Hammerfall: Built to Last
Se les puede acusar de ir a piñón fijo, pero Oskar Dronjak tiene claro que Hammerfall es esto, y al que no le guste que se busque otra banda. Ni siquiera el cambio de batería, con la salida de Anders Johansson hace unos años y la entrada de David Wallin, ha supuesto el menor cambio en el sonido de la banda. Sota, caballo, rey.
Muchos pensaron que Hammerfall iban a ser otra de esas bandas de temporada que aparecieron y se irían con el auge del power metal europeo. Es para nosotros tan sorprendente como lo debe ser para ellos estar reseñando un nuevo disco de Hammerfall veinte años después de aquel auge, demostrando que están por encima de modas y de movimientos. Hammerfall representan el heavy metal más inmovilista y cazurro y por ello debemos aplaudirles. Hay que tener mucha fe en toda esta movida para pegarse veinte años hablando del martillo de marras y seguir impertérrito ante el devenir de los acontecimientos. Ese tesón es lo que hace atractivos a Hammerfall a día de hoy. Son los AC/DC de su género y “Built to Last” es sencillamente un fascículo más de una colección sobre el heavy metal que no tiene fin aparente.
Con el tiempo, es obvio que Hammerfall han perdido parte de la inmediatez y la frescura, del mismo modo que Joacim Cans ha ido adaptando su tesitura vocal a su edad actual y a las posibilidades de su garganta. La mayoría de canciones de “Built to Last” las canta en un cómodo rango medio, donde se siente cómodo y capaz. Hay pequeños alardes en canciones como “The Sacred Vow” pero cada vez son menos y casi que optar por esos registros más humanos contribuye a que la música de Hammerfall sea un poquito más ruda y menos infantiloide que quince años atrás. En ese sentido, el disco incluye la gran balada “Twilight Princess”, donde Cans explora el lado más sensible de su voz, haciendo una interpretación magnífica.
“Built to Last” es un dispensador de pildoras de heavy metal continuo. “Stormbreaker” muestra el lado más power metalero de Hammerfall, mientras que el tema título va por esos derroteros propios de Accept que tan habituales son para Hammerfall. Les falta usar a Tchaikovsky en algún fragmento de cualquier tema, vaya. Es en los medios tiempos donde brillan con más potencia, caso de “Hammer high”, de riff excesivamente simple pero excesivamente efectivo. El estribillo con coros guerreros a la vieja usanza está diseñado para ser la estrella de cualquier directo de la banda en el futuro.
Se les puede acusar de ir a piñón fijo, pero Oskar Dronjak tiene claro que Hammerfall es esto, y al que no le guste que se busque otra banda. Ni siquiera el cambio de batería, con la salida de Anders Johansson hace unos años y la entrada de David Wallin, ha supuesto el menor cambio en el sonido de la banda. Sota, caballo, rey. Son el hijo bastardo de Gamma Ray, Manowar y Accept y algo deben hacer bien si después de veinte años y diez discos seguimos aquí hablando de ellos. O quizá, como el propio título del disco dice, fueron “hechos para durar”.
Grupo:Hammerfall
Discográfica:Napalm Records
Puntuación:7
Canciones:
- Bring It
- Hammer High
- The Sacred Vow
- Dethrone and Defy
- Twilight Princess
- Stormbreaker
- Built to Last
- The Star of Home
- New Breed
- Second to None
Votación de los lectores:5
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.