Night Ranger: High Road

Si la balada es así, os podéis imaginar como es el resto del disco: hard rock meloso, cuidado, de arreglos cristalinos, pero con energía juvenil propia de veinteañeros que tienen todo por demostrar. El tema título, "Knock, Knock, Never Stop" o "X Generation" son infecciosos, piezas perfectamente talladas de rock americano para las masas (las masas de los 80, claro...). Un disco para quitarse veinte años de encima.

Los 80 se dividían en bandas de malotes (Motley Crue, Guns N’ Roses, Skid Row) y bandas de señores que eran músicos respetables (Styx, Journey, Foreigner y demás restos de los ’70, así como bandas como Winger, Firehouse, Nelson o incluso Whitesnake) con cierta clase y lejos de la imagen de sexo, drogas y rocanrol que habían perpetuado aquellos que se hicieron con el control de la MTV. Night Ranger recaen en esa segunda categoría -y posiblemente con mucho orgullo. Lo que nos presentan Night Ranger es un disco de absoluto resurgimiento musical, con ideas mucho más inspiradas que en «Somewhere in California» o «Hole in the Sun». El guitarrista Joel Hoekstra parece ya totalmente integrado en la banda y Jack Blades parece absolutamente determinado a hacer subir la banda unos cuantos peldaños.

El problema de Night Ranger es que siempre serán percibidos como parte de una época que ya fue, como son los ’80. Por muchas buenas canciones que hagan, siempre van a tener esa etiqueta. Y es una pena, porque el trabajo de Brad Gillis y el propio Blades en este disco tira de espaldas, es insultante. Cojamos el ejemplo más atípico: la balada «Don’t Live Here Anymore». De progresión lenta y final tremendo (recuerda al «White Sister» de Toto en ese sentido), es una de las piezas más épicas de «High Road». 

Si la balada es así, os podéis imaginar como es el resto del disco: hard rock meloso, cuidado, de arreglos cristalinos, pero con energía juvenil propia de veinteañeros que tienen todo por demostrar. El tema título, «Knock, Knock, Never Stop» o «X Generation» son infecciosos, piezas perfectamente talladas de rock americano para las masas (las masas de los 80, claro…). Un disco para quitarse veinte años de encima.