BLIND GUARDIAN

Gran fin de semana de rock y metal. En cuatro días Danko Jones, Annihilator, The Zombies, Anatema y Blind Guardian. A pesar de que todos ellos rozaron el notable alto, hay que decir que el de Blind Guardian ha sido realmente especial. Por primera vez en mucho tiempo se presentaban con un disco que ha convencido, y a juzgar por lo que vimos, lejos queda esa banda que en los festivales salía a cumplir y con un Hansi a las voces que dejaba bastante que desear. Esta vez iban a lo grande: en el Sant Jordi Club, con una buena entrada y sin teloneros. Había grandes expectativas y un show de dos horas de lo más completo.

Tres pantallas enormes con proyecciones quedaban detrás de los músicos y el escenario, enorme, fue llenado desde los primeros minutos de contienda. La banda está pasando por un momento realmente dulce. Incluso el bajista Oliver Holzwarth disfruta de mayor libertad y se da incluso algunos garbeos por el escenario. Abrieron con “Sacred Worlds”, un tema grandilocuente y épico que luce en su última obra. Gran recepción y pudimos ver que el material nuevo no palidece entre los clásicos. Afortunadamente la banda ha recapacitado y ha decidido incluir material que había quedado fuera de las otras giras. “Welcome to Dying” era uno de esos temas, y el rugido de la audiencia fue ensordecedor.

Hansi estuvo muy comunicativo, con muchas ganas y sobrio, sin movimientos innecesarios. Todos sabemos que no es el mejor frontman moviéndose, pero cuando su voz funciona, es excepcional. Ha reducido tripita y su look con el pelo corto le da un aire de persona normal y corriente, lejos del típico rock star. A partir del segundo tema el degoteo de piezas clásicas fue espectacular. Empalmaron “Born in a Morning Hall” con la preciosa “Nightfall”. Éxtasis. Incluso la ya habitual “Fly” ha alcanzado el estatus de clásico. No desentona para nada. El sonido y las luces estuvieron perfectos y la banda estuve muy elegante en todo momento.

“Time Stands Still” sigue siendo una de las favoritas del público, pero mejor acogida tuvo la habitualmente olvidada “Traveler in Time”. Todo un gustazo verla otra vez sobre las tablas. Esa etapa de los Guardian es para muchos de sus fans la mejor de todas. A pesar de que Hansi nos dijo que el “Majesty” no caería esa noche, bromeaba; en Barcelona siempre es tradición pedirla a viva voz, hecho por el cual sabíamos que tocaba. La belleza de “Past and Future Secret” sería la balada de la noche, con André y Marcus a las acústicas. Muy bien respaldada con las voces de los asistentes. Otra de las noticias fue que cayera “Time What Is Time”, otro himno demasiado tiempo en desuso. Finalizarían con la resultona “A Óbice in the Dark” y la hímnica “Imaginations from the Other Side”. Hasta el momento era un concierto soñado.

Los bises empezarían con “Wheel of Time”, amenizada con proyecciones en las pantallas. Este tema promete pervivir en los set lists del grupo. Hansi cantó bastante más de lo habitual en “The Bards Song”, como siempre emotiva y preciosa, y luego atacarían otro de sus himnos infaltables: “Valhalla”. La tremenda sorpresa inesperada fue la inclusión final de la apoteósica “Mordreds Song” (en Madrid sería “Lord of the Rings”), y como siempre el grand finale con el “Mirror Mirror”. Por mucho que pase el tiempo, siempre es una gozada disfrutar de este tema. Nunca me canso.

Si exceptuamos los Wackens o su festival propio en Alemania, creo que es el mejor concierto de Blind Guardian del que he disfrutado hasta la fecha. Incluso mejor que en los años del “Tokio Tales”. Dudo que nadie pueda quejarse de gran cosa, pues incluo el baterista Frederik Ehmke convenció sobradamente. La banda vuelve a recuperar su cetro y llena salas mayores. Esperemos que las cosas continúen por esta senda, pues a los bardos les quedan muchas tonadas que tocar. Si hay algo de lo que quejarse… que todavía no hayan recuperado “Banish From Sanctuary”, ese himno debería ser obligado.