Mistweaver: Nocturnal Bloodshed

... lo que nos presenta el quinteto burgalés cinco años después de su anterior entrega es un sonido crudo, recuperado el lado más primitivo del death melódico y apostando por ello como gran baza; una seña que se ha ido perdiendo tanto con la evolución de la mayoría de los grupos que lo practicaban en los 90 como de los avances tecnológicos para las grabaciones y producciones.

El nombre de MISTWEAVER me sonaba de haberlo leído entre algunas de las bandas de la escena de Burgos, que cada día parece tener más grupos de todos los estilos. En realidad, como casi la de cualquier ciudad española; sólo que los focos ya sabemos dónde apuntan en este país. Por eso me sorprendió en cierta manera que al buscar información de ellos, incluso en el propio presskit de este álbum, casi todo lo que encontrara fuera en inglés. Porque siempre he pensado que es un avance dirigirse en ese idioma en tus distintas redes, porque es lo más cercano a una lengua universal. Más si además has tenido las miras fueras, grabando en estudios europeos y teniendo contratos discográficos con sellos extranjeros, como es el caso. Lo que creo que es un atraso es omitir algunas veces tu lengua madre, porque al fin y al cabo, aunque tus oyentes puedan ser de todo el planeta, lo más cercano por aquí son los asistentes potenciales. Y es el trato que más hay que cuidar.

Dejando de lado ese miniartículo de opinión, lo que nos presenta el quinteto burgalés cinco años después de su anterior entrega es un sonido crudo, recuperado el lado más  primitivo del death melódico y apostando por ello como gran baza; una seña que se ha ido perdiendo tanto con la evolución de la mayoría de los grupos que lo practicaban en los 90 como de los avances tecnológicos para las grabaciones y producciones. Además, en su propuesta extrema caben retazos folk que rememoran todavía más la propuesta nacida hace más de dos décadas.‘The Birth’ es una intro de dos minutos que encaja además muy bien con el concepto de ‘The Biggest Threat’ y el videoclip que han grabado para ella. Un buen comienzo, mejorado con la dualidad de voces de ‘Pandemonium’, donde Begoña García da el contrapunto operístico a la parte más extrema de la banda. No es la única presencia femenina en el disco, ya que Jennifer Tebler (colaboradora de LAKE OF TEARS y hermana de Quorton de BATHORY) en una atmosférica, melódica y tenebrosa ‘End of Times’. Y es que la oscuridad de su música se plasma en momentos de ‘Hell’s Arrival’ (esos punteos de fondo y el inicio acústico), el tramo central de ‘God Is Dead’ (una pausa necesaria entre la velocidad que le guía) o el interludio que preside la desgarradora ‘Nocturnal Bloodshed’. El pie lo bajan del acelerador por completo en ‘Perpetual Darkness’ (espectacular y épico el solo de guitarra final) y en ‘Deceivers’ Fall’, cuyos primeros acordes van al ritmo de un discurso papal de fondo, apareciendo de nuevo las guitarras acústicas y acelerando en su parte final. Es de admirar que casi veinte años y seis discos después, grupos así sigan haciendo lo que más les gusta.