Son la nueva apuesta del sello alemán UDR Music. Hard Rock sleazy con toques a lo HEAT recién llegado desde los alpes franceses, el lugar menos indicado para montarse una banda de hard ochentero con ecos actuales. Pero así de caprichosa es la naturaleza y a veces crecen plantitas en medio de una carretera de adoquines.

Black Rain son la nueva apuesta del sello alemán UDR Music. Hard Rock sleazy con toques a lo HEAT recién llegado desde los alpes franceses, el lugar menos indicado para montarse una banda de hard ochentero con ecos actuales. Pero así de caprichosa es la naturaleza y a veces crecen plantitas en medio de una carretera de adoquines. La banda presenta su nuevo disco, «Release», que certifica una carrera de diez años en la que ha habido de todo, pero especialmente rock guitarrero y estética cuidada. Sergi Ramos habla con la banda.

Una banda de hard rock en Francia. Hoy ya solo me queda por ver un cerdo volador. ¿Qué pasa con el rock en tu país?

«Tienes toda la razón. No hay demasiadas bandas francesas famosas de rock. No está en nuestra cultura, imagino. Todos en la banda hemos escuchado rock desde niños y venimos de un pueblo en la montaña así que prácticamente no teníamos mucho entretenimiento más allá de tocar música juntos. Todos tuvimos la misma idea y a la misma vez».

«Al principio de la historia de BlackRain comenzamos girando fuera del país porque parecía más fácil ser famosos fuera de aquí que en Francia. Ahora, gracias a haber firmado con UDR Music, podemos tener una proyección internacional completa».

«Nosotros nos pensábamos que fuese posible tocar este tipo de música hoy en día. Todo el mundo a nuestro alrededor tocar metal extremo, como la mayoría de bandas conocidas de Francia. De hecho, por raro que parezca, nuestra primera gira fue en Japón. Tocamos en un bar y los tios de allí habían descubierto a bandas como Crashdiet o Hardcore Superstar y fue entonces cuando nos dimos cuenta de que podíamos tener un futuro por delante con este estilo de música. Al final nos salimos con la nuestra».

¿De dónde surgió el contacto con Jack Douglas? ¿Quién os puso en contacto?

«Fue nuestro anterior manager. Nuestro manager de entonces solía trabajar con Jack a finales de los 80 y principios de los 90 y le conocía. Nosotros no sabíamos lo que había conseguido en el negocio de la música, no conocíamos su figura. El escuchó nuestras canciones y lo conocimos en el festival de Cannes a través del anterior manager. Nos dijo que querría hacer el disco con nosotros y vino a Paris para grabarlo. Cuando partimos la relación profesional con nuestro manager le envíamos algunas canciones nuevas y nos dijo que quería volver a trabajar con nosotros, pero en Los Ángeles. Y vaya que si trabajamos en Los Ángeles».

¿Tuvo mucho trabajo con vuestras canciones el viejo Jack?

«Creo que nuestras canciones estaban bastante determinadas. Eran demos con todos los arreglos y en versiones bastante completas. Jack trabaja más en los instrumentos y los sonidos que en las ideas estructurales. Eso es cosa nuestra. En ocasiones nos ayudaba con las letras porque hay cosas que pueden sonar estúpidas para un americano o un inglés.»

¿Existen bandas jóvenes tocando hard rock en Francia?

«Hay algunas bandas pero son locales y están empezando. Duran poco. Se que hay algunas bandas jóvenes en este mismo estilo pero no duran. Hay que ser muy paciente y trabajador en este negocio o las cosas no funcionan. Muchas dejan estar el proyecto antes de que despegue. Nosotros somos amigos de algunas de ellas, pero hay muy muy pocas.»

A día de hoy, Trust sigue siendo prácticamente el único gran exponente comercial de la música rock dura salida de Francia.

«La gente piensa que los franceses somos incapaces de tocar rock. Aquí estamos para decirles lo contrario».

«Trust solían ser muy grandes porque era la única banda de rock francesa que sonaba en la radio. Pero después de ellos no ha habido mucho más. Y es curioso porque tenemos un montón de buenos festivales: tenemos el Hellfest, este año hay el Download francés…e incluso cuando vienen a AC/DC tocan dos noches en el mayor estadio de París y los tickets desaparecen en diez minutos».

«En Francia hay muy buena música electrónica pero no tantas bandas de hard rock clásico. No lo entiendo muy bien, realmente».

¿Crees que parte de la leyenda de las grandes bandas de hard rock es por su estilo de vida salvaje más que por la música?

«Nosotros podríamos escribir un libro sobre lo que hemos vivido en estos diez años como banda. Tenemos infinidad de historias. Creo que en los 80 había mucho dinero en el negocio de la música y hoy en día las cosas son distintas. Las historias de Guns N’ Roses o Motley Crue fueron muy complicadas al principio pero en algún punto todo se convirtió en algo muy fácil. Cuando tienes dinero y un séquito de gente a tu alrededor te puedes volver todo lo loco que quieras. Si ahora saliesen Guns N’ Roses, sin el dinero que había por entonces en la industria, las cosas serían muy distintas.»

¿Tiene aún encanto Los Ángeles? Cuando he estado me ha parecido un lugar en absoluta decadencia.

«En lo que a escena se refiere, está muerto. La escena rockera ya no existe. Lugares como el Rainbow mantienen el encanto pero no son muy distintos a algún sitio que te puedas encontrar en París. Lo que pasa es que en Los Ángeles hay mucha gente de la industria y muchos de los estudios de grabación. Es un lugar de oportunidades y de leyendas, pero la realidad es que mucho de lo que se dice forma parte de un pasado muy embellecido. Mucha gente me ha dicho que en Las Vegas todo tiene otro ambiente, aunque yo personalmente no he estado. Aparentemente en Austin, Texas, también hay mucha escena.»