WINTERSUN

WINTERSUN vendrían a ser el más claro ejemplo de cómo tirar parcialmente por la borda una prometedora carrera, comercialmente hablando, claro. Tras editar un gran álbum en el 2004, año de la eclosión del power viking y derivados,  que obtiene las alabanzas de público y prensa, la banda, en lugar de aprovechar el tirón y entrar dentro del circuito de sus coetáneos, se estanca, se limita a hacer algunos shows muy, muy puntuales y no vuelve a la actividad hasta el reciente 2012, año de clara recesión para el género. En otras palabras, se encontraron en el lugar y en el momento adecuado, pero un cúmulo de circunstancias y cierta dejadez provocaron que se les escapara el tren. Y con ello, su popularidad, en vez de aumentar, se fue desinflando. De ahí que pese a ser la primera vez que pisaban España, tener un disco relativamente reciente en el mercado y una fiel base de acólitos desde hace años,  la banda tuviera que conformarse con apenas llenar la sala Apolo 2.

Fue un concierto bastante correcto de los finlandeses, pero sin embargo, me gustaron más las anteriores veces que los había visto. Una de las razones para ello es, sin duda, la naturaleza de los nuevos temas, más largos, progresivos y densos que los del primer disco y, por lo tanto, menos adecuados para el directo. Así pues, con las extensas "When Time Fades Away" y "Sons of Winter And Stars" dio comienzo el show de forma hímnica, épica, contenida y calmada, pese a que en las primeras filas se respiraba exaltación. La banda prescinde de la figura del teclista en directo y las orquestaciones y ciertas background voices se encuentran enlatadas, si bien los músicos también cantan de forma superpuesta a los coros, algo que de veras se agradece. Musicalmente hay que decir que tocan de fábula. Nada que objetar. Y es que cuando temas como "Land of Snow And Sorrow" o la rapidísima "Winter Madness" suenan así de bien, a la banda se le pueden permitir ciertas licencias. A nivel de sonido, por todos es sabido que la sala Apolo 2 suele sonar francamente bien. Sin embargo, algunos desajustes en los volúmenes de los micros supusieron un pequeño lastre durante el primer tercio de la actuación.

Con "Death And The Healing", desde mi humilde punto de vista uno de sus mejores temas, nos lograron hacer flotar a todos al pausado ritmo de su característica y onírica tonadilla, Un tema que en directo siempre les queda de fábula y este caso no fue la excepción, logrando un claro contrapunto con la siguiente en sonar, "Beautiful Death", plagada de blast beats que sonaron demoledores de la mano del batería Kai Hahto. Las dimensiones del escenario no es que den para pegarse muchas carreras precisamente, pero a pesar de ello destacar la buena actitud de los músicos, cercanos y simpáticos, que, por cierto, no dudaron en bajarse al final del concierto a echar unas firmas y charlar con los fans, algo que sin duda de agradecer. Así pues, alternando cortes del primer y segundo disco, llegaríamos al final del show de la mano de su tema más conocido, el breve y rápido "Beyond the Dark Sun", para luego dar por finiquitada la actuación con "Starchild". La nota negativa es que se les puede echar en cara un concierto corto, demasiado corto, de apenas una hora y cinco minutos de actuación. Con interpretar uno tan sólo de los tres temas que se dejaron en el tintero hubieran quedado de fábula. Sin embargo, este extremo no echa por tierra una actuación que terminó resultando de notable. Nos quedamos a la espera de Time I y de ver qué tal enfocan su carrera a partir de ahora. Seguramente se pongan bastante las pilas, aunque es posible que se les haya pasado bastante el arroz, pues a estas alturas difícilmente darán el campanazo.