GRAVEYARD
GRAVEYARD, entradas agotadas en Madrid y Barcelona. Desde que ficharon por Nuclear Blast, estos suecos han subido como la espuma, sin embargo, este fichaje y su ascenso a la fama son factores en concomitancia, pues estamos hablando de un sello circunscrito básicamente al metal. Y os puedo asegurar que metaleros y me atrevería a decir que incluso rockeros en el concierto de la sala Apolo 2 había más bien pocos. Por una parte, sus números uno en Suecia y buenas posiciones en los charts de varios países justifican su éxito en centroeuropa de la misma manera que en su día lo tuvieron GOTTHARD mientras que aquí eran unos totales desconocidos. Sin embargo, el alto porcentaje de gafas de pasta, jerseys modernos y dilataciones en las orejas que vi por la sala me dan buena cuenta de por dónde van los tiros, al menos en cuanto a Barcelona se refiere. Sin duda alguien ha sabido mover a la banda en territorios más afines a lo que ya es conocida en la Ciudad Condal como la movida "moderna". Vaya, que el concierto bien podría haber sido enmarcado en uno de esos eventos en salas que monta Primavera Sound, viendo el público asistente. No, no había hippies, no había demasiados rockeros, no había señores que vivieron los 70's y nadie parecía ir de LSD. No por ello este fenómeno resulta necesariamente malo, pero sí que se me antojan curiosos y llamativos estos caprichos que obedecen a coletazos de marketing oportunistas. Es decir, ¿por qué GRAVEYARD y no, qué sé yo, BIGELF? Supongo que para estas cosas hay que estar en el lugar adecuado y en el momento adecuado.
Sea como fuera, estos suecos, sin ser la gran panacea de la originalidad y sin que vayan a sentar cátedra, poseen una innegable calidad y un directo que en momentos nos puede alumbrar destellos de auténtica genialidad. Tras hacer cola durante casi media hora, logramos acceder a una sala que ya se encontraba muy llena y preparada para la descarga de las huestes de Joakim Nilsson. Menos mal que fuimos con tiempo. Se prescindió totalmente de la labor del telonero y sin mucha dilación salió la banda a escena con apenas 10 minutos de demora sobre el tiempo marcado. A destacar lo cuidado y estricto de la producción del evento, con mucho control en el acceso a sala y sin permitir realizar fotos con flash ni tan siquiera con cámaras no profesionales desde el público. Con "An Industry of Murder" y "Hisingen Blues" daría comienzo el recital, con un público entregadísimo que les rindió tributo durante todo el show como si fueran auténticas leyendas. El sonido de la sala Apolo 2 hizo justicia y volvió a ser realmente bueno, algo que nos permitió apreciar tanto los pasajes más guitarreros y agresivos de un "Ain't Fit to Live Here", en la que Joakim nos enseñó su cara más furiosa, desgañitándose sin perder el leit-motiv de la velada, como los cortes más cercanos al blues tipo "Slow Motion Countdown", cargados de una monolítica intimidad. No todo podía ser perfecto y los coros de "Buying Truth" quedaron algo deslucidos, siendo compensados, esos sí, por la grandiosa interpretación de Jonatan y Rikard a las cuerdas. Todos tuvimos nuestro momento de desmelene, como no podría ser de otra forma, ante una música de tal magnetismo, evocándonos a grandes celebridades a lo largo del show. No fueron pocos los momentos en que cerré los ojos y asaltaron mi mente nombres como LED ZEPPELIN o CREAM, pero no basta con emular, hay que dar el do de pecho por méritos propios, y sin lugar a dudas el momento más álgido que recuerdo fue el de la interpretación de "As the Years Pass by, the Hours Bend" en cuyo meridiano instrumental la banda se explayó, disfrazándolo de una jam session desbocada en la que el batería Axel hizo una exhibición de intensidad, técnica y pegada que nos dejó a nosotros patidifusos y a él chorreando como un sifón. Un auténtico portento y una demostración que vino aparejada con un feeling por parte de todos los componentes que nos hizo poner los pelos como escarpias.
Siguiendo la tónica de alternar canciones más cañeras con otras más bluesy rock, nos precipitaríamos hacia el final del concierto con temas como "Hard Times Lovin'", "Thin Line" o "Goliath", dejándose para los bises "The Siren", "Endless Night" y "Evil Ways", con una banda que lo dio todo pero que se mostró bastante tímida, introvertida y poco comunicativa. Como nota negativa, la duración de 1 hora y 10 minutos, escasa, y sin contar con teloneros. Podrían haberse estirado un par de temas más. En cualquier caso, un señor concierto con el que nos teletransportamos 40 años atrás, haciendo que pudiéramos respirar la esencia de una época a través de unas canciones rebosantes de alma.
Texto: Penumbra (penumbra@themetalcircus.com); Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Last Tour
Asistentes:300
Día:19/05/2013
Sala:Apolo 2
Ciudad:Barcelona
Puntuación:7
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