Era la tercera vez en menos de un año que los holandeses EPICA visitaban nuestro
país y la segunda como cabezas de cartel. Inicialmente la banda traía un importante
atractivo consigo, además de la particular belleza de Simone Simons, THE OLD
DEAD TREE. El grupo, con tan sólo dos trabajos en el mercado pero con un talento
a tener en cuenta, les habían acompañado en gran parte de los shows europeos.
No obstante y para desgracia de muchos, no ocurrió lo mismo en España. Posteriormente
se habló de unos desconocidos OCEANS OF SADNESS, banda belga de la que no se
confirmó su ausencia  hasta que el respetable estaba ya más que aposentado en
la sala.

Así pues, pasadas las 21:30, empezaron a sonar en forma de sampler las primeras
notas de “Hunab’Ku”, la majestuosa intro del último disco de la banda “Consign
To Oblivion”, que podría pasar perfectamente por la Banda Sonora de una nueva
entrega de George Lucas. Aquello sería un concierto íntegro de EPICA.

A continuación llegó “Mother Of Light” una de las canciones más pegadizas de
su segundo disco. Con las partes orquestarles sampleadas y a un volumen atronador,
la canción sonó de lo más desgarradora. Aún así la voz de Simone en los primeros
acordes no estuvo muy acertada y las guitarras se confundían ligeramente con
la basa rítmica, haciendo que el conjunto sonara un tanto caótico y quizás demasiado
grave.

“The Last Crusade”, perteneciente también a su reciente “Consign To Oblivion”,
consiguió que el público se moviera un poco más y el ambiente empezara a caldearse.
Personalmente, escuché esta canción la primera vez que EPICA vinieron a España
y podía preverse que sus coros y la frescura de su estribillo pronto la convertirían
en un himno.  

Sin apenas descanso llegó “Sensorium”, la primera referencia a su álbum debut
“The Phantom Agony”. Con ella el sonido mejoró notablemente y la voz de Simone
ya se acercó a lo que nos tiene acostumbrados. Las teclas de Coen Janssen estuvieron
perfectamente compenetradas con unas guitarras potentes y prácticamente sacadas
del disco. En “Sensorium” se empezó a disfrutar de un Mark Jansen cargado de
carisma y energía, con una interpretación vocal, a mi parecer, superior a la
de sus discos. Una pieza más que celebrada por la muchedumbre.

Y siguieron con su primer disco. Esta vez le tocó a “Run For A Fall” una canción
enternecedora en sus primeros minutos, dónde Simone se lució, interpretó y demostró
estar perfectamente recuperada de su reciente enfermedad – algo leve y sin trascendencia
-. El tema encuentra su clímax en un guitarreo central donde Jansen hace de
las suyas, en todas sus vertientes. Siguiendo la tónica general, los samplers
estuvieron más que encajados y la banda tocó con una técnica y precisión dignas
de elogio.

Para sorpresa de muchos llegó otra de sus primeras piezas, “Illusive Consensus”.
Un medio tiempo donde la voz femenina parece flotar entre el doble bombo de
Jeroen Simons y los acordes más compactos, llegando a notas inalcanzables.

Con “Force Of The Shore” la importancia de los coros se volvió a poner de manifiesto.
La voz gutural de Jansen junto con las melodías arabescas de Simone fueron la
guinda de una canción a mi parecer demasiado cuadrada en su estructura.

A continuación llegó el momento de la balada. Como hicieron con “Feint” en
Mephisto, la primera vez que visitaron nuestras tierras, convirtieron “Solitary
Ground”, una canción tremendamente emotiva, en un dueto entre la Simone más
dulce y cercana y el piano de Coen. Personalmente, prefiero la versión original
del disco, donde la batería y las guitarras le acaban de dar un aire todavía
más desesperado. Aún así, la adaptación hizo las delicias del público y convirtió
el estribillo en un aullido general donde era difícil que el bello corporal
se mantuviese impasible.

Tras este pequeño descanso para los demás miembros y un justo homenaje al las
dotes interpretativas de Simone, llegó “Blank Infinity”, a mi parecer, uno de
los mejores cortes de su último trabajo.

Por si estos dos estribillos a modo de lamento no hubieran emocionado suficiente
al público, la banda confirmó que nos encontrábamos en el auge del evento con
“Seif Al Din”, una canción arabesca que demuestra que sí, EPICA saben combinar
voz angelical con algo más que rabia y berridos guturales. Una batería trepidante,
con algunos detalles y contratiempos que no están presentes en el disco, la
voz espectacular de Mark Jansen y las constantes idas y venidas del bajista
Yves Huts – todo un personaje – y el mismo Jansen cuando no precisaba el micro,
pusieron al público del revés, incluso a los más escépticos.

Y  más temas antiguos. “Façade Of Reality” puso de manifiesto que la banda
daba tanta importancia, sino más, a su primer trabajo como al último. El corte,
de más de ocho minutos de duración, fue idéntico al disco, incluyendo el sampler
donde el primer ministro británico, Tony Blair, da su opinión sobre el atentado
a las torres gemelas de Nueva York.

Sin apenas tiempo de recuperarse de tal descarga y ante la sorpresa general
por el repertorio interpretado hasta el momento, llegó “The Phantom Agony”,
la pieza más larga y compleja de su primer trabajo. El tema de casi diez minutos
de duración fue interpretado a rajatabla, con las únicas improvisaciones de
Jeroen Simons tras los parches.

Después de regalar un par de cd’s (su último disco “Consign To Oblivion” y
“The Shore” un trabajo instrumental diseñado para ser la Banda Sonora de un
filme holandés) el grupo se despidió del público catalán.

El bis no se hizo esperar y se compuso de tres temas que acabaron de redondear
el concierto. “Cry For The Moon”, de su primer trabajo, desgarró las gargantas
del respetable, especialmente de las primeras filas, que no dudaron en corear
el pegadizo estribillo así como las rabietas guturales de Jansen.

En “Quietus” un medio tiempo con un toque algo celta, Mark Jansen se encargó
de algunas partes vocales que en estudio están reservadas a su novia Simone.
Las muestras de cariño entre ambos fueron especialmente patentes en esta canción.
Algo empalagoso para algunos, pero que daba un toque simpático de naturalidad
y cercanía.

Y para concluir el evento, la guinda “Consign To Oblivion”, el último tema
de su homónimo trabajo. Algo así como una segunda parte de “The Phantom Agony”
en cuanto a duración y cambios a lo largo de la canción. Los toques progresivos,
los riff’s apoteósicos y la caña general que se desprendía del escenario, acabo
de agotar a un público, que quizás por excesivas visitas de los holandeses,
no era muy numeroso y acabó de entregarse.

Aún así, la banda lo dio todo, demostrando su desenvoltura en el escenario,
animando, tocando con un rigor y una técnica más que notables e ideando un set-list
que sorprendió gratamente a más de uno.  

Texto: LiLiTh / Fotos: Penumbra

Datos:Razzmatazz 2
Barcelona
Público: 300 personas
Promotor: Matarile

Día:27/10/2005

Puntuación:9