Noche de lobos en Barcelona con Powerwolf

Todo parece marchar bien para el lobo alemán. Ganas e ideas no les faltan. Veremos cuánto aguanta la fórmula pero está claro que el tan ansiado relevo generacional puede pasar por bandas como Powerwolf. El síntoma que evidencia que esta gente está creciendo es que cada vez tienen más detractores. Les podemos criticar muchas cosas, pero sus conciertos son una fiesta, ¿y al fin y al cabo se trata de ésto, no?

Noche de lobos en Barcelona de la mano de los emergentes Powerwolf. Desde “Bible Beast” que el grupo no para de encadenar aciertos si bien siempre basados en la misma fórmula. Muy similar a la de Sabaton, pero es innegable que a la hora de facturar himnos inmediatos y pegadizos pocos pueden hacerles sombra a estos germano-armenios. Pude verles en la gira de “Lupus Dei” en Alemania y han crecido muchísimo, hasta el punto de poder llevar su gira como cabezas de cartel en España. Algo realmente meritorio.

La sala registró una entrada más que notable, cercana al sold out. La lástima es que los horarios anunciados se avanzaran tanto. Parece que los horarios europeos van a ser la tónica general a partir de ahora. Muy pronto empezaron Serenity. Estos power austríacos son una mezcla de Heavenly con Kamelot y poco o nada aportan de novedoso, pero si te gusta el estilo debes darles una oportunidad. En sus filas está el genial bajista Fabio D’Amore (Pathosray), con una voz tan buena como la de su cantante Andreas Schipflinger. Presentaban “Codicus Atlanticus” con teclados enlatados pero coros reales. Es impresionante la labor vocal de todos ellos, incluyendo al batería, y os aseguro que el tema final “Spirit in the Flesh” fue de lo mejor de toda la velada, incluyendo los tres grupos. La ovación cerrada final bien lo mereció. Fue espectacular.

Battle Beast asombraron al mundo con “Steel” y ganando la batalla de bandas de Wacken en 2010. Han ido ganando nombre y terreno, pero curiosamente para mi han ido perdiendo mucha de su gracia. El cambio de cantante no les ha sentado nada mal aunque Noora Louhimo estuvo bastante más comedida esta vez que en anteriores venidas. ¡Cuatro en un año en Barcelona! Su fórmula también funciona si bien cada vez suenan más ochenteros y a Lordi que en su debut, del que destacó “Enter the Metal World” y “Iron Hand”. Pronto los teclados de Janne Björkroth inundaron la sala. El tipo hizo el numerito de beberse una cerveza de un trago para deleite del personal. Encadenan saltos al unísono dando espectáculo y Noora le pone el par de ovarios que siempre la han caracterizado. “Black Ninja” me sigue pareciendo un tema menor, pero es innegable la pegada y calidad de “Let It Roar” o “I Want the World… and Everything in It”. Tremendo final con “Out of Control” dejándonos con ganas de mucho más. Aunque cuatro veces en un año es demasiado…

Powerwolf juegan sus cartas a la perfección, con esas letras enfrentando la eterna dualidad de lo apolíneo y lo dionisíaco con dosis de humor. Para muchos banda parodia, pero es imposible resistirse a estribillos como los de las iniciales “Blessed and Possessed” y “Coleus Sanctus”. El inicio fue un poco decepcionante con un Attila Dorn fuera de tono, pero pronto los errores fueron subsanados disfrutando el grupo de un sonido excepcional. El teclista Falk Maria Schlegel ha ampliado su chiringuito a dos teclados en ambos flancos del escenario, con dos águilas de madera (¿?) enormes. Él y Attila llevan el peso escénico con juegos y movimientos constantes.

Siguen sin necesidad de bajista y ambos guitarras cumplen perfectamente su cometido con brillantes solos. “Sacred and Wild”, “Dead Until Dark” y “Let There Be Night” no suelen caer en sus shows de festival, por lo que se agradeció su inclusión. Sorprendió ver mucha gente joven e incluso a varios maqueados y maquillados como el grupo. En “Amen and Attack” la sala llegó al punto de ebullición, dejando patente la enorme entrega y técnica de Roen Van Helden a la batería. Velocidad y pegada. Attila estuvo comunicativo y simpático aunque abusa en sobremanera de hacer gritar al gentío. Hacía mucho que no veía a un grupo haciendo uso y abuso del feedback con la gente. Incluyeron un duelo de gritos dividiendo la sala en dos, el equipo de Attila y el de Falk Maria.

Quien tenga dudas de que el grupo suena a Sabaton que se escuche “Army of the Night” y opine luego… Eso no quita que sea otro single enorme. Todo es una fiesta cuando suenan “Resurrection by Erection”, “Armata Strigoi” y “Werewolves of Armenia”. La voz de Attila es poderosa y perfectamente reconocible. Luego tocó hacernos gritar (otra vez) a chicos y chicas por turnos. Grandes esas “Saturday Satan” y “Lupus Dei” de la era del disco homónimo. Attila sacó un botafumeiro y un cáliz en “We Drink Your Blood”. Los elementos de shock rock son siempre bienvenidos en un grupo como Powerwolf, y esos cambios de telón trasero también sorprendieron

Los bises incluyeron la espectacular “Sanctified with Dynamite” (cuando escuché este tema en su día supe que lo habían logrado). Es ideal para el directo. La hímnica “Kreutzfeuer” y “All We Need Is Blood” cerraron una velada de hora y 35 minutos. Todo parece marchar bien para el lobo alemán. Ganas e ideas no les faltan. Veremos cuánto aguanta la fórmula pero está claro que el tan ansiado relevo generacional puede pasar por bandas como Powerwolf. El síntoma que evidencia que esta gente está creciendo es que cada vez tienen más detractores. Les podemos criticar muchas cosas, pero sus conciertos son una fiesta, ¿y al fin y al cabo se trata de esto no?