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A Spark In The Aether – The Music That Died Alone Volume Two

Reseña

Muchos de los seguidores de THE TANGENT estarán de acuerdo que “The Music That Died Alone” es uno de sus mejores trabajos. Así que una secuela del mismo, era una idea bastante atractiva. Eso sí; todos sabemos el arma de doble filo que supone intentar recrear los éxitos de una época pasada. Con estas intenciones, era de suponer que los suecos volverían a sus raíces de rock setentero, con claras y para nada disimuladas influencias de EMERSON, LAKE & PALMER, VAN DER GRAAF GENERATION o unos GENESIS con algunos esteroides de más en según qué momentos. La innovación y el riesgo compositivo de sus últimas obras tendrían que ser apartadas. Al menos, de momento. Y para ir a por todas, el combo liderado por Andy Tillison, ha conseguido una de las formaciones más potentes de su carrera: Jonas Reingold al bajo, las flautas y saxos de Theo Travis, Luke Machin a la guitarra y Morgan Agren a la batería.

Los elementos rock tenían que aflorar, y la entrada con la canción que da título al disco, nos hace ver que dentro de su complejidad interpretativa, THE TANGENT han elegido un camino más directo y llamativo. Y esa línea la siguen con “Codpieces And Capes”, con una segunda mitad realmente inspirada y que fácilmente podría considerarse de las mejores de todo el redondo. Que pongan por delante el rock a los devaneos progresivos, no significan que éstos no se integren dentro de los temas de estructuras más largas. Prueba de ello, son esos largos fraseos de los vientos de Travis en “Clearing The Attic”, o esos elementos jazzísticos en la pieza magna de este trabajo: “The Celluloid Road”. Tal y como su nombre indica, se trata de un viaje musical, más que ambicioso, entre las dos costas de Estados Unidos, dividida en seis partes, bajo la visión de diferentes películas. Un atrevimiento conceptual a la altura del talento que impera en las filas de esta formación. Cierran con otra revisión del tema título en el que predominan las teclas y los solos marcados de y que bajo ese sosiego controlado, nos hace contemplar el paisaje al completo que nos han plasmado en todo el redondo.

Variantes rítmicas, sonoras y una multitud de detalles y melodías que con cada escucha nos hace disfrutar más de sus bondades. Quien echaba de menos sus inicios, este trabajo cumplirá de forma satisfactoria con sus expectativas. Por el contrario, quien admire la evolución innovadora de “COMM” o la orquestación excelsa de su último “Le Sacre Du Travail”, quizás esperen algo más. De todas formas, es innegable que todo el material que han registrado en esta ocasión, está más que a la altura del legado que Tillison y compañía están sembrando.

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