Europe nunca quisieron creparse el pelo
Que Europe sigan en activo en el año 2015 es, cuanto menos, sorpresivo. Más de tres décadas después de concepción la banda definitiva del hard rock sueco sigue editando discos con insultante frecuencia y girando imparablemente. Si “Bag of Bones” fue un disco de vueltas a sus raíces setenteras en el sonido, “War of Kings” consolida ese giro de 180º y lo hace más firme si cabe.
Que Europe sigan en activo en el año 2015 es, cuanto menos, sorpresivo. Más de tres décadas después de concepción la banda definitiva del hard rock sueco sigue editando discos con insultante frecuencia y girando imparablemente. Si “Bag of Bones” fue un disco de vueltas a sus raíces setenteras en el sonido, “War of Kings” consolida ese giro de 180º y lo hace más firme si cabe. Con una gira que visitó Barcelona en dos ocasiones en 2015 (el Rock Fest y posteriormente un show en la sala Razzmatazz) los suecos han dejado claro que les gusta pasarse por aquí. En esa última visita, Sergi Ramos tuvo la oportunidad de sentarse con Ian Haugland, baterista de la banda, para hablar de su vida personal y de las relaciones dentro de la banda.
En el año 2015 ¿te extraña ser entrevistado por medios de heavy metal?
“La cosa con Europe es que cuando empezamos en los año 80 no había tanto thrash metal, death metal y cosas por el estilo. Lo que hacías era o hard rock o heavy metal. Estamos hablando de los primeros momentos del género, cuando Judas Priest editaron “British Steel” y “Point of Entry”. Creo que Europe siempre fueron aceptados por el público del heavy metal desde el principio pero cuando “The Final Countdown” llegó nos forzaron a un género más cercano al pop-rock que otra cosa y no es algo con lo que siempre hubiésemos estado cómodos. Nosotros veníamos de la escuela de Purple, Sabbath y Zeppelin. Cuando “The Final Countdown” se convirtió en un éxito tan tremendo, la discográfica nos metió un poco en ese género de pop-rock metalizado al estilo de Bon Jovi, Rick Springfield y todo eso. Ahí es donde estaba el negocio y eso es lo que quería la discográfica. Pero vaya, eso es algo que sucedió entre 1986 y 1989, hasta que editamos “Out of This World”. Ese disco no vendió ni la mitad que “The Final Countdown”. Luego hicimos “Prisoners in Paradise” que vendió incluso menos. Y tras eso vino el grunge y eliminó todo el género que nosotros representábamos”.
“Cuando nos reformamos en 2003 la imagen de los ’80 se había esfumado. Al final, la gente te recuerda por la música, no por la imagen. Cuando nos reunimos decidimos no preocuparnos de la imagen y hacer las cosas a nuestra manera. Si a la gente le gusta, bien y sino también. Pusimos en marcha un plan para restablecer a la banda y su reputación y creo que lo hemos hecho bien.”
“Lo bueno hoy en día es que, aunque haya más géneros y subgéneros, la gente joven es más tolerante con los estilos musicales. Mi hijo escucha hip-hop un día, otro día pop ochentero y al tercer día está escuchando a Rammstein.”
Porque han nacido con fácil acceso a un montón de música y eso hace que sean menos sectarios, probablemente. Volvamos a los años “pop” de Europe: ¿fue aquello un mal necesario? ¿De haber sido por vosotros habríais tomado un camino musical distinto realmente?
“Lo pienso firmemente. Si hubiese dependido de nosotros, no habríamos ido con las pintas que llevábamos. Seguramente habríamos tenido un look más cercano a Iron Maiden, por decir algo, con chaquetas de cuero y tejanos sucios. Nosotros no pensábamos en la imagen, pero la discográfica si. Es lo que estaba en boga en los años 80 y es lo que querían: si tocas en una banda de rock debes competir por el pelo más molón y el spandex más apretado y toda esa mierda”.
“Todos los géneros y modas tienen sus cosas. Si tocas grunge debes ir con camisa de leñador. Si tocas glam-rock en los setenta debes llevar plataformas y maquillaje. Cada era tiene su moda, igual que los ochenta la tuvieron. Si hubiese dependido de nosotros habríamos ido con otro estilo y otra imagen.”
¿Que piensa tu hijo de aquellos videoclips y fotos?
“Le encanta! Ven el video y no tienen una conexión emocional así que dicen “oh, pirotecnia”, “oh, papá cuando tenía pelo”, pero ya está (risas). Tienen un punto de vista más natural, no le dan tantas vueltas. Los chavales jóvenes escuchan la música sin pensar tanto en estilos ni ropa. Las cosas han cambiado”.
“Me sorprende más cuando voy a clubs rockeros y la gente se viste como nosotros nos vestíamos en los años 80. Hoy en día está bien ser cualquier cosa, todo está permitido. Nadie te mira mal”.
¿Como llevas la vida doméstica? En las giras eres un tío que toca ante miles de personas en grandes escenarios y luego llegas a casa y has de sacar la basura y pasear al perro. ¿Te cuesta un tiempo descomprimirte y vivir una vida normal?
“Personalmente, nunca ha sido un problema. Siempre he sido muy realista. Cuando no giraba con Europe en los 90 tenía un trabajo normal día a día. Tenía a mi esposa, mi hijo y demás y tenía que trabajar para poner comida sobre la mesa. Eso me ayudó a tener la cabeza clara y ver lo que es la vida real.”
“Cuando salgo de gira me doy cuenta de que la gente me ve como alguien especial por ser el baterista de Europe. Lo entiendo y no lo entiendo, porque en mi mente soy un tio normal. No te puedes tomar a ti mismo demasiado en serio cuando estás en la carretera. Es show business. No puedes dejar que la fantasía se convierta en realidad. Tienes que ser capaz de separar las cosas”.
Cuando Europe cesaron su actividad en los 90 había varios problemas sobre vuestras cabezas: uno de impuestos y otro con vuestro antiguo manager. ¿La banda se separó voluntariamente o fue una cuestión de “cerrar la empresa” para poder liquidar los problemas que pendían de ella?
“Tuvimos problemas con el management, nos robaron un montón de dinero. La discográfica ya no tenía ningún interés en la banda y pasamos a ser noticias de ayer cuando llegó el grunge. Por otra parte estábamos un poco hartos unos de otros y de las giras. En los 80 todo pasó muy rápido y no tuvimos tiempo de procesar y reflexionar las cosas. Hubo distintos factores que nos hicieron tomar la decisión de romper la banda una temporada. Nunca nos separamos oficialmente, sino que paramos la actividad y dijimos que revaluaríamos las cosas en el futuro. Necesitábamos hacerlo.”
“El tiempo que pasamos lejos unos de otros nos hizo darnos cuenta de lo buenos que somos cuando estamos juntos. Tienes que echar algunas cosas de menos para darte cuenta de su importancia”.
Cuando hicisteis el show de nochevieja de 1999-2000 ¿pensabas que la gente aún tendría interés en Europe?
“Bueno, cuando volví a la vida real después de que Europe parasen nunca hubo un día en que alguien no me preguntase por la banda. Y a medida que el tiempo iba pasando me di cuenta de que la música de Europe significa mucho para mucha gente. Es música que va a perdurar en el tiempo aunque la banda no esté ahí. “Habrá un momento en el cual tendremos que volver” pensé”.
“Cuando internet apareció a mediados de los 90 y más adelante cuando llegó Youtube comenzamos a ganar un montón de fans jóvenes que no nos habían visto en los 80 y que querían vernos. Cuando volvimos en 2003 teníamos a muchos fans nuevos que estaban esperando nuestra vuelta”.
Desde “Bag of Bones” el toque más bluesy en la música es evidente. ¿Es el sonido de Europe para el futuro? ¿Retro y setentero?
“No necesariamente. Cuando volvimos en 2003 decidimos que queríamos hacer lo que nos apeteciese, no intentar encajar ni vivir de glorias pasadas o componer “Final Countdown Part II”. Estamos orgullosos de tocar las viejas canciones pero queremos hacer cosas nuevas, explorar nuevos territorios. Eso es lo que nos motiva, obviamente. No escuchamos cuando una discográfica nos sugiere algo, porque no necesitamos eso ya.”.
“Desde ‘Start From the Dark’ empezamos un viaje musical. El siguiente, ‘Secret Society’ sucedió porque habíamos hecho ‘Start from the Dark’. Y sucesivamente. Cada disco ha sido un vehículo en nuestro viaje musical. “War of Kings” suena como suena porque grabamos “Bag of Bones” de la manera en que lo grabamos. Es un disco muy setentero, muy Lizzy, muy Zeppelin. El disco no sonaría como suena de no ser por el disco anterior, donde nos lanzamos a explorar el lado blues de las cosas, las raíces de todo.”
¿Como ha cambiado eso tu estilo a la hora de tocar la batería? ¿Menos fills? ¿Menos ‘vaciles’?
“Yo nunca supe cual era mi estilo, realmente. En los ochenta estaba muy inseguro. Tocaba cosas pero nunca sabía si era lo suficientemente bueno. Nunca he tenido educación musical como baterista, soy autodidacta y lo que se lo se a base de ensayo y error. Me llevó mucho tiempo darme cuenta de quien soy como baterista. Creo que el estilo que tengo en los últimos tres discos, con más groove y más a lo John Bonham, es mi estilo. No soy un tío muy flashy, muy de ir demostrando lo que se hacer. Yo toco para que la canción ruede”.
“Siempre me siento en desventaja. Cuando escuchaba a mis ídolos como Simon Philipps o Terry Bozzio, monstruos técnicos, no tenía ni idea de como hacían lo que hacían. Pero cuando escuchaba a Cozy Powell o John Bonham me veía más capaz de tocar como ellos. Cuando no estudias una materia te sientes inferior a los que la han estudiado. Como si tu manera de hacerlo no fuese la manera. Al final te das cuenta de que no hay bueno o malo. Hay técnicas efectivas pero lo que te sirve, te sirve. Punto. La única manera correcta es la que funciona para ti.”
“Lo mejor que puedes hacer si no tienes estudios es tocar con emoción en lugar de filtrar tus emociones a través del filtro educativo. He tenido momentos extraños. Cuando conocí a Thomas Haake de Meshuggah me dijo ‘tío, Ian, eres una de mis grandes influencias’. Yo me quedé cuadriculado. Nunca podría tocar como él. Pero me dijo que había visto mi solo de batería cuando tenía 12 o 13 años y que fue en ese momento cuando decidió ser baterista. Es un sentimiento irreal, especialmente cuando es alguien tan tremendo técnicamente”.
¿Has podido leer el libro de Kee Marcello?
“Es un gran guitarrista y una gran persona pero no era el tipo adecuado para Europe ni emocionalmente ni a efectos de química. Europe era una banda de amigos que crecieron en el mismo vecindario y se desarrollaron juntos. Cuando John Norum se fue en 1986 teníamos que sustituirle rápido porque todo estaba estallando en ese momento para nosotros. Le metimos en la banda sin hacer audición ni nada por el estilo. Fue una recomendación y le conocíamos de la escena. Por eso le escogimos. Pero no encajaba en la química de Europe. John Norum y Joey Tempest siempre tuvieron esa tensión a lo Richards/Jagger y con Kee Marcello no sucedía eso: era un músico de sesión a todos los efectos. Más técnico que John, si cabe, pero no tenía el mismo toque que el.”
“Joey se vio solo con las composiciones y sin nadie con quien comparar ideas. Kee hizo un buen trabajo pero no era la persona adecuada para nosotros a la larga”.
Si, si…pero ¿has leído el libro?
“Si, he leido algunas partes. Creo que es una exageración. Muchas de las historias parecen de Motley Crue. Hay que filtrar cuando lees ese libro. Escribió el libro con un periodista sueco que es reconocido por crear imagenes exageradas de las cosas. Es una lectura divertida, porque todos los detalles de drogas y locuras son muy exagerados, pero no especialmente reales”.
“Grabó un disco después de editar ese libro y eran todo canciones de Europe. No lo entendí. Una cosa es que hubiese regrabado canciones de las que el había sido parte pero regrabó temas de “Wings of Tomorrow” y “The Final Countdown”, dos discos en los que no participó. Tampoco entendí porqué cantaba. No es un cantante!”.
¿Tenéis relación con él?
“Lo vemos alguna vez, como sucedió hace poco en un show televisivo. Me lo encontré en un show televisivo donde varios famosos cabalgan caballos. Tengo la sensación de que está confuso y no sabe lo que quiere hacer. Como guitarrista, Kee Marcello es lo suficientemente bueno para trabajar con cualquiera. Podría haber sido el guitarrista de Whitesnake o de Def Leppard, por decir algo. O Bon Jovi cuando Richie Sambora se fue. Pero no sabe lo que quiere y está perdido. Va probando cosas a lo loco y no termina de ubicase. Pero es un gran guitarra”.
¿Como están las relaciones en Europe? Tenéis la formación clásica más de treinta años después.
“La verdad es que no nos vemos mucho fuera de las giras. Joey vive en Londres y los demás vivimos por Estocolmo. No es que no queramos vernos pero no tenemos tiempo. Tres de nosotros tenemos familia e hijos, yo trabajo de DJ en la radio en Estocolmo y demás…a veces nos vemos en algún concierto o socializamos. No nos evitamos, pero no solemos tener demasiado tiempo para vernos. Tenemos una relación de trabajo y nos vemos mucho en las giras, obviamente. Después de cada show nos sentamos un par de horas y hablamos y pasamos el rato, así que cuando acaba la gira no hay necesidad de quedar cada dos por tres. Somos amigos aunque no nos veamos cada día. Es lo que le sucede a todas las bandas, sobretodo cuando llevan varias décadas tocando como es nuestro caso”.
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