Que CANDLEMASS no hubieran tocado todavía en Barcelona tras casi 3 décadas de actividad discográfica era algo que clamaba al cielo. Exceptuando un par de apariciones en festivales (Atarfe Vega Rock 2004 y Monsters of Rock 2008 si mal no recuerdo), la banda sueca de Doom por excelencia nunca antes había pisado territorio hispano. Estuvo a punto de hacerlo en la gira del “Conspiracy” de KING DIAMOND en 1990, pero los avatares del destino así no lo quisieron perpetrándose así la tradición gafada de este país, muy acostumbrado a este tipo de sinsentidos e injusticias históricas.

Siguiendo el caso de bandas como SCORPIONS o JUDAS PRIEST (aunque a una escala mucho menor, se entiende), CANDLEMASS anunciaban hace no mucho su voluntad por cesar su actividad discográfica y apartarse de las giras para siempre, dejando la puerta abierta para esporádicas y puntuales apariciones en directo muy contadas y especiales. De este modo, “Psalms for the Dead” y su consiguiente gira se perfilaban como la última ocasiones de ver a CANDLEMASS sobre los escenarios, algo que no pasaron por alto la gente del Day of Doom Fest para montar alrededor de la actuación de los suecos la segunda edición del festival (que en su edición de arrranque contó con otros 2 pesos pesados de la escena como COUNT RAVEN y PAGAN ALTAR).

Sin embargo, poco queda ya de CANDLEMASS salvo las migajas. Por muy doloroso que resulte constatarlo, CANDLEMASS a día de hoy poco o nada tiene que ver con los CANDLEMASS de 1 año para atrás. Robert Lowe, vocalista de SOLITUDE AETURNUS, quién cantó en los últimos 3 trabajos de la banda sueca, se ha dado el piro y su puesto lo ha ocupado el mercenario por excelencia del metal sueco, Mats Leven (KRUX, ABSTRAKT ALGEBRA, YNGWIE MALMSTEEN, THERION, AT VANCE…), viejo amigo de Leif Edling que siempre ha ayudado al bajista de CANDLEMASS a la hora de llevar a cabo las preproducciones de las canciones del grupo poniendo su voz en las demos de los temas que posteriormente se grabarían en el estudio. De este modo, nadie mejor que Mats para interpretar todas esas canciones. En ese sentido, nada a objetar. Ahora, una decisión tan precipitada tiene sus consecuencias y el hecho de cambiar de cantante pocos meses antes de un concierto conlleva que difícilmente se podrá llevar a cabo un setlist en condiciones. Y así fue, 30 años esperando a CANDLEMASS para que finalmente toquen 12 canciones no tiene perdón de dios, las cosas como son. Encima, sobre el escenario había un tipo que no era Mappe Bjorkman, el guitarrista de toda la vida de CANDLEMASS (Pese a que a su favor diré que nadie se percató del cambiazo de lo bien que lo hizo). ¿Quién era? Siempre me quedaré con esa duda.

Completando el cartel estaban los locales TORT, los franceses HUATA y el señor James Rivera con su banda tributo de DIO y BLACK SABBATH. TORT por su lado, salieron, aplastaron todo lo que se les puso por delante y se fueron por donde habían venido. Con apenas media hora de tiempo disponible, poco más se puede hacer. De cualquier modo, más allá de verse perjudicados por esa posición en el cartel, la banda catalana salió bastante bien parada y dio un buen repaso a su homónimo y debut disco editado el pasado año por el prestigioso sello israelí Total Rust Music. Tras TORT salieron los franceses HUATA, una banda de la que nunca antes había oído hablar y que por lo visto están teniendo cierta repercusión en los sectores más doomeros. Lo suyo vendría a ser un Stoner/Doom de corte esotérico y ritualista que se ve reforzado por su propuesta escénica (todos ellos vestidos de monjes) y el frecuente uso de curiosos teclados. Desde luego no es música apta para las masas y de ahí que la audiencia quedara un tanto dividida entre los que ven en ellos a los salvadores del género y los que no ven más que a unos clones de ELECTRIC WIZARD que han sabido aprovecharse de todo lo extramusical (Pintas, “concepto”…) para llamar la atención. Sea como fuere, no dejaron indiferentes.

Tras HUATA, le llegó el turno a los cabezas de cartel de la noche, los suecos CANDLEMASS, quienes me dejaron un sabor de boca agridulce. Les he visto en directo en una decena de ocasiones desde que se reunieran en el 2002 y he de decir que ésta rozó el excelente, como siempre. Salvo por la duración del show, claro. Por que un concierto como éste de 2 horas de duración en vez de 1 hora y 20 habría sido sin duda uno de los conciertos del año, y es que todo estaba de su lado, muy buen sonido, el “mood” ideal propio de los conciertos que caen en sábado, una sala llena que no reventada, el aliciente de ser su gira de despedida… Pero 12 canciones son muy pocas, insisto, muy pocas. Tras sonar su clásica introducción (La “Marche Funebre” de Chopin readaptada por los suecos en su clásico “Nightfall” de 1987), CANDELMASS arrancaron con “Bewitched”, uno de sus temas más populares. Pese a lo excelso de su interpretación, no fuimos pocos los que echamos en falta al orondo Messiah Marcolin ejecutando la ya legendaria danza del Doom al ritmo del pesado riff de “Bewitched”, ¡Todo un clásico!. Su repertorio continuó con varios cortes tanto recientes como clásicos de toda la vida. Así pues, sonaron temas de su nueva etapa (sobretodo del nuevo “Psalms for the Dead” y su disco homónimo del 2005 dejando fuera incomprensiblemente “Death Magic Doom” y “King of the Grey Islands”) como “Prophet”, “Black Dwarf”, “Psalms for the Dead”, “Seven Silver Keys” o “Black as Time” que se entremezclaron con más clásicos de siempre como “At the Gallows End”, Under the Oak”, la poco asidua e impresionante “Dark Reflections” y como no, “Solitude”, que cerró su escueta actuación. De hecho, no fueron pocos los que se quedaron de piedra cuando la banda sueca anunció su marcha tras el fin de “Solitude”.

Tras la actuación de CANDLEMASS, la sala se vació considerablemente, no por falta de respeto o interés hacia la banda tributo de James Rivera sino por haber presenciado ya sus actuaciones o bien el jueves en el Rock Sound o bien el viernes en Molins de Rei de telonero de los HELL. Servidor estuvo presente en ambas actuaciones previas y sin duda la del sábado de telonero de CANDLEMASS fue la mejor de las 3. Acompañado de 4 púberes imberbes (3 más señorita batería) que si mal no recuerdo procedían de una banda eslovena llamada METAL STEEL (Tócate los cojones), el que ha sido cantante de infinidad de bandas como HELSTAR, VICIOUS RUMORS, MALICE, SEVEN WITCHES, AGENT STEEL, FLOTSAM & JETSAM, KILLING MACHINE… venía presentando a su formación de tributo europea donde teóricamente debían ejecutarse solo versiones de DIO y BLACK SABBATH pero donde en realidad había cabida para un poco de todo. Ciñéndonos única y exclusivamente a su actuación del sábado en el Day of Doom Fest, a la banda se le veía bastante rodada tras 2 actuaciones previas en Barcelona. Su repertorio se centró en esta ocasión en los 2 primeros  discos que Ronnie James Dio grabó con BLACK SABBATH, “Heaven & Hell” y “Mob Rules” de los que se extrajeron “Walk Away”, “Turn up the Night”, “Don’t Talk to Strangers”, “Children of the Sea”, “Mob Rules” o “Heaven & Hell” junto al clásico “Sabbath Bloody Sabbath” de la era Ozzy y el “Nightcrawler” (¿?) de JUDAS PRIEST que cerró su actuación (En la noche del jueves se atrevió incluso con el “Judas is Rising”!) dejando a todos los presentes con un muy buen sabor de boca y mostrándose altamente agradecido por la semana de fiesta y descontrol (sexo, drogas y rocknroll a tope) que había tenido el honor de pasar en Barcelona.

Texto: Javi Félez / Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Day of Doom

Asistentes:200

Día:29/09/2012

Sala:Mephisto

Ciudad:Barcelona

Puntuación:7