Uno no es muy dado a puntuar ni conciertos ni críticas, y prefiere extenderse en el escrito antes que resumir en un solo número. Pero quien dice un 10 en la nota de esta crónica, dice un 11, o un 12. O perfectamente lo podía haber dejado sin nota, al tratarse de un concierto distinto y atípico, donde las entradas ya llevaban un par de semanas agotadas; una especie de fiesta donde el grupo estaba rodeado de sus fans más cercanos, amigos y familiares. El reconocimiento de un grupo a día de hoy se ve con el día a día, con la gente que va a los conciertos, habiendo quedado las ventas casi en un segundo plano. Pero no todas las noches un grupo consigue ese reconocimiento de ventas, el de haber conseguido vender más de cincuenta mil copias de tres de sus trabajos.
Aquellos eran otros tiempos. ‘Revolución 12.111’, ‘Insomnio’ e ‘Inferno’ vieron la luz hace más de diez años. Por aquel entonces la tecnología no estaba tan avanzada, y un click no te daba un disco, sino que tenías que pagar si querías escucharlo. Hace diez años de la salida del más reciente de ese trío de ases, y aunque este merecido premio se ha ido retrasando por diferentes motivos, ya era un hecho hace tiempo. Así, tras un breve discurso de su manager de aquellos años, recordando la primera vez que los vio en la sala Revólver en 1993 y por todo lo que han pasado desde entonces, el grupo al completo salió al escenario para recibir el galardón. Molly, Luis, Alberto, Álvaro y Paco… y Augusto Hernández, uno de los primeros momentos emotivos, y que se uniría a sus antiguos compañeros sobre el escenario más tarde.
Las palabras de Molly fueron reflejo del esfuerzo que llevan haciendo durante todos estos años. Tampoco hacía falta decir mucho más, porque tras retirarse un breve momento, volverían a la carga con ‘Vivir es una ilusión’, un comienzo acorde a lo que se celebraba esa noche. Un grupo que siempre ha estado cargado de ilusiones y que han luchado contra viento y marea para estar esa noche ahí y por ese motivo; solo ellos mismos saben todo lo que les ha costado llegar hasta aquí. Gente botando y cantando, HAMLET totalmente entregados en una sala que claramente se les quedó pequeña… en un ambientazo y una comunión perfecta. Por momentos aquello pareció la presentación de ‘El Inferno’, y no me refiero a ese comienzo de concierto junto a ‘Denuncio a Dios’. Bien es cierto que en las últimas giras se han ido recuperando temas como ‘No me arrepiento’ en la de ‘Syberia’, ‘No soy igual’ en la de ‘Pura Vida’, pero volver a interpretar otros temas fue demasiado. ‘¿Por qué’ sonó pesada, gorda y sentida; desde ese disco HAMLET cobró otro nivel en sus letras, y en este concierto se notó. ‘Buena suerte’ fue un trallazo, acelerada y rapídisima, ‘Mi nombre es yo’ fue otro de los bombazos sorpresa, y no me extrañaría que ambas tuvieran hueco en el futuro de cara a sus shows. Pero lo de ‘Perdóname’ no hay palabras para describirlo, sino carne de gallina para reflejar ese intensidad y emotividad a flor de piel en uno de los grandes momentos de la noche.
Creo que una de las mejores cosas del concierto, dejando de lado los discos de oro y el ambiente que quedará en el recuerdo durante muchos años tanto para la banda como para el público, es que HAMLET se ha dado cuenta de que hay temas que se han ido quedando por el camino que son tan buenos o más como otros que ya estamos acostumbrados a ver. En el fondo seguro que lo sabían, así que solo espero que sea el público el que se termine de dar cuenta. Personalmente creo que fue una gozada ver un concierto sin ‘J.F.’ e ‘Irracional’, y me cuesta recordar una actuación suya (y ya llevo unas cuantas vistas) donde hubiera ese ambiente y conexión, quitando la de Getafe hace tres años. Los temas citados más arriba se fueron mezclando con alguno de Revolución, como ‘El color de los pañuelos’, y los de ‘Insomnio’, algo más habituales. ‘Tortura Visión’, ‘Muérdesela’, ‘Odio’, Tu medicina’… y el momento cumbre de ‘Antes y después’, todo un himno. El grupo lo estaba pasando incluso mejor que el público, con Alberto meneando su melena, Paco gozando tocando casi al completo su disco favorito, Álvaro con sus virguerías al bajo, y los dos puntales del grupo; Luis sin parar de saltar (cuidado a la próxima, que en una sala con el techo tan bajo te puedes dar en la cabeza) y con Molly alentando al público, dejándoles cantar en muchas ocasiones, y haciendo literalmente lo que quería con su voz. No tengo ni la más mínima duda que de cara a la grabación el próximo año de su nuevo álbum, va a realizar el mejor trabajo de su carrera. Gritando como antiguamente, pero sabiéndolo hacer, con más clase, y mejorando ostensiblemente los temas de ‘Inferno’. Parece que hay discos por los que no pasan los años, igual que las personas… o que si pasan, lo hacen en cualquier caso para bien. Antes de retirarse, otro trallazo de Revolución, ‘Habitación 106’, para dejarnos calentitos el breve tiempo que descansaron.
A su vuelta, la emotividad tomaría a la sala y al grupo. Molly presentaba emocionado a un amigo y antiguo compañero, y Augusto saldría a tocar ‘Dementes Cobardes’, haciendo los coros junto a Alberto esta vez, como en los viejos tiempos. Agradecimientos mutuos, y lista de espera para salir al escenario con el grupo. Para ‘El mejor amigo de nadie’ llegaría el turno de Mart de ESTIRPE, viejo amigo de la banda, en lo que parecía un tema hecho para el dúo, donde la compenetración con Molly fue total y absoluta. Totalmente agradecido al grupo y al público, tendría sus palabras de elogio en una noche tan marcada, afirmando ser todo un honor estar allí. Y para rematar el asunto, Rafa de INFERNOISE, con quien compartieron carretera en su gira más reciente de presentación de ‘La puta y el diablo’, para cerrar la noche con ‘Egoísmo’, un tema que como el propio grupo decía días antes en la entrevista que nos concedió, resumen a la perfección lo que era ‘Revolución 12.111’. Fue tal la excitación del momento, que tanto Luis como Alberto se tirarían mientras seguían tocando.
En definitiva, un concierto muy especial; demasiado especial, y cuyo único pero es el que solo lo pudiéramos disfrutar unos pocos cientos de personas. Cuando después de la actuación el grupo te dice que lo único que escuchaban en los dos primeros temas era cantar al público, uno se da cuenta realmente del ambiente que hubo y de que aquello fue muy grande. Acostumbrado últimamente a que la gente esté más fría y distante, o pendiente de tomarse una copa o de sacar el móvil para hacer cuatro fotos, esta actuación recuperó la esencia de lo que debería ser un concierto. Dieciocho temas en hora y media totalmente intensa que pareció un suspiro, y gente volcada, entregada y disfrutando. Me quedo con dos frases de la noche. Una, la de su antiguo manager, que afirmaba que la única desgracia que ha tenido HAMLET en su carrera ha sido la de nacer en un país como España, donde la cultura musical lleva un rollo totalmente distinto al suyo. En ese momento también recordé todas las voces que decían que este grupo no triunfaría si seguía cantando en español… y tan mal no les ha ido siendo fieles a sus principios. La otra frase es de Rafa de INFERNOISE: HAMLET es el grupo más grande de este país, y tiene que permanecer para siempre. Que así sea, porque esta banda va para largo, y aún tienen muchas cosas que decir.
Qué grandes son estos tipos, y cuánto se merecen todo esto y mucho más. Un gran disco tras otro, un directo demoledor, una determinación a prueba de bomba… Esos son ingredientes de grupo grande.
Decir que no triunfarían si seguían cantando en castellano es resignarse a que en España somos unos paletos y un ejemplo a no seguir en lo que a música se refiere, y con Hamlet no caben conformismos. Tal argumento es una puesta en cuestión de la calidad de un grupo como ellos, y de su innegable capacidad de superación. En su género, pocos discos mejores que «La puta y el diablo» encuentro en los últimos tres años. Otra cosa es el éxito que tenga, que por supuesto es algo imprescindible para el grupo, y es una lástima que no vendan 300.000 discos de cada vez, pero Hamlet han conseguido algo que tampoco es moco de pavo, y es hacerse fuertes haciendo, hablando en plata, lo que les sale de las pelotas.
Pingback: live shows