En 1984 el mundo ya había tenido su buena dosis de shock rock, pero llegarían WASP a revolucionarlo todo una vez más y no poco.

El despegue de W.A.S.P. en 1984 gracias al manager de Iron Maiden

Entre 1982 y 1983, Steven Duren, más conocido como Blackie Lawless, tuvo que tomar decisiones que marcarían toda su vida. La primera: tras la disolución de Circus Circus, una banda con sede en Los Ángeles que contaba con Blackie y Randy Piper, éste decidió poner en marcha una nueva banda llamada W.A.S.P. La formación original de W.A.S.P. se estableció en Los Ángeles, California, en 1982 por Lawless, Piper, Rik Fox y Tony Richards. Rápidamente se hicieron conocidos por sus espectáculos en vivo subidos de tono y, a veces, impactantes. Lawless era conocido por atar modelos semidesnudas a un potro de tortura y también por lanzar carne cruda al público. 

La primera formación de la banda no duró mucho tiempo, ya que Rik Fox fue despedido y se unió a la banda Steeler con el vocalista Ron Keel y el guitarrista Yngwie Malmsteen. Fue reemplazado por Don Costa, el bajista de la antigua banda de Richards, Dante Fox (que más tarde evolucionaría a Great White). Poco después, Costa también dejó la banda y su posición en el bajo fue ocupada por Brayden Parker. Al mismo tiempo, el guitarrista Chris Holmes se unió a la banda. Lawless contactó con el entonces ya famoso manager de Iron Maiden, Rod Smallwood, quien decidió valorar ocuparse del management de la banda. 

Rod necesitaba tiempo para mover la maqueta del grupo y ponderar si realmente había un futuro con ellos. La gestión de una banda implica una dedicación considerable, y el éxito suele requerir años de desarrollo. Paralelamente, Lawless mantenía contacto con Bill Aucoin, el ex-manager de Kiss, aunque sus compromisos con Billy Idol, especialmente tras el lanzamiento de «Rebel Yell», limitaban su disponibilidad. Un consejo vital llegó de Ace Frehley, un viejo amigo de Blackie, quien le advirtió sobre la importancia del primer contrato discográfico. Muchos artistas exitosos terminan atrapados en acuerdos desfavorables que marcan sus carreras permanentemente. Esta preocupación fue crucial en la elección final de mánager y en la negociación de su primer contrato importante. Smallwood era el hombre idóneo. 

Enter Rod Smallwood

Después de considerarlo durante tres meses, Rod decidió convertirse en el manager de W.A.S.P., marcando un punto de inflexión. Regresó a Los Ángeles y juntos comenzaron a trazar un plan que eventualmente los llevó a firmar un histórico contrato con EMI/Capitol. Este contrato, por siete discos y 2.5 millones de dólares, se negoció bajo la presión de una oferta competitiva de Enigma Records. 

“Primero necesitábamos un contrato discográfico, y primero Rod preguntó en EMI/Capitol, porque era el sello de Iron Maiden” recordaba Blackie Lawless hace unos años en su biografía publicada en la web de WASP. “Ahora con Rod se mostraban más interesados, especialmente porque pensaban que si él nos llevaba es que teníamos algo, pero aún no estaban decididos a dar el paso. Había también un sello pequeño llamado Enigma Records que creía en nosotros y ya quería cerrar un contrato con nosotros desde hacía meses. De hecho, el dueño de la compañía ofrecía la hipoteca de su casa como aval para que firmáramos con ellos, y la verdad es que estábamos muy cerca de aceptar. El caso es que le dijimos a EMI que Enigma nos quería a toda costa, y un par de semanas después EMI finalmente se decidió y firmamos el contrato más largo en la historia que había firmado hasta entonces una banda nueva: siete discos por dos millones y medio de dólares” explicaba el líder de WASP. 

Una sorpresa desagradable

Curiosamente, precedidos por su fama de sacrificios animales en directo, el día que firmaron con EMI se encontraron con una lengua de vaca en la mesa de la sala de conferencias, una broma de bienvenida por parte de los ejecutivos del sello. Poco después, entraron al estudio para grabar el sencillo «Animal – Fuck like a Beast» con la intención de, bien, liarla. 

“Entramos al estudio un par de semanas después para grabar, con mi viejo amigo Mike Varney como productor, el single «Animal” con la cara B de «Show no Mercy”. La idea era sacar la canción como single para obtener reacciones en todo el mundo y que el público nos conociera y estuvieran preparados para cuando se editara el disco más adelante aquel mismo año” recordaba Blackie. Pero no fue tan fácil. 

 “EMI editó algunas copias primero en Gran Bretaña pero el Queen Council (un grupo del gobierno inglés que actuaba como perro de presa para este tipo de cosas) informó a las altas esferas de EMI que si editaban esa canción podrían ir a la cárcel por veintiún días cada uno. Estaba claro que EMI no quería eso así que se echaron a un lado y permitieron que el single lo editara Music for Nations” revela Blackie. “La verdad es que no podríamos haber comprado o conseguido mejor publicidad para explotar en las listas inglesas”. 

La presión de EMI/Capitol

La presión de la discográfica se hizo notar durante la grabación de aquel primer disco. Semejante contrato no llegaba sin contrapartidas importantes. 

“Nos habían dado mucho y esperaban mucho de nosotros, así que menos de un disco de oro se consideraría un fracaso” recordaba Blackie. “Afortunadamente el disco fue recibido increíblemente bien aunque no sabíamos cómo nos recibiría el mundo a nosotros. El primer disco fue tan bien recibido que fue oro en muchos países pero el primer disco de oro vino de Canadá. Habíamos vuelto a Los Ángeles después de nuestra primera gira y recuerdo llegar y sentarme en la cama y poner la tele. Cada dos minutos miraba un rato la tele y luego miraba el disco de oro, y así toda la noche”. 

El 17 de agosto de 1984 marcó la irrupción en la escena musical de W.A.S.P. con su primer y glorioso disco.  El álbum está cargado de elementos definitorios del hard rock: solos de guitarra, potentes baterías, riffs legendarios y una destacada capacidad vocal de Lawless. Canciones como «I Wanna Be Somebody» y «L.O.V.E. Machine» encapsulan el espíritu de la época, mezclando melodías pegajosas con impresionantes solos  y riffs de guitarra. «The Flame» y «B.A.D.» mantienen el impulso del álbum, que también incluye un cover de «Paint It Black» de los Rolling Stones, revestido de un tono glam-metalero. Gracias a este álbum, W.A.S.P. se consolidó como una de las grandes bandas del género, influenciando no solo a sus contemporáneos sino también a las futuras generaciones de músicos de rock.

El espectáculo sin igual de WASP

Pero sería el espectáculo en directo de WASP lo que marcaría la diferencia para la banda. Pese a que la banda recibió la prohibición de tocar en lugares como Irlanda o Noruega en aquella primera gira (“Nos prohibieron tocar en Irlanda cuando ya estábamos en el avión así que no teníamos ninguna noticia y no sabíamos nada hasta que aterrizamos y vimos un titular en la prensa que decía ‘Grupo de rock y sexo americano prohibido en Irlanda’” recuerda Blackie). El mítico concierto de la banda en el teatro Lyceum de Londres, recogido en un impactante vídeo oficial y celebrado el 24 de septiembre de 1984 muestra lo volcánico que era un show de W.A.S.P. en aquella época: sangre, calaveras, humo, rabia y muchísima energía y ganas de comerse el mundo. Apenas cuatro años después, W.A.S.P. habían dejado atrás todo el circo para volverse mucho más introspectivos y maduros con discos como “The Headless Children” o la obra magna “The Crimson Idol”. Pero nada siquiera iguala la energía y determinación de WASP para comerse el mundo en 1984. 

“Era el comienzo de todo por lo que habíamos trabajado… pero también fue el final. El final del viaje mágico que empezamos en Los Ángeles con nuestros amigos, los pequeños triunfos, la locura que fue el año 1982 y 1983” recuerda Blackie. “Fue sin duda uno de los mejores momentos de nuestras vidas. Fue como ese típico año del instituto o la universidad que fue tan maravilloso que desearías que nunca hubiera terminado. Nunca piensas que estés diciendo adiós pero cuando finalmente tuvimos un descanso tres años después y miramos alrededor al volver a Los Ángeles, nada era lo mismo. Todo y todos habían cambiado”.