CHILDREN OF BODOM

Es bueno ver que la unión de bandas como Ensiferum y Children of Bodom pueden llegar a casi llenar todo un Razz 1. Su popularidad ha ido en aumento y su fama ha crecido exponencialmente desde que los viera por vez primera de teloneros de Primal Fear ya muchos años atrás. Pero cabe decir que en esos tiempos sus discos eran inmaculados y su entrega en los conciertos era absoluta. Hoy en día los chavales de Bodom andan ya algo más creciditos, sus discos han bajado de calidad y se han acomodado bastante a la hora de dar conciertos intensos. Esa rabia y furia suelen sacarla a base de latigazos en un Wacken o en un Download, pero en su propia gira da la sensación de que tiran de piloto automático. Sabíamos que el set de esa noche era corto, pero no puede ser que cuando eras telonero de Primal Fear tocases el mismo tiempo que cuando encabezas tu propia gira europea. Algo falla, hora y cuarto para Children of Bodom es insuficiente.

Antes de la actuación de los cabezas de cartel estuvieron calentando motores Ensiferum, que sin realizar un concierto para enmarcar, cumplieron sobradamente las expectativas. Los de Petri Lindroos empezaron con la intro “By the Diving Stream” y con “From Afar”, pero el sonido no estaba precisamente de su lado. Motivación no les faltaba pero les he visto en mejores conciertos. El público estuvo bullicioso y se notó que había bastante gente que les sigue. Su battle metal tiene un gran número de fans. Uno de los grandes momentos llegó cuando recuperaron la joya primeriza “Token of Time”. Degracaiadamente el grupo tira mucho de samplers y eso les resta espectacularidad. Continuaron con la bérlica “Into Battle” para luego continuar con “Twilight Tavern”. Las condiciones sónicas fueron mejorando afortunadamente. La recta final incluyó “Guardians of Fate”, “Ahti” y la coreadísima y festiva “Lai Lai Hei”.Levantó a toda la sala e hizo que los pogos proliferaran. Se despidieron dejándonos satisfechos con “Iron”, uno de sus mejores temas. Gran papel como teloneros y mucha entrega por parte del combo. A pesar de todo creo que esta banda puede ofrecer algo más de lo que vimos ese sábado.

Children of Bodom continúan manteniendo una gran legión de seguidores. En sus inicios sus conciertos eran abrasivos y como teloneros se habían llegado a comer a muchas de las bandas consagradas con quienes compartían escena. Sin embargo creo que este grupo se ha ido acomodando en su estatus y sus discos ya no son aquellas obras maestras en la que despuntaba un estilo muy especial y propio. El sonido no acompañó y la banda utiliza un espectacular telón y dos teclados inclinados para que Warman haga de las suyas. Arremeterían con “Not My Funeral” de su última obra para luego atacar con las ya clásicas “Bodom Beach Terror” y “Needled 24/7”. Creo que parte de su público más adolescente disfruta de todo lo que hacen pero es poco crítico con ellos. Quienes les vimos en sus inicios realmente llegamos a disfrutar de conciertos apabullantes, comparables sólo a cuando tocan en los grandes festivales europeos.

El nuevo disco no es nada del otro jueves pero pareció que la gente se sabía bien los temas como “Shovel Knockout” y “Roundtrip to Hell and Back”. Del disco “Are You Dead Yet?” cayeron “Living Dead Beat” e “In Your Face”, pero fue a partir de entonces cuando empezamops a disfrutar. Cayeron temas más antiguos y la banda aumentó en cuanto a entrega y ganas. Alexi Laiho hace muchas posturitas pero sigue siendo un frontman espectacular. “Children of Bodom” fue un auténtico regalo. Uno de esos primerizos temas con los que les vimos nacer hace ya tanto tiempo. La unieron a la feroz “Hate Me!”, otro de sus infaltables himnos. Cuando el grupo combina la velocidad, la voz gutural y esas guitarras que juegan con las melodías de teclado ultrarrápidas es cuando nos hacen tocar el cielo. “Bloodrunk” fue un respiro para que luego volvieran a atacar con mala leche con “Angels Dont Kill” y la espectacular “Downfall”, otra de esas piezas perfectas. Eché mucho en falta “Towards Dead End” y “Bodom After Midnight”, pero qué le vamos a hacer… Los discos “Hate Crew Deathroll” y el nuevo fueron los grandes protagonistas de la noche.

Los bises eran atacados con “Everytime I Die”, preciosa y muy coreada. Le seguiría “Was It Worth It?” de su última obra, que se coló en unas posiciones privilegiadas. A pesar de que apenas habíamos llegado a la hora y veinte de concierto, el grupo se despedía con “Hate Crew Deathroll” y nos mandaba para casa. La verdad es que el concierto fue de menos a más en todos los sentidos. Pero cuando las cosas mejoraban y estaban en su mejor momento se despidieron dejándonos con ganas de mucho más. Teniendo en cuenta su juventud y la enorme cantidad de discos que poseen hasta la fecha choca ver que esta banda se despide tan rápido. Cualquier parecido a lo que ofrecían en sus inicios ha quedado difuminado, Cierto que siguen siendo muy grandes pero… ¡Podrían serlo mucho más!