Lorna Shore: Pain Remains

'Pain Remains' ha resultado una auténtica catarsis para todos los miembros de Lorna Shore en general y para el guitarrista Adam De Micco en particular, si tenemos en cuenta sus declaraciones... “El mayor desafío para mí fue ser mi propio adversario. Superar mis propias dudas y sentimientos de autoestima”.

El EP ‘…And I Return To Nothingness’, en el que debutaban el guitarrista Andrew O’Connor y el vocalista Will Ramos, resultó un punto de inflexión para Lorna Shore. Con su carrera estancada tras tres EPs y tres álbumes, pandemia de por medio y asumiendo, asimismo, la inevitable marcha del vocalista Tom Barber tras ocho años así como la negativa experiencia de su sustituto CJ McCreery, los estadounidenses entraron en un peligroso desequilibrio.

Sumergidos en una etapa oscura de giras canceladas, cambios y dudas, surgió la claridad cuando uno de los temas del mencionado EP, “To The Hellfire” dio el “pelotazo” en las redes y se convirtió en un fenómeno viral hasta alcanzar en la actualidad más de 23 millones de reproducciones solo en Spotify.

Responder a las expectativas

Semejante inyección de adrenalina supuso un estímulo para la banda, aunque también acarreaba el inconveniente de tener que responder a las expectativas creadas, y es que, el lanzamiento de ‘Pain Remains’ ha arrastrado consigo un hype descomunal.

De modo que, descubierta la fórmula exitosa solo era cuestión de mantenerla. Por eso, quienes descubrieron a Lorna Shore con ‘…And I Return To Nothingness’, ahora pueden disfrutar de una sobredosis de apocalíptico deathcore de vértices sinfónicos. En el fondo, pueden quedar dudas sobre si ‘Pain Remains’ se merece toda la atención que ha despertado. Lo cierto es que estamos ante un álbum que contiene una abrumadora sobrecarga de violencia.

Cada una de las composiciones es un devastador impacto sonoro. Desde la apertura con “Welcome Back, O Sleeping Dreamer” quedan expuestas todas las características que se pudieron apreciar en la nueva etapa que comenzó con su anterior EP. El engañoso lirismo con el que comienza el tema da paso a toda una turbadora onda expansiva de instrumentación radical fundamentada en rupturas del ritmo, con el batería Austin Archey marcando el camino a base de combinar, velocidad, técnica y contundencia, mientras las guitarras de Adam De Micco y Andrew O’Connor ejecutan desarrollos inverosímiles, además de contar con el apoyo de impresionantes arreglos orquestales.

Un cantante fuera de lo común

Mención especial para el vocalista Will Ramos, un verdadero portento con unas cualidades sobrehumanas, que aporta gran parte de la identidad actual de Lorna Shore. Dotado un registro camaleónico cuyo dramatismo roza lo increíble, Ramos, grita, brama y, cuando se deja llevar, surgen de su garganta gruñidos propios de ciertos animales. Todo un espectáculo.

Con “Welcome Back, O Sleeping Dreamer” se abre la Caja de Pandora de donde van a seguir emergiendo los sonidos más extremos del metal construidos de una forma salvaje a la vez que sofisticada y cuya continuidad se puede apreciar en sucesivas piezas como, “Into The Earth”, “Sun/Eater” o “Cursed To Die”. Lo que lleva a reflexionar sobre el hecho de que la similitud de estructuras puede derivar en un inconveniente. Sin embargo, tras ese aparente mimetismo se esconde una intrincada labor compositiva que nutre al álbum de múltiples detalles más allá de la agresiva capa exterior que domina la obra.

“Soulless Existence”, es un ejemplo de que los miembros de Lorna Shore también pueden priorizar el sentimiento de las guitarras sobre la contundencia general, mientras que la trilogía final, con el título de la grabación como denominador común, demuestra el esfuerzo de la banda por ampliar horizontes ofreciendo entramados complejos y versátiles aunque en el fondo prevalezcan sus feroces señas de identidad, esas que fusionan el black metal sinfónico de atmósferas opresivas con la crudeza erosiva del deathcore.

A pesar de tanta agresividad ‘Pain Remains’, también es una obra grandilocuente con muchos momentos cinematográficos y sutiles matices, aunque siempre estén acompañados de ruidos disonantes en constante colisión. En el futuro la presión será mayor y después del esfuerzo exhibido tocará volver a enfrentarse a la “diosa creatividad” y…  seguramente “el dolor permanecera”.