¿Son Powerwolf una gran broma? Pues en parte sí, pero bienvenida sea. Títulos tan cachondos como “Catholic in the Morning… Satanist at Night” o “Raise your Fist Evangelist”, por citar algunos, ya dan muchas pistas sobre ellos. A todo eso hay que sumarle unas actuaciones al más puro estilo Lizzy Borden y clásicos como “Kiss of the Cobra King”, es por eso que estos germano-rumanos saben entretener como nadie y su propuesta es de primera línea gracias a un disco como el que nos ocupa.
En esta biblia de la bestia hay muchas maravillas de corte épico ampuloso barnizadas de cachondeo esotérico francamente bien conseguido y desarrollado. Estamos ante su mejor disco (el tercero) y musicalmente podríamos emparentarlos con Sabaton, sólo que a éstos hay que darles de comer aparte. La particular voz de Attila, un rumano que ama las leyendas oscuras de los Cárpatos, es su principal atractivo e inspiración. Su personalísima voz es el pilar de la banda.
Abren con una intro al más puro estilo Rhapsody para firmar luego un “Moscow After Dark” hímnico y poderoso con ecos de grandilocuencia comunista. “Seven Deadly Sins” es todo un himno apoteósico. La mayoría de los cortes entran a la primera por lo que estamos ante un trabajo fresco y adictivo ya desde los primeros compases.
No tienen grandes complicaciones estilísticas, pero son directos, aunque sobrecargados ampulosamente, cosa que no queda excesiva y le da un encanto perfecto al producto. “Catholic…” es otra delicia digna de su cosecha, pura fiesta. “Werewolves of Armenia” tiene unos coros vikingos tan facilotes como pegadizos, y la línea vocal es de las que se queda a las primeras de cambio. “We Take the Church By Storm” está plagada de coros “Uooo, uuooo”, otro de los pilares básicos del sonido de la banda, los estribillos fáciles y coreables.
Divertidos, oscuros, parafernalia de los Cárpatos y decibelios encarados hacia hombres lobo bebedores de cerveza. Una banda por la que sentirás un encanto especial y que, más allá de lo musical, consigue entretener. Pero atención, los temas conseguidos en esta Biblia de la Bestia van mucho más allá de la mera broma. Su potencial es enorme.