Crisix: una década de saiyans en Barcelona

Los catalanes Crisix se presentaban el pasado 21 de diciembre en Barcelona para la celebración del décimo aniversario de la formación de la banda, haciendo un recorrido por toda su historia discográfica. Para la ocasión contaron con el teloneo de Rat-Zinger, y juntos llenaron sala para un concierto emotivo cuanto menos.

Después de recorrerse Europa y Latinoamérica en su gira de presentación para su nuevo trabajo “Against The Odds”, los catalanes Crisix decidieron volver a su tierra natal para celebrar algo que parece que no se esperaban cuando empezaron a tocar: con cuatro álbumes bajo el brazo y un montón de experiencias por el mundo a sus espaldas, los grandes del thrash celebran nada más y nada menos que su décimo cumpleaños. Para esta importante ocasión decidieron programar dos fechas exclusivas en la península, Barcelona y Madrid, para las cuales prepararon un setlist especial a modo de resumen de los maravillosos diez años que acaban de añadir a su historia.

En esta ocasión se encontraron el viernes 21 de diciembre con una sala Razzmatazz 2 que evidentemente estaba prácticamente llena de fans que no tenían intención de perderse el evento, entre los cuales estaban las personas sin las cuales no habría sido posible nada de esto: las familias de todos los miembros de la banda estaban disfrutando del concierto entre todos nosotros, aportando un nivel extra de emotividad para llegar aún más al corazón de los intérpretes. Aún con tanta importancia simbólica, decidieron no guardarse el acontecimiento para ellos, sino que fueron acompañados por los bilbaínos Rat-Zinger y su brutal crítica contra la iglesia. Los teloneros no dudaron en aprovechar la ocasión para presentar su nuevo álbum “Santa Calavera”, de este año, completando un show que ha marcado la memoria de todos los fans que asistieron a un evento único como el del pasado viernes.

Larga vida a Rat-Zinger… en el infierno

El concierto empezó considerablemente puntual, introducido por una plegaria que nos dejó a todos expectantes por lo que iba a pasar a continuación. Rat-Zinger subieron al escenario en tal especial ocasión para presentar su nuevo álbum “Santa Calavera”, de este año. Sus vestimentas ya anticipaban lo que nos íbamos a encontrar durante el concierto: túnicas negras abotonadas simulando la típica camisa negra de capellán, sin olvidar el alzacuellos blanco, y escondían debajo de esta la piel de cordero el cinturón de tachuelas que esperaríamos encontrarnos en un concierto de este calibre. Así nos demostraban la crítica contra la Iglesia que primaría en todas sus letras, tocando otras temáticas como la represión policial y el fascismo.

Rat-Zinger (Foto: Marya Vázquez)

Empezaron el concierto a grito de “Dios Salve A Ronnie Biggs”, refiriéndose al tema de “Rock ‘N’ Roll Para Hijos De Perra”, continuando con un breve tasto del último trabajo “Santa Calavera” tocando el tema homónimo, para después volver de nuevo al tercer álbum de la banda con “Patria” y el brevísimo pero conciso tema “Aplastándote”. La formación de moshpits era cuanto menos inevitable, pero sobre todo inminente: era completamente imposible no sucumbir a la tralla que nos ofrecían los bilbaínos, aunque se limitara únicamente al movimiento de la cabeza. Los únicos momentos que regulaban el movimiento en el centro de la sala eran las pausas para corear las canciones.

Rat-Zinger (Foto: Marya Vázquez)

Siguieron con “No Habrá Piedad Para Nadie”, que continuaba con la selección de “Rock ‘N’ Roll Para Hijos De Perra”, y “Dicen Que Soy”, primer tema de su segundo álbum “Crónicas De La Destrucción”. Las abundantes luces estaban en constante movimiento, y a menudo eran procedentes de la parte posterior del escenario, apuntando características como los pies de micrófono encadenados. De este modo siguieron con “Chivo Loco”, tema inédito presente en el disco recopilatorio “No Habrá Piedad Para Nadie (vol. 1)”, y “Ya No Quedan Días De Gloria”, del último trabajo.

Rat-Zinger (Foto: Marya Vázquez)

Entre plegarias y reminiscencias de “Los Chicos Del Coro”, los moshpits continuaban a medida que avanzaba el concierto con temas como “L.E.Y.”, “Larga Vida Al Infierno” del álbum homónimo, “Narkosanto” o “Soy Un Kalashnikov”. Así se demostraba, por parte del público y de los músicos, que la energía no se iba a acabar nunca, hecho que culminó con “Tenéis Speed?”, la versión española de la mítica “Ace Of Spades” de Motörhead. Además, la sala demostró estar a la altura ofreciendo un sonido considerablemente bueno, permitiéndonos disfrutar casi al máximo del concierto. Por último, decidieron concluir su aportación a esta velada tan especial con “Indestructibles”, el tema final del reciente “Santa Calavera”, y “9 Mm”, de su segundo trabajo “Crónicas De La Destrucción”.

El esperado aniversario de Crisix

Llegaba el momento de una velada muy especial para los cabezas de cartel de la noche: después de una gira por Europa y Latinoamérica en vías de presentación de su trabajo “Against The Odds”, que vio la luz el 23 de febrero, volvieron a casa para la ocasión ya que “contra todo pronóstico” cumplían nada más y nada menos que diez años. Empezaron lo que se volverían casi dos horas de puro thrash con la suave introducción de su primer álbum “A.S.F.H.”, que fue ampliamente coreada por el público. Esta desembocó directamente en “Leech Breeder”, que denotó un sonido algo carente, sobre todo en la voz y la batería, hasta que mejoró considerablemente en el siguiente tema “Xenomorphe Blood”, ambos temas del último trabajo.

Crisix (Foto: Marya Vázquez)

Llegó el momento de la presentación, que no se quedó corta en agradecimientos después de tantos años de apoyo por parte de los fans, y continuaron con un arrebato de temas esperados como “Spawn”, “Rise… Then Rest” o “Conspiranoia”, cogiendo un poco de cada álbum. Tampoco podía faltar la mención más que explícita a Bola De Drac (Dragon Ball), el anime favorito de los músicos, con “Prince Of Saiyans” y “Frieza The Tyrant”, recordando en este último esos dramáticos 5 minutos de destrucción del planeta Namek que se alargaron más de sesenta capítulos. De nuevo, volvimos a la tralla absoluta con “Brutal Gadget” haciendo explotar el moshpit que llevaba activo desde el principio del concierto en el centro de la sala, llegando incluso al crowdsurfing.

Crisix (Foto: Marya Vázquez)

De nuevo, consideraron adecuado presentar el tema “Perseverance” volviendo a agradecer a los presentes su apoyo, esta vez haciendo hincapié en la dedicación que tuvieron sus amigos y familiares. Prosiguieron con “I.Y.F.F.”, “Electric Possession”, y una versión de “Year Zero” de Ghost que les recordó a las pocas veces que la habían tocado en sus comienzos. Al parecer, después de “I.Y.F.F.” iba “Strange”, pero una confusión debida a la ceguera del batería los llevó a saltársela, por lo que la recuperaron a continuación. Volvieron brevemente al nuevo álbum con “Get Out Of My Head”, en honor a toda esa música de mala calidad pero demasiado pegadiza, con la que pidieron al público que se agachara hasta que empezó de nuevo la tralla.

Crisix (Foto: Marya Vázquez)

El movimiento encima del escenario no paraba, y era el momento de recordar las influencias que los ha llevado a ser quienes son con un “Cover Medley” que incluía temas de Pantera, Rage Against The Machine y Metallica entre otros, que acabó desembocando en “G.M.M. (The Great Metal Motherfucker)”. Entre ovaciones, moshpits, crowdsurfing, agradecimientos emotivos, y recuerdos de las influencias del pasado, se nos estaba acabando el tiempo del concierto.

De este modo empezaron la recta final con “Bring’Em To The Pit”, con la que organizaron una versión propia del wall of death, un football of death (con globos volando) cuanto menos exitoso. Por último, cerraron el concierto completando lo que habían empezado al principio: para concluir la intro del “The Menace” que habían dejado en el aire al principio del concierto, resolvieron definitivamente la velada con “Ulthra Thrash”, organizando de nuevo el deconstruido mosh pit a gritos de agradecimiento, momentos emotivos, y deseos de que no se acabara nunca, pero sobre todo la satisfacción, el sudor y la energía de tal logro como ha sido este décimo aniversario tan especial.