El alto en el camino de Warcry

Warcry son los cabezas de cartel indiscutibles de la primera edición del festival Escena Rock, una nueva iniciativa auspiciada por Live Nation que se lleva a cabo en el pabellón de IFEMA de Madrid el próximo 15 de febrero. Junto a bandas como Obús, Leo Jiménez, Saurom, Lépoka o Ñu, Warcry celebrarán no solo la gloria del heavy metal en español sino el que será el último concierto de su carrera a medio plazo.

Un alto en el camino que la banda asturiana afirma necesitar tras casi veinte años de carrera ininterrumpidos con multitud de discos, giras españolas, latinoamericanas, infinidad de festivales y compromisos. Sergi Ramos habla con Víctor García, vocalista y líder de Warcry, sobre los motivos que fuerzan ese alto en el camino.

¿Qué motiva el freno en la actividad anunciado por la banda recientemente?

Te empiezas a dar cuenta de que has entrado en una dinámica repetitiva y desde el punto de vista creativo, es la antítesis de lo que necesitas. El cambio es bueno, los giros inesperados son interesantes. Cuando hay una dinámica repetitiva lo bueno es distanciarse un poco, como el que mira un cuadro.

Warcry (foto: Lluís García)

Podríamos haber hecho un parón de seis u ocho meses sin decir nada. Habría habido un vacío en redes sociales y habríamos creado una incertidumbre importante. Creo que era mejor anunciar que os tomábamos un respiro y explicar las razones para darles toda la información necesaria a los seguidores de la banda. No queríamos desaparecer en la niebla. Nosotros somos cinco personas más toda la gente que nos acompaña y es bueno que todos podamos liberar la cabeza de algún modo y recuperar el pulso con más fuerza.

¿Qué opciones tiene Warcry en éste momento para mantener el interés y el encanto? Los grupos extranjeros se inventan la gira del vigésimo aniversario de un disco o tours tematizados de ese tipo. ¿Cómo podéis lograr que esto no se os haga tan repetitivo?

Opciones hay muchísimas. Lo que pasa es que en los últimos años venimos haciendo siempre lo mismo. Le pasa a todas las bandas, no están exentos. Santiago Novoa dirige dos corales y cuando está de gira tienes que suspender su actividad. Pablo García tiene la academia de guitarra con mucha gente y tiene un hijo. Nosotros siempre hemos sido un grupo atípico. Hacemos cosas que nos parecen superlógicas y la gente se tira de los pelos y dice ‘es que esto no lo hace nadie’. Pero insisto: es bueno parar un poco y tomar aire. Un año sabático es bueno. Es difícil porque si llevas muchos años haciendo esto es porque te gusta, pero todo lleva a una cierta monotonía. Era el momento de coger energía, fuerza y cierto espacio.

WarCry (Foto: Javier Bragado)

Warcry podría hacer muchas cosas como banda. No nos aburrimos encima de un escenario pero a grosso modo los viajes a Latinoamérica se hacen muy pesados. Vamos varias veces al año. Mucho avión, muchas horas, mucha espera. Creo que el parón nos servirá para descansar un poco.

Una decisión unánime

¿Había alguien en contra de éste parón dentro de la banda? Sois una banda autogestionada. No tenéis a una discográfica o agencia detrás presionando. Si una banda se lo podría montar como le dé la gana, esa es Warcry.

Yo expliqué un poco la idea, lo que veía. Fue sorpresivo para todos. En este mundillo estamos muy programados y pensamos que las bandas tienen que hacer las cosas de una manera determinada. A los compañeros les sorprendió un poco y les sorprendió que yo tomase la decisión. Cuando les expliqué los motivos, todos estuvieron de acuerdo. No hay grandes discrepancias entre nosotros y el resto de miembros también agradecerán tener más tiempo para sí mismos. Será positivo. Tengo la suerte de que toda la gente que tengo alrededor han ido todos a una.

¿Qué es lo que más y lo que menos vas a echar de menos en este parón?

Lo bonito es la incertidumbre. Cuando sabes que tienes un concierto dentro de un mes y has de preparártelo, tienes una finalidad y una meta. Yo funciono un poco fuera de sistema, fuera de lógica. Me dejo llevar e intento no planificar nada. Dejo que todo vaya surgiendo, que creo que es la mejor opción. Lo bueno es que la vida te vaya llevando, que te vaya iluminando el camino. Me agrada pensar que no tengo ni idea de lo que pasará en los próximos meses.

¿Te apetece hacer algún proyecto en solitario o justamente quieres desconectar de todo?

No hay nada que me apetezca a nivel de trabajo. Si trabajo en algo, ha de ser en Warcry, considero. Soy una persona que está contenta con poquito, aunque sea yendo a ver un partido con mis amigos al bar. No es que tenga planificado lo que quiero hacer cuando Warcry hagan su descanso. Volvería al mismo problema: a la premeditación y el cansancio que lleva implícito. Hay que dejarse llevar.

¿De qué modo mantendréis el nombre de la banda vivo en estos meses? ¿Hay algún DVD, recopilatorio, libro o similar en los planes?

Yo creo que no, no hay nada pensado. No es algo que me preocupe porque desde que existe internet lo difícil es desaparecer, no mantener el nombre vivo. Lo que no queremos hacer es parar y ponernos a planificar veinte cosas.

Me sorprendió la elección del concierto del Escena Rock para frenar vuestra actividad, teniendo en cuenta que el Leyendas es en agosto.

Ya teníamos la fecha reservada desde el año pasado y decidimos unirlo a un concierto en A Coruña unos días antes, ya que hace mucho que no tocamos en Galicia. No tenía sentido mantener a la banda en activo hasta Agosto ya que eso implica que seguimos ensayando y estando pendientes del grupo. Es lo que no queremos. Lo que queríamos era cortar cuanto antes mejor y el 15 de febrero es el momento. Además, es un concierto con muchas bandas fantásticas que nos sirve como bonita forma de parar disfrutando del espíritu del heavy metal.

El salto incompleto

Hubo un momento, después de “Alfa” en 2011, donde hubo un intento de llevar a la banda más allá, a pabellones y salas grandes, limitando la cantidad de conciertos que Warcry daba en España y buscando proyectar una imagen de banda grande. Me da la sensación de que faltó un poco más de ímpetu o de respuesta de público en España. ¿Tienes eso algo que ver con la decisión actual o él cierto estancamiento que siente la banda?

No, no es así. Para nosotros es bonito tocar en un sitio grande, con gran infraestructura y delante de miles de personas. Cualquier banda te va a decir que estaría encantada. Pero, como hablábamos antes, Warcry es una banda que está fuera del sistema de grandes discográficas y las giras por España, aunque contamos con muchos apoyos, nos las gestionamos nosotros mismos en su mayor parte. Eso nos permite no tener que exigirnos grandes recintos. Está muy bien si surge pero hay que ser consecuente con el punto en el que estás.

En España, más allá de cuatro conciertos y algunos festivales, no hay público para hacer algo más grande en todas las provincias. Lo que comentas no es algo que haya pesado en la balanza a la hora de decidir este parón. Lo que pasa es que Warcry era el único tema de conversación continuamente y queríamos frenar eso y abrirnos un poco más. Warcry te da muchas satisfacciones y mucha energía pero vamos a cargar las pilas un poco y hacernos desear. Lo de los recintos y el crecimiento de la banda no es algo que me preocupe.Somos una banda que está bien, que está en un buen nivel. No es algo que nos preocupe.

Warcry (Foto: Lolo)

Warcry es de las pocas bandas en éste país que han escogido limitar su presencia en directo. La mayoría giran hasta la extenuación y las puedes ver hasta dos veces al año en cada territorio, lo cual contribuye a que se quemen y a que la gente no responda. Aquí no hay barbecho.

Solo cultivo intensivo (risas).

¿Crees que os ha perjudicado o beneficiado que Warcry sea un producto en cierta escasez?

No ha sido una decisión errónea. ha sido un movimiento lógico porque en su momento decidimos llevar una serie de técnicos e infraestructuras que no son baratas. Los buenos técnicos, además de ser buenos, cobran (risas). Yo me puedo llevar al técnico a Barcelona o a Madrid sin problema, pero sí me lo llevo a Peñarriba de Alcahuete, donde meto a doscientas personas en una sala, y no sale a cuenta. Todo el dinero de las doscientas personas se va para los técnicos. Si quieres llevar un mínimo de calidad tienes que tocar en plazas grandes. Hay sitios donde metemos a 1500 personas y sitios donde metemos a 300 y tenemos que ser consecuentes.