Protest The Hero: Volition

‘Volition’ es un buen disco. Mejor dicho, es un grandísimo disco, seguramente entre los mejores lanzamientos del año. Pero eso no quita para que al poco de haberlo empezado, uno tenga la sensación de que todas esas diabluras ya las ha escuchado

El mayor punto fuerte de PROTEST THE HERO seguramente sea su mayor debilidad. El hecho de que no haya nadie como ellos, con ese estilo de metal moderno técnico alocado tan característico, hace que se conviertan en esclavos de sí mismos en su seña de identidad. Dicho de otra manera: no consiguen sorprender tanto como lo hicieron con ‘Kezia’ (ocho años han pasado ya desde su debut), y sobre todo desde ‘Fortress’, su plataforma hacia la popularidad que tienen hoy en día.

‘Volition’ es un buen disco. Mejor dicho, es un grandísimo disco, seguramente entre los mejores lanzamientos del año. Pero eso no quita para que al poco de haberlo empezado, uno tenga la sensación de que todas esas diabluras por los mástiles de Luke Hoskin y Tim Millar (también de Arif Mirabdolbaghi, aunque muchas veces en segundo plano) y todas las subidas y bajadas en su registro vocal de Rody Walker (que son una constante, seguramente es el mejor trabajo que ha hecho hasta la fecha) ya las ha escuchado. Puede que de otra manera, en otro momento y lugar, pero en líneas generales de forma parecida.

Otra de las cosas que no cambia en los de Ontario es su buen humor, en ocasiones bastante friki. Lo demostraron a principios de este año con un vídeo muy cachondo dónde explicaban su proyecto de crowdfunding en el que se marcaban la meta de 125.000 dólares para financiar este álbum: casi consiguen triplicar esa cifra. Y eso que las “recompensas” no eran baratas precisamente. Pero eso demuestra lo poderosa que puede ser esa alternativa ante una banda con cierto renombre. Todo depende de lo consciente que puedas ser a la hora de marcarte una cifra. Algunos, sencillamente, tiran por lo alto cuando no están en disposición de hacerlo. Pero eso es otro tema.

Once temas, poco menos de una hora de locura, son capaces de volarte la cabeza y sumergirte en su universo paralelo. La novedad en forma de nombre la marca Chris Adler (LAMB OF GOD), que se ha encargado de la grabación de baterías, aunque el puesto para la gira lo ocupará Mike Ieradi. No es el único invitado, ya que los créditos del álbum vienen cargaditos de colaboraciones. ‘Clarity’ no es de las mejores, pero es suficiente para abrir ‘Volition’ con su melodía por bandera, aunque peca de larga. Casualidad o no, ‘A Life Embossed’ tiene exactamente la misma duración, aunque ésta última es más rápida, más alternante en sus cambios de ritmo, con la presencia de guturales que algunos tanto echaban de menos… y mucho más cruda en algunas partes. Cuando sacan esa vena demente es cuando mejor parados salen. ‘Drumhead Trial’ (con la voz de Kayla Howran de acompañamiento) y ‘Tilting Against Windmills’ son los mejores ejemplos para entender de lo que son capaces estos cinco tíos. Pero es que lo continúan de manera sobresaliente en ‘Without Prejudice’ (impresionante la línea de bajo, apreciable sobre todo en su tramo final), enlazando directamente con ‘Yellow Teeth’ y ‘Plato’s Tripartite’ (puede que de sus composiciones más cuerdas o “normales”). En todas ellas aparece Jadea Kelly, una habitual en los discos de sus compatriotas. ¿Lo malo? Que uno no sabe muy bien qué pasará con esas canciones de cara al directo: si desaparecerán sus partes, si las meterán enlatadas o si directamente las desecharán.

Para el final se guardan la dosis exacta de caña en ‘Mist’ (con una parte central instrumental que se antoja extensa), una muy directa y concisa ‘Underbite’, ‘Animal Bones’ (el trallazo de ‘Volition’, con mayúsculas), y ‘Skies’, guardándose, como ocurre en tantas formaciones, su tema más largo, trabajado y completo para cerrar el disco. Deseando que llegue enero para tenerles de visita por aquí. Que ya iba siendo hora de que volvieran.