Alestorm: No Grave but the Sea

Discazo de Alestorm. Más de lo mismo pero mejor. Siguen ondeando la Jolly Roger en todo lo alto. Son ron barato a dosis excesivas y son perfectos para animar una fiesta. En directo han mejorado mucho y ardo en deseos de ver este material sobre las tablas. Me atrevería a decir que estamos ante su mejor obra, un disco que les debe reafirmar y permitir una gira europea como cabezas de cartel.

¡Fantástico y excelente! Si has disfrutado los discos de Alestorm hasta la fecha vas a seguir haciéndolo con este “No Grave but the Sea”. Más de lo mismo, sí, pero tan divertido y pegadizo como lo fuera el genial “Sunset on the Golden Age”. Casi os digo que prefiero de bastante estos nuevos discos que los primeros, mucho más equilibrados y completos. Alestorm están más cerca de Turisas que de Running Wild, de hecho siempre dicen que ni les habían llegado a escuchar, y les creo. Folk metal a teclados, diversión y temas que bordean la parodia pero que enganchan desde la primera escucha. Son una taberna de alcohol barato surcando el mar. Fiesta sin descanso de la mano de un tipo que ya es todo un jefazo: Christopher Bowes, teclados y voz.

“Mexico” es el primer sencillo y una buena muestra de por donde van los tiros. Llena de tópicos y de aires folk aunque descaradamente tirando al single. Creo que hay temas más logrados y trabajados, pero como tarjeta de presentación es impagable. El ambiente marino asoma en “No Grave But the Sea”, otro himno de los lobos de mar capaz de hacerte saltar y alegrarte el día. Dobles bombos por doquier y coros borrachos que alcanzan el cénit en la cachonda “Fucked with an Anchor”. Acordeón MIDI para conseguir uno de los títulos más surrealistas de toda su carrera: “Que te follen con una ancla”. Letra impagable que volverá loca a la gente en sus conciertos. Pero hay mucho más… el ritmo no decae con ese trallazo titulado “Alestorm”. Autobombo con voces agresivas en un corte épico que surca los siete mares a toda popa.

Mantienen el altísimo nivel con “Bar Und Imbiss”, más hímnica y a medio tiempo. Parece mentira que consigan tanta épica y poderío tirando sólo de teclados. Solos conseguidos con guitarra por parte de Máté Bodor y cero intentos de buscar complejidad y sí inmediatez y sonar directos. “Pegleg Potion” me ha sorprendido ya que curiosamente suenan a Skyclad, pioneros del folk en el metal. Los temas más extensos también brillan, especialmente “To the End of the World”, muy a lo Turisas. Dosis de épica en un mar arbolado en el que destaca el doble bombo de Peter Alcorn. Dosis de épica medida y resultona en “Man the Pumps” acercándose otra vez a Turisas y logrando un interludio folky muy evocador. Aquí muestran su cara más seria en solos y progresiones. En “Rage of the Pentahook” vuelven los ecos Skyclad para terminar con la extensa “Treasure Island”. Insultante la calidad compositiva de todo este material. Gran final con otra composición que merece entrar en sus próximos setlists. De hecho, si tocan todo el disco entero, dudo que nadie se queje…

Discazo de Alestorm. Más de lo mismo pero mejor. Siguen ondeando la Jolly Roger en todo lo alto. Son ron barato a dosis excesivas y son perfectos para animar una fiesta. En directo han mejorado mucho y ardo en deseos de ver este material sobre las tablas. Me atrevería a decir que estamos ante su mejor obra, un disco que les debe reafirmar y permitir una gira europea como cabezas de cartel. Folk metal ambientado en la isla tortuga y fiesta continua en un disco en el que no hay espacio para el relleno. Están en su mejor momento y hay que aprovecharlo. Toca no hacer prisioneros y dar un salto de popularidad.