Jimmy Barnes: Hindsight

Un tipo realmente especial en la tradición rockera de Bruce Springsteen aunque indagando en el blues y que es toda una celebridad en las antípodas. Pocos músicos que empezaron en los 80 consiguen a día de hoy ser número 1 en las listas de su país y menos consiguen contar casi todos sus discos con ventas de platino.

La tristeza del crítico musical es que… por mucho que reseñes bandas y conozcas a miles de combos a los que nadie se ha acercado, siempre aparece un grupo o solista fundamental al que uno desconoce. Es el caso del australiano Jimmy Barnes, que personalmente nunca había llegado a escuchar… de hecho, ni le había oído nombrar. Un tipo realmente especial en la tradición rockera de Bruce Springsteen aunque indagando en el blues y que es toda una celebridad en las antípodas. Pocos músicos que empezaron en los 80 consiguen a día de hoy ser número 1 en las listas de su país y menos consiguen contar casi todos sus discos con ventas de platino. Este disco es la celebración de los 30 años de singladura y ha regrabado con diferentes invitados algunos de sus temas más célebres. El disco suena que atruena y es toda una revelación. Uno de esos músicos que quedarían perfecto en los Azkena de hace unos tres años, pues los últimos van muy de capa caída…

Gente de Journey, Joe Bonamassa, Steven Van Zandt (Bruce Springsteen y actor en Los Soprano), los Living End, Diesel o Jon Steven van apareciendo dando forma a unos temas que ante todo poseen alma. Barnes posee una voz rota a medio camino entre el blues y el soul y no se corta a la hora de meter vientos a los temas. Es una banda de rock potenciada por una big band. Maravillosa es la dura “Lay Down Your Guns”. Tema para meter en la autopista y subir las revoluciones del coche. “Stand Up” indaga en las raíces soul con las voces de Mahalia Barnes y las Soul Mates. “Stone Cold” es una power ballad blues al estilo Meat Loaf, con diálogo musical entre Barnes y Tina Arena. Vientos muy protagonistas y un Bonamassa que lo borda. La festiva y mítica “Working Class Man” cuenta con su compositor Jonathan Cain de Journey, a pesar de que fue Barnes quien la llegó a popularizar.

La guitarra luce en cortes como “Time Will Tell” y “Good Times”, con influencias Beatles y con una voz que se acerca al gran Glenn Hughes en determinados momentos. Reconocerás la guitarra de Neal Schon en “Going Down Alone”, un medio tiempo anclado en el blues y florido con voces de coristas de voz negra. Rompe la dinámica del disco la experimental “Love and Hate”, de afinaciones graves, muy oscura y en la que los alternativos Shihad meten mano. Más desnuda pero absolutamente auténtica se nos muestra la pegadiza “No Second Prize”, en pura tradición spingteeniana. Enorme single. Los cuatro últimos temas están desprovistos de orquesta y mil arreglos pero poseen la misma fuerza que el resto. Atención al dueto de Jimmy con Jon Stevens en “I’d Rather Be Blind”.

Un disco feliz, de esos que te alegran el día. Evidentemente poco o nada tiene que ver con el heavy metal, pero cuando la música de base está bien hecha y los arreglos que le pones son perfectos… el efecto se multiplica. Rock de estadio con toneladas de clase que deriva hacia el soul y el blues quedando con mucho color. Es de esos discos que un crítico recibe con los brazos abiertos pues son sorpresas inesperadas. Debutó como número 1 en su Australia natal (y con esta van diez) y creo que es ya su 52 disco de platino (¡!!!) –contando con los discos de su otra banda Cold Chisel. Si amas el rock en mayúsculas dale una escucha a Jimmy Barnes, y a ser posible a esta obra. No sólo vas a conocer lo mejor del rock austral sino que vas a tener una revelación con el grandísimo Jimmy Barnes.