Starcatcher

Desde su disco debut ‘Anthem Of The Peaceful Army’ les persiguen las críticas por intentar/parecer/querer ser un clon de Led Zeppelin. Algo que tampoco disminuyó ni mucho menos con su segunda entrega ‘The Battle At Garden’s Gate’, pero la noticia con su nuevo lanzamiento ‘Starcatcher’ es la misma. Todo sigue igual a oídos de una parte de la mayoría.

La banda de Michigan rezuma aroma a Robert Plant, Jimmy Page, John Paul Jones y John Bonham por los cuatro costados con esta colección de canciones, lo que provocará que las críticas sigan siendo críticas mordaces y que los que halaguen su fuerza y poderío sigan adorándolos. Porque de lo que se puede estar seguro es que el cuarteto no ha bajado el fuelle, y el empuje desde la inicial y curiosamente pausada “Fate Of The Faithful”, con la voz de Josh Kiszka gobernando toda la canción, es el primer puñetazo a la mandíbula.

Más planos sonoros

Greta Van Fleet no es que se parezcan a Led Zeppelin, es que parece que les importa un rábano dicha similitud, y sin ningún tipo de complejos reciclan ese sonido que todo amante del rock de los ’70 lleva en la sangre aportando otros planos sonoros que solo aprecian los que se toman en serio a esta banda.

Nadie puede negar que la calidad y la pegada de temas como “Waited All Your Life” o “The Falling Sky” está a la altura de unos pocos elegidos. Y sí; combinan las guitarras acústicas y eléctricas como la mítica banda británica. También hay que tener maestría para ello, hay que admitir. Muy pocos salen airosos de publicar un álbum de blues rock sicodélico de sonido vetusto en pleno 2023.

No todo es copia, y hay cortes en lo que los jóvenes estadounidenses demuestran su maestría musical, como los solos de “The Indigo Streak’ o la base rítmica tan marcada e hipnótica de “Sacred The Thread”. Como en muchas otras ocasiones a lo largo de todo este trabajo, demuestran un talento tan grande que no es de extrañar que levante cierto recelo y envidia entre los más puristas y nostálgicos.

No es más ciego quien no quiere ver

Además de la especie de jam de 75 segundos llena de energía llamada «Runway Blues», Greta Van Fleet demuestra que se sienten cómodos en los medios tiempos y que la desidia no entra en sus planes. Sus letras siguen siendo cautivadoras, y cortes como “Frozen Light” sirven para reiterar que manejan las armonías como nadie.

El inicio acústico de “The Archer” parece que se grabó en 1975, pero es otra muestra de seguridad y convicción de una banda en la que Kiszka sigue regalando agudos a diestro y siniestro sin ningún tipo de pudor. “Meeting The Master” es otra gozada y una de las más delicadas de todo el álbum. Además, el oyente se puede percatar llegados a este punto de que la producción de este trabajo por parte de Dave Cobb es más directa que su predecesor, en la que quizás se abusaba de tanta pomposidad.

Como no podía ser de otra forma, el cierre con “Farewell For Now” es otro viaje al pasado en la que dominan el medio tiempo como verdaderos magos. Todos los temas de este tercer trabajo siempre suman, no hay ninguna sensación de bajón ni titubeo a lo largo de su escucha. Seguirán las malas lenguas dedicándoles palabras injustas, eso es algo inevitable, pero ya poseen en sus arcas tres trabajos que se siguen y seguirán apreciando a largo plazo. Con ‘Starcatcher’ siguen manteniendo la premisa que, comparaciones e influencias aparte, al final lo que habla es simplemente la música.