y a un precio muy, muy razonable.”
“Nos hemos tomado todo el tiempo del mundo para hacer el disco y hemos querido hacer una producción que huya de reverbs y efectos. Hemos querido hacer algo muy seco y crudo, pero con buena presencia de todos los instrumentos, con muy buen sonido. Que se oiga todo bien: la voz, la caja, el plato…”
Disculpa la comparación, pero tu disco tiene todo aquello que le falta al disco de Barón Rojo. No se si has tenido oportunidad de escucharlo, pero había una falta de nitidez en el sonido realmente escalofriante.
“No, no lo he escuchado, la verdad. En el sonido me ha ayudado mucho Martín, porque el tiene un grupo y está muy puesto en los sonidos actuales. Hemos dejado, por ejemplo, muchas “p” en la grabación, algo que antiguamente siempre se evitaba, con filtros y cosas. Si escuchas con atención los nuevos temas, verás que hay “pes” y que no pasa nada. Martín decía ‘deja la pé, que no pasa nada, que también las tienen Red Hot Chili Peppers’.”
“En el disco, la gente se va a encontrar ocho temas que no tienen desperdicio, porque yo soy muy exigente a la hora de componer temas. De hecho, tenía en total diecisiete temas. La gente se va a encontrar con canciones muy interesantes, que tienen su cosa, sus elementos potentes.”
¿En la onda del mítico Sherpa de toda la vida o algo actualizado?
“Hombre, un poquito más moderno. Desgarro un poco más la voz en algunos sitios, por ejemplo. A algunos colegas no les ha gustado, prefieren la voz limpia de Sherpa, pero claro también he de expresarme de otras maneras. Aun así, se ha aceptado muy bien el disco.”
Ahora toca volver a la carretera. ¿Cómo pinta el asunto?
“Mira, tengo galas, pocas. Muchas menos de las que necesito y de las que quisiera, pero vamos poco a poco sbiendo el Everest. Lo que queremos es que el disco se venda lo suficiente como para amortizar los gastos y seguir adelante”.
Han cambiado mucho las cosas desde la época del despilfarro que fueron los ’80. ¿Te ha costado acostumbrarte a éste nuevo estilo de hacer las cosas, analizando los gastos hasta el extremo, habiendo conocido lo que había hace veinticinco años?
“Pero somos guerreros y las batallas se libran cuando hay que librarlas. Ésta es otra batalla y ahora que concentrarse en ella. Duele, porque te pilla mas mayor, pero gracias a la “otra” música que hice durante quince años estoy costeándome el rock ahora mismo. Llevo tres años en los que no he ganado un duro con el rock, pero sigo pagando a mi grupo religiosamente en cada gala. Ahorré como una hormiguita y por eso no tengo miedo al futuro, pero tengo muchos amigos que llevan toda la vida en el rock y no tienen donde caerse muertos. Y duele”.
Hombre, los hay que son taxistas.
“Si, pero a lo mejor el taxi es suyo y gana pasta y se gana la vidilla. Pero hay gente que no es taxista, son guitarristas o cantantes y se tienen que ganar la vida con su talento. Y no tienen ni para tirar adelante el mes que viene. Yo siempre digo que tengo mucha suerte, aunque haya tenido épocas más austeras. Tuve una época en la que me dediqué a pintar y a hacer exposiciones pero bueno…entre los derechos de autor, una cosa que surge por aquí, otra por allí…he ido tirando.Hasta hoy.”
Hablando ya un poco de Barón Rojo veo que se ha pasado de la euforia del “casi sucede” a un sentimiento de enfado mutuo, de distanciamiento… O al menos, eso parece por los comunicados que ambas partes emitieron hace unos meses.
“Estamos a cara de perro, ciertamente. Pero luchar también es parte de la vida. Ellos luchan por su batalla y yo por la mia, y ambos creemos que tenemos la razón.”
La última ocasión en la que tuve posibilidad de hablar con Armando de Castro, comentaba que su argumento para negarse a la reunión era que, tras ella, ya no había futuro para Barón Rojo, mientras que en tu caso no tenías tanto en juego.
“ La cosa es mucho más complicada y mucho más profunda. Había un deseo por parte de la gente, hasta hace poco, de ver nuevamente al Barón original sobre los escenarios. Era algo ostensible, era un deseo palpable en el mundo del rock español. Yo me negué a salir nuevamente con el nombre de Baron cuando los hermanos nos llamaron a Heres y a mí tras haber probado a muchos músicos. Seguíamos siendo enemigos, yo me estaba ganando bien la vida al otro lado de la música y les dije “¿qué proyecto hay?”. Vamos a ver, si ni somos amigos, ni somos colegas y nos tiramos los trastos a la cabeza… Han pasado años, pero las heridas siguen abiertas. Quería saber qué proyecto había porque si me fui del grupo fue precisamente por como se le maltrató por parte de la compañía, los managers, el mundo del rock en general… Yo pedí saber qué proyecto había en ciernes, si había un proyecto digno del mito. Y no lo había. Era en la época en la que Barón estaba en su peor momento y yo decía “tu que eres mi enemigo pretendes que vaya contigo a tocar en garitos?”. Un poco de seriedad hombre.”
“Cuando por fín nos llega esa oferta, ahora quienes no quieren son ellos. Pues ya nunca va a poder ser. Cuando alguien arriesga por fin como nadie ha querido arriesgar para un grupo de rock, cuando ofrecen 30 millones a cada uno… Eran 25 millones a cada uno, más 5 millones adicionales en derechos de royalties, DVD’s… Y si la cosa funcionaba, se prorrogaba otro año más. El dinero era importantísimo porque te daba una tranquilidad enorme y te resarcía de todos esos años en los que no has ganado ese dinero currándotelo en la carretera. Tantas oportunidades que se nos perdieron de telonear a AC/DC, a WHITESNAKE…por fin a Barón se le iba a dar el trato que merece y ellos dicen que no. Pues nada, se acabó. Está visto que siempre vamos con el paso cambiado”.
“Tendría que pasar algo muy gordo para que finalmente sucediera. Que las Naciones Unidas nos rogasen que nos reunieramos mediante un mandato de cumplimiento obligatorio. O que viniera la Guardia Civil y nos obligara a reunirnos o nos pasamos una temporada en el talego. Y a lo mejor ni así!”.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.