SISTERS OF MERCY
Esta mítica banda ochentera no tiene especial suerte en sus directos en la Ciudad Condal. Un desastroso concierto con un Andrew Eldritch sin voz hizo que tuviera que haber un segundo concierto “casi gratis” hará unos años, y en su segunda venida el exceso de humo y efectos de luz hizo que tuviéramos que intuir más que ver a la banda. Ese concierto fue entre semana y la entrada fue floja. Esta vez venían para celebrar sus 30 años de carrera, hecho que prometía, y mucho. El setlist era excelente y escuchar sus himnos imperecederos siempre es todo un placer.
Sorprendentemente empezaron muy pronto, a las 21:00. Esta putualidad era conocida por casi todos, que abarrotábamos la sala central. Gran entrada comparada con la última vez. Como era de esperar el humo y las luces cegadoras estuvieron tan presentes como el grupo. Abusan de ello, pero es una seña de identidad que sumerge su descarga en otra dimensión. Los halos de luz azul tenue quedaban espectaculares entre el humo y la visión de los tres miembros, fantasmagórica, queda muy resultona y espectacular. Salieron a ritmo de “Crash and Burn” para luego continuar con “Ribbons”. El sonido empezó perfecto, pero ya en la genial “First and Last and Always” empezaron a sonar los molestos pitidos de acople.
Pondría la mano en el fuego que todos los coros son enlatados, pero bueno, hoy en día casi todos los grupos lo hacen. La primeriza “Alice” precedió a “Marian”, sin duda, uno de sus grandes clásicos. Sonó a gloria, esta sí. Ben Christo y Chris Catalyst posaban alzando sus guitarras entre el caos sónico escupido por el Doktor Avalanche y el humo. Volvieron los molestos pitidos en “When You Dont See Me” y “Arms” para rubricar con una excelente “Dominion” fundida con “Mother Russia”, como tiene que ser. En el tramo final brilló la genial “This Corrosion”, uno de sus clásicos más celebrados. A decir verdad cabe apuntar que el público estuvo muy entregado, mucho más que en anteriores conciertos. Las camisetas con su logo se contaban por docenas. Con la versión de “Pipeline” y la grandiosa “Flood II” se retiraron entre bambalinas. Uno de los grandes momentos de su directo, tocando guitarras acústicas.
Aparecieron otra vez entre el humo reinante con la atmosférica “Rain from Heaven”, preciosa. Le siguió el clasicazo “More”, muy aplaudido. Una segunda retirada hizo que quedarán solas en escenas las luces y el humo dando una espectacular imagen con esos hierros en la plataforma de la batería. Una estética clásica del postpunk. Reaparecieron con las tres joyas de la corona: “Lucretia My Reflection”, “Vision Thing” y la colosal “Temple of Love”. En este último tramo pusieron focos y humo al 11 y desgraciadamente el sonido falló. Eso no evitó que la platea se transformara en una fiesta total a ritmo maquinal y con coreo masivo.
Posiblemente sea el mejor concierto de sus tres últimas venidas, pero parece que en Barcelona el grupo no termina de demostrar todo lo que podría. Es innegable que son una banda muy especial y que posee todavía infinidad de seguidores de lo más devoto, pero no terminan de rubricar su directo como la leyenda que atesoran. A pesar de todo parece que sus fieles seguidores quedaron satisfechos tras hora y cuarenta minutos y con ganas de más. Seguro que volverán a repetir en estos tiempos oscuros en que los músicos deben golpear la carretera tanto como puedan si quieren seguir ingresando un buen sueldo a fin de mes. Como curiosidad decir que prohibieron que se les hicieran fotos, algo renundante, pues entre tanta niebla dudo que saliera algo aprovechable.
Texto: Jordi Zelig Tàrrega / Fotos: Sergi Ramos
Asistentes:400
Día:26/11/2011
Sala:Razzatazz 1
Ciudad:Barcelona
Teloneros:The Lizards
Puntuación:7
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