El festival de punk de Bad Religion en Barcelona

El concierto de Bad Religion fue un festival disfrazado de una banda y cuatro teloneros. Una descarga de punk rock para el alma directamente traída desde la costa oeste de Estados Unidos.

Llegó el 20 de mayo y, con él, un recital del punk de lo más puro al buen estilo del sur de California liderado por los legendarios Bad Religion, muy bien acompañados con un cartel digno de un festival cualquiera, nada menos que los catalanes Blowfuse, los suecos Millencolin y el complemento a la triada californiana con Pulley y Suicidal Tendencies.

La apertura de puertas fue con una puntualidad británica y a las 18:30 dieron la señal para que el respetable ingresara a un Poble Espanyol que presentaba una característica disyuntiva visual que iba entre lo antiguo de la decoración y la escenificación pueblerina en todo su esplendor, y lo punk antisistema de algunas vestimentas y la modernización del un escenario que estaba prácticamente listo, tan sólo faltaba una hora de espera para dar inicio al evento. De nuevo, la puntualidad británica invadió el recinto y a las 19:30 horas se subió al escenario Blowfuse. Ellos jugaron en casa ya que son de Barcelona, por ende tuvieron una muy buena recepción del público.

Blowfuse (Foto: Pablo Gándara)

El sonido no estuvo muy de su parte ya que la guitarra del cantante Oscar Puig no se escuchó prácticamente durante las primeras tres canciones, al igual que durante todo su set donde sufrieron de diferentes variaciones de volumen entre la voz y las guitarras. No pareció afectarles ya que uno de los puntos a destacar es la energía en la puesta en escena que tuvo la banda durante todo su set. Actuación de aprobado para los catalanes.

Blowfuse (Foto: Pablo Gándara)

Llegó el turno de los primeros californianos de la noche. Pulley, a las 20:20h de la noche entraban al escenario muy discretamente y empezaron su show un poco sin energía. El sonido tampoco estuvo del lado de la banda ya que, al igual que Blowfuse, los volúmenes cambiaron mucho durante su setlist que poco a poco fue cogiendo cuerpo.

Pulley (Foto: Pablo Gándara)

Pulley también recurrió a la necesidad de pedirle a la audiencia un poco más de movimiento ya que ésta se comportaba de manera un poco tímida, pero esto cambió durante la longitud de su set ya que a medida que canciones conocidas sonaron, el público se entregó más. Al terminar la actuación de Pulley, la banda le agradeció a Blowfuse por haberles permitido usar su equipo técnico y de sonido.

El lleno absoluto

Eran las 21:20h y asaltaron el escenario los suecos de Millencolin con una sólida energía que automáticamente les transmitió de vuelta el respetable. “S.O.S” y “Penguins and Polarbears” fueron las elegidas por la banda para abrir el concierto en un Poble Espanyol que ya se iluminaba más en LED que en luz natural, cosa que únicamente significó que la audiencia empezará a entregarlo todo.

Millencolin (Foto: Pablo Gándara)

Con Millencolin empezaron los pits continuos ya que los asistentes al evento estaban más animados, especialmente después que el cantante Nikola Sarcevic anunciara que “se avecinaba una canción rápida” y así sonó “Lozin’ Must”, la cual fue muy bien recibida por la audiencia. El punto cumbre de la presentación de Millencolin ocurrió en el desenlace, cuando se entonaron las primeras notas de “No Cigar”, canción más conocida de la banda y que perteneció a un muy famoso juego de skate de la Play Station One (Tony Hakw Pro Skate).

Millencolin (Foto: Pablo Gándara)

Era la hora de Suicidal Tendencies, la banda con más apoyo en el público antes de Bad Religion. Muchos asistentes copiando la vestimenta ocupaban el medio del recinto preparados para recibir a Mike Muir y su frente de batalla que cuenta con Ben Weimann y Dean Pleasants en las guitarras, Brandon Pertzborn en la batería y Tye Trujillo (hijo de Robert Trujillo, bajista de Metallica y ex bajista de Suicidal Tendencies) para su gira en España. Este último sustituyó a Ra Díaz quien se encuentra con Korn actualmente.

Suicidal Tendencies (Foto: Pablo Gándara)

La descarga abrió con “You Can’t Bring Me Down” la cual, desde el momento cero, fue batallada por los asistentes en un gran pit que no paró durante toda la presentación de la banda. Es de destacar la adrenalina que la banda imparte en vivo, con Mike de lado a lado de la tarima con la energía de un niño. Tye Trujillo, a sus únicamente 17 años de edad, se cargó la responsabilidad de tomar el bajo en esta gira y la verdad es que el show en Barcelona lo aprobó con sobresaliente.

“Freedumb”, “War Inside My Head” y “Subliminal” fueron unas de las canciones que lograron una inmensa energía y conexión entre la banda y el respetable. El final vino a cargo de “Pledge Your Allegiance” y, en un último esfuerzo de darlo todo, terminó una presentación muy esperada entre los asistentes con un canto al unísono de “S”, “T”, “S”, “T”. Gran actuación de Mike Muir y su gente.

Aguantar energía: un reto duro

Parecía complicado pero había que hacerlo. Se guardó energía para terminar de dar lo último cuando se apagaron las luces después de varios amagos por parte del técnico de luces y a las 23:30 de la noche, tomaron el escenario Greg Gaffin, Jay Bentley, Jay Ziskrout y Brett Gurewitz quienes desde la primera canción “Generator” levantaron hasta al más cansado para formar una sincronización entre la banda y un público que brincó todo lo que pudo.

Bad Religion (Foto: Pablo Gándara)

Joyas del estilo de “Recipe for Hate”, “New Dark Ages”, “Man With a Mission”, “Punk Rock Song” y “Los Angeles Is Burning” fueron unas de las grandes canciones que Bad Religion regaló al público, en ésta, su gira que rememora los 42 años de carrera artística que tienen los californianos.

Bad Religion (Foto: Pablo Gándara)

Un sonido ejemplar, una ejecución casi a la perfección y un público que lo entregó todo durante las casi hora y media de actuación de los californianos, quienes obviamente se guardaron lo mejor para el final con “21st Century Digital Boy”, “American Jesus” y “Fuck Armageddon, This Is Hell”. No cabe duda que Bad Religion marcó una noche histórica en medio de tierras catalanas, la cual no será olvidada por el respetable que asistió a un festival de punk rock sin necesidad de serlo.