Fear Factory: Genexus

Sin perjuicio de que el disco consigue lo que se propone, esto es, mostrar la influencia de la Ciencia Ficción en sus composiciones, el disco acaba resultando repetitivo en las estructuras de sus composiciones, sin un hit que despunte sobre los demás, llegando a resultar muy plano para el oyente.

Los estadounidenses FEAR FACTORY se han tomado tres años para gestar su nuevo Genexus, en la que continúan con su línea característica de metal industrial, en la que los sintetizadores y bajos contundentes están presentes, como viene siendo tradicional en su discografía.

En el presente disco se ha pretendido mostrar una influencia en las composiciones de la ciencia ficción, con temáticas en las canciones propias del género. Si hay un estilo dentro del metal que cuadre perfectamente con esta idea, es el metal de Fear Factory. Ciertamente, en las ambientaciones de las introducciones se percibe con claridad ese propósito y se consigue con creces si se compara con anteriores trabajos de la banda.

Empezando por el single y tema que da nombre al disco, Genexus, muestra una gran dosis de fuerza y un trabajo rítmico muy contundente en las estrofas, en donde la voz de Burton C. Bell marca la agresividad propia del riff de las guitarras barítonas de Dino Cazares, dando paso a un estribillo más melódico, en el que se los acordes se abren gracias al recurso a las novenas. Esta fórmula es recurrente en el resto del álbum, tal y como se aprecia en temas como “Dielectric”, “Soul Hacker”, “Protomech”, “Battle for Utopia” o “Anodized”.

Como nota diferenciadora, podemos destacar “Church of Execution”, en donde los riffs de guitarra no tienen el mismo peso, recayendo más en el bajo de Tony Campos y en donde la voz no da descanso. En esta ocasión la guitarra mantiene un papel más volcado en la armonización de las voces.

El trabajo de sintetizadores en “Regenerate” da un aire distinto a la melodía del tema en relación con los demás del disco, si bien los riffs y el contraste vocal siguen presentes.

El disco acaba con “Expiration Date”, un medio tiempo inusual en Fear Factory en el que los sintetizadores despliegan todo su potencial y la voz parece traída de otra dimensión y con cierto toque robótico.

La producción del disco ha corrido a cargo de Andy Sneap (TESTAMENT, KILLSWITCH ENGAGE, TRIVIUM), que ha conseguido un buen balance de graves y agudos lo cual resulta complejo en un grupo que basa sus composiciones en guitarras barítonas, que pueden derivar en un exceso de saturación, especialmente en los riffs en los que la guitarra se vuelca en las octavas más graves del instrumento.

Sin perjuicio de que el disco consigue lo que se propone, esto es, mostrar la influencia de la Ciencia Ficción en sus composiciones, el disco acaba resultando repetitivo en las estructuras de sus composiciones, sin un hit que despunte sobre los demás, llegando a resultar muy plano para el oyente.