Últimamente algunos promotores tienen las miras demasiado altas para los tiempos que corren. 30 euros para un concierto un martes de Diciembre con los Motorhead tan cerca en el calendario se presentan como un precio algo elevado. Dificil llenar La Riviera con estas condiciones.  Y digo esto porque de haber estado la sala llena, se cae abajo. Estaríamos hablando posiblemente del concierto de año, y probablemente del siguiente. Porque los privilegiados que tuvimos la ocasión de asistir al espectáculo de los Australianos Airbourne el Martes 14 de Diciembre de 2010 tardaremos mucho tiempo en olvidarlo.

Abrían la noche los Madrileños Motociclón, cargados de energía y buenas intenciones. Con un público algo frío en los primeros compases del concierto, dieron un recital de actitud Punk y de saber estar en las tablas. Con una propuesta aparentemente trivial, hicieron las delicias de las primeras filas que iban llenándose poco a poco. Personalemente, su propuesta me parece demasiado básica, y en ocasiones resultaron monótonos y faltos de frescura. Cierto es que el sonido tampoco acompañó en ningún momento. Muchas eran las expectativas que teníamos en esta banda que algunos medios con ciertos tintes visionarios han llegado a calificar de los “Baron Rojo del siglo XXI”. Demasiado arriesgada nos parece la comparación pues, en primer lugar, se parecen como un huevo a una castaña, y en segundo, les falta aún muchísimo camino por recorrer. Deben demostrar que debajo de tanta fiesta esconden algo de más peso para enseñarnos.

Y puntuales a las 22.00 horas, se apagaban las luces de La Riviera para dar paso a una introducción sorprendente con la banda sonora de “Terminator II”, anticipándonos la descarga de energía a la que nos iban a someter. Termina la intró, estallan las luces,  y O´Keffe y los suyos salen a escena como poseídos no se sabe bien por qué demonio australiano que hace que no paren de correr (Y esto es literal) durante absolutamente cada minuto del show. Es difícil que con semejante despliegue, la banda no se meta al público en el bolsillo. Y vaya si se lo metieron. Como si del milagro de los peces y los panes se tratase, la gente parecía multiplicarse y durante algunos compases daba la sensación de que el aforo era bastante mayo.

Abren el show con “Raise the flag”, toda una declaración de intenciones, para seguir casi sin descanso desgranando temas tras tema, solo tras solo. Su propuesta es básica, sencilla, sin alardes. Rock and Roll de toda la vida. “Tio, seguro que los AcDC de jóvenes eran así”, comentaba un compañero de prensa mientras el fibroso cantante se dedicaba a reventarse cervezas en la cabeza para deleite del respetable. Esa frase resume a la perfección lo que nos presentan Airbourne. A falta de medios y parafernalia, a falta de escenarios de estadio y cañonazos, cojones y actitud. Y además aportando frescura. Temás como “Blond Bad and Beatiful” o “No way but the Hard Way” llevan camino de convertirse en clásicos de la banda, si bien es cierto que siguen siendo los temas de su primer largo los que más acogida tienen en el repetable (ojito con la gente cuando empieza a sonar la intro de “Stand Up for Rock and Roll” en los bises)

De todas maneras no todo fue tan perfecto. No parece de recibo dar un concierto de una hora y cuarto, sobre todo teniendo en cuenta el precio de las entradas. Habría que decirles a estos chicos que se vieran un par de DVD´s de sus compatriotas (No hace falta ni decir de quien hablamos) de esos que duran tres horitas y tomar buena nota, pues las bandas realmente grandes deben ofrecer algo más a sus incondicionales. Sobre todo cuando, aun no siendo demasiados, están tan volcados como en esta ocasión. A pesar de esto, siempre es genial salir de un concierto y no poder dejar de sonreír y tararear los estribillos que se han quedado grabados a fuego en tu memoria. Pocas bandas consiguen eso hoy en día. Podrán ser un grupo simplón, podrán faltarles grandes temas para completar un show 100 % brutal, pero fiesta, actitud, fuerza, frescura y sobre todo y ante todo, Rock And Roll, tienen para mucho, mucho rato.

Texto y Fotos: Javier Bragado

Asistentes:1000

Día:14/12/2010

Sala:La Riviera

Ciudad:Madrid

Puntuación:9