Hay bandas capaces de reinventar su propia rueda con cada disco que hacen. Los suecos Dark Tranquillity son una de esas bandas. Definieron un género en los 90 con discos como "Gallery", lo mancillaron ligeramente con "Projector" y volvieron a casa con "Character". Desde entonces, acumulan una ristra de discos infalibles como "Fiction", "We Are The Void", "Character" y ahora el nuevo "Atoma".

Hay bandas capaces de reinventar su propia rueda con cada disco que hacen. Los suecos Dark Tranquillity son una de esas bandas. Definieron un género en los 90 con discos como «Gallery», lo mancillaron ligeramente con «Projector» y volvieron a casa con «Character». Desde entonces, acumulan una ristra de discos infalibles como «Fiction», «We Are The Void», «Character» y ahora el nuevo «Atoma». Sergi Ramos habla con Mikael Stanne en profundidad.

Han sido cinco años un poco tormentosos para Dark Tranquillity, con los cambios de formación, la salida de un compositor como Martin Henriksson del seno de la banda y el estrés acumulado de muchos años en la carretera. ¿Ha sido más difícil «Atoma» que otros discos previos de la banda?

«Bueno, las cosas no son más fáciles. Uno piensa que cuando lleva muchos años va a ser capaz de sacarse las canciones de la manga sin el menor problema. «Llevo toda la vida en esto, soy un genio» piensas. Y luego ves que es más difícil a cada año que pasa. ‘Construct’ fue un disco muy bueno y queríamos que este fuese mejor. Nos marcamos algunas metas imposible de alcanzar y luego vamos sufriendo por el camino. Siempre lo hacemos pero creo que con este hemos notado mucha presión por nuestra propia parte.»

«Nos comenzamos a cuestionar lo que hacemos, como lo hacemos y todo eso. Lo que pasa es que en lugar de ser miserables e implosionar, nos pusimos a trabajar de manera más dura para conseguir que el disco fuese lo que queríamos. Queríamos probarnos que podemos, que somos capaces de hacer un disco al 200% todavía. Pero si, salir adelante se convirtió en una urgencia. Fue un reto y muy interesante. En algunos momentos me sentía como si no hubiese dormido durante meses, siempre con la cabeza llena de letras e ideas, lo que me generaba un estrés constante. Pero cuando acabamos el disco y nos miramos unos a otros y volvimos a respirar, la sensación fue de paz. Todas las piezas encajan, todas las canciones encajan. Al final hemos conseguido sacar algo muy especial a partir de una montaña de ansiedad. Lo cual no ha sido fácil».

¿Tienes algún método para gestionar ese estrés tras veinticinco años de carrera?

«No, ciertamente no. Ir liquidando cosas, ir finalizando cosas suele ser la solución óptima. A veces te bloqueas o pierdes la cabeza y te encuentras en un patrón en el que no quieres estar. No soy el mejor gestionando estas cosas, lo reconozco. Soy mucho mejor gestionando el estrés de los shows y las giras que gestionando el estrés creativo del estudio. Somos demasiado conscientes de lo que queremos conseguir y nos preocupamos demasiado por los resultados. Cuando quieres darte cuenta sientes que eres insignificante y que no estás haciendo nada como es debido. Es un bucle del que cuesta salir».

Bueno, estás describiendo la montaña rusa de cualquier proceso creativo.

«Exacto. Es lo que te iba a decir. Cualquiera que se haya dedicado a las artes creativas, de cualquier tipo, sabe a lo que me refiero con esto. Es algo bastante común».

¿Tienen Dark Tranquillity un punto de inseguridad? Es decir: Dark Tranquillity marcaron el camino de este género en los años 90 y en tiempos actuales hay un montón de bandas más jóvenes y más hambrientas usando lo que vosotros un día ayudasteis a construir y refinar.

«Hay un poco de eso. No es que seamos competitivos pero tenemos una urgencia que viene dada por eso. Vemos lo que se mueve a nuestro alrededor, con bandas que son realmente prolíficas y activas. Sentimos que no podemos relajarnos, que tenemos que mantener este momentum al máximo. Hay una parte de estrés que viene de ahí, obviamente».

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La colección de canciones a la que habéis dado forma en «Atoma» es tremenda. Probablemente es el disco que más he disfrutado desde «Fiction». «Construct» no terminó de convencerme, en cierta forma. No enganchaba de la misma manera.

«Estoy muy cerca de él, creativamente hablando, como para poder emitir juicios de cualquier tipo. Hemos dedicado mucho tiempo a asegurarnos de que cada canción es potente. Que los versos tienen sentido y que el estribillo te engancha. Que todo pasa en el lugar adecuado. Decidimos que doce canciones es lo que íbamos a grabar y las escogimos muy cuidadosamente. Tenían que ser diferentes unas de otras pero tener sentido entre ellas dentro del contexto de un disco. Todas tenían generar un impacto perfecto».

¿Os ha obligado la salida de Martin a modificar el proceso creativo? ¿Os ha hecho eso más aventureros en parte?

«No ha afectado demasiado. El siempre ha sido una persona que empujaba con fuerza, que traía muchas ideas y que generaba material. Pero en el último par de años no ha estado demasiado por ello, sino que se ha concentrado en ser el manager. Simplemente nos dijo ‘no tengo ideas’ y dejó la guitarra y se centró en cerrar shows, festivales y giras sin aportar material compositivo. Esto comenzó en la época de «Construct», donde el no tuvo demasiado material, pero Anders (Jivarp, batería) tenía mucho material bajo el brazo para compensar. Quizá sentir que no tenía nada que aportar, nada bueno que darle a la banda, le afectó y motivó su salida de la banda como miembro efectivo. Pero no, su salida no ha afectado creativamente más que en el disco anterior, realmente. Ha sido algo más emocional que otra cosa. De golpe nos vimos sin uno de nuestros miembros fundadores en la estructura de la banda y eso se nos hizo difícil. Ahora nos hemos acostumbrado y el se ocupa del management y eso funciona muy bien. Nosotros nos hemos dedicado a ser una banda, a buscar algunos músicos de sesión para sustituirle y poder funcionar y creo que incluso nos ha venido bien para salir de nuestra zona de comfort».

Otras bandas, como Arch Enemy, han pasado por experiencias similares. Angela Gossow dejó de lado ser la vocalista de la banda para centrarse en ser la manager. ¿Un signo de los tiempos que corren? ¿Preferís alguien cercano para administrar vuestros asuntos en quien tengáis total confianza?

«Todo parte de la necesidad de control. Hemos tenido gente a nuestro alrededor en años anteriores trabajando pero al final terminamos pensando «esto lo podríamos hacer mejor nosotros mismos». Y hemos hecho muchas cosas: hemos usado nuestro propio estudio, donde podemos ser especialmente eficientes. Niklas diseña las portadas porque así ya no necesitamos a alguien externo haciéndolo. Y así con todo. Necesitamos trabajar con gente en la que confiamos y no confiamos en nadie más de lo que lo hacemos en Martin. Necesitamos ser dueños de las decisiones que tomamos. El lleva muchos años ocupándose de las cosas parcialmente pero ahora se dedica a tiempo completo».

«Es lo que hay. Las ventas de discos no son lo que eran, todo se basa en las giras y necesitas sacar el máximo posible del tiempo que pasas en la carretera».

Trabajar en un estudio propio, como es el caso con las instalaciones que ha abierto Martin Brändström, os ha hecho más indulgentes? Ya sabes: no hay una factura de estudio que pagar y puedes tomarte los días que sean necesarios para grabar.

«Ha sido por conveniencia. Queríamos tener control sobre ese aspecto también. Queríamos tener un sitio no solo para grabar el disco sino para poder grabar cualquier demo o idea cuando estamos preparándolo todo. Nos ayudó mucho para poder componer en paz».

¿Lo hicisteis todo en el estudio?

«Cada uno trabaja sobre estructuras básicas por su cuenta, luego Niklas y yo comenzamos a probar cosas y al final convertimos esas cosas en canciones.»

¿Existía cierta preocupación por la compra de Century Media que ha efectuado Sony? Algunas bandas se han ido a otros sellos como Nuclear Blast. En vuestro caso ¿os supone esto ser ahora un pez más grande en el estanque?

«No te sabría decir. No siento que deba estar preocupado por ello. El negocio de las discográficas es muy diferente ahora y soy consciente de que algunas bandas han cambiado de compañía o directamente se lo están gestionando todo ellas solas. Pero me gusta la manera en que Century Media se ha adaptado a los tiempos. Puede que las ventas de discos físicos sea una cosa del pasado pero han sabido adaptarse a la hora de promocionar a las bandas y situar el producto en el mercado. Su amor por la música y por el metal es tremenda y eso lo tenemos que valorar. Llevamos con ellos desde 1999 y nunca nos han fallado. No podría estar más feliz de estar con Century Media en la actualidad. Quizá hay cosas de la compra por parte de Sony que no se y que nos podrían afectar pero por ahora estoy muy contento con como están las cosas».

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Canciones como «Encircled» tienen un enfoque muy pop una vez le quitas el barniz de brutalidad que llevan por encima. ¿Qué me puedes contar de este tema?

«Creo que es algo que siempre ha estado con nosotros. Nos gusta hacer temas directos y simples y «Encircled» es una muestra de ello. A veces ese es el mayor reto: conseguir simplificar una canción cuando tenemos quinientas ideas.»

Eres Mikael Stanne de Dark Tranquillity. Tu carrera musical va íntimamente ligada a la propia historia de la banda. ¿Alguna vez has querido hacer alguna otra cosa o todas tus ambiciones musicales se ven satisfechas en esta banda?

«Nunca he pensado que estoy limitado en Dark Tranquillity. No me siento creativamente atado. Todo lo que me gusta de la música puedo expresarlo en esta banda. Claro que me gustan muchos tipos de música y sería divertido experimentar con otras cosas pero tampoco tengo la necesidad imperiosa. Claro que podría hacer otras cosas pero no siento esa urgencia. Todos podríamos hacerlo pero no sale de dentro. Nunca me he sentido incómodo en Dark Tranquillity. Esta banda es una enorme parte de mi, de lo que soy. Es lo más importante de mi vida».

La banda siempre ha sido bastante consistente, en comparación con bandas como In Flames, que han tenido grandes altos y bajos en su carrera. ¿Crees que esa consistencia es parte de vuestro éxito?

«Creo que si. Empezamos en esto cuando el negocio de la música era muy distinto y la gente no recibió nuestra música con demasiada alegría. Decían que éramos demasiado melódicos para el death metal y ese tipo de cosas. Nosotros seguimos en nuestras trece y estuvimos de acuerdo en que estábamos haciendo algo muy bueno y que teníamos que mantenerlo, aunque a la gente quizá le llevase un tiempo entenderlo. Siempre quisimos hacer música intensa y agresiva sobre nuestro sentimientos más oscuros pero con un enfoque melódico. Es lo que hemos hecho todos estos años y lo que nos define. Cuando nos hemos esforzado en salir de nuestra zona de comfort ha acabado sonando igualmente a Dark Tranquillity. Eso es algo de lo que estoy muy orgulloso».

¿Como definirías tu relación con Niklas después de tantísimos años?

«Es una relación con altos y bajos. A veces nos vemos mucho, a veces solo hablamos por teléfono. La mayor parte de lo que hablamos cuando estamos fuera de las giras es sobre los planes de futuro de la banda. Ahora el tiene una criatura y no paramos de hablar de niños (risas). Hemos crecido juntos, nos conocemos desde que teníamos 6 años y coincidimos en la guardería. Es bonito crecer con un amigo y ver como las cosas van progresando con los años. Estoy contento de tenerle como compañero, no solo por su música, sino también por su artwork y todas sus contribuciones».