El líder de Emperor y artista reconocido en solitario, Ihsahn, habla sin pelos en la lengua sobre su carrera, las redes sociales, el black metal actual y Nietzsche.

Ihsahn, cuyo nombre real es Vegard Sverre Tveitan, nació el 10 de octubre de 1975 en Notodden, Noruega. Es ampliamente reconocido como una figura influyente en el mundo del black metal, tanto por su trabajo en solitario como por su papel fundamental en la banda Emperor. Su música ha trascendido el black metal tradicional, incorporando elementos de música progresiva, jazz, música clásica y electrónica, lo que demuestra su versatilidad como músico y compositor. Y es precisamente con su nueva obra, llamada con su propio nombre, que el noruego aúna toda su vida musical en una sola obra, aunque huya de la grandilocuencia existencial de ese hecho.

La carrera de Ihsahn comenzó a una edad temprana. A los 13 años, junto con Samoth (Tomas Haugen), formó la banda Thou Shalt Suffer, donde experimentaron con el black metal y los sonidos death metal. Poco después, decidieron cambiar el enfoque de Thou Shalt Suffer hacia el black metal atmosférico y formaron Emperor. Emperor se convirtió rápidamente en una de las bandas más influyentes y respetadas en la escena del black metal, conocida por sus complejas composiciones, letras oscuras y la incorporación de teclados para crear atmósferas épicas y sinfónicas.

Después de la disolución de Emperor en 2001, Ihsahn comenzó su carrera en solitario, lanzando su álbum debut, «The Adversary», en 2006. Este fue solo el comienzo de una prolífica carrera en solitario que ha incluido varios álbumes altamente aclamados, cada uno mostrando su evolución como artista y su disposición a explorar nuevos territorios musicales. Trabajos como el EP “Telemark” de 2020 o “Arktis” de 2016 son tan solo la punta del iceberg en el universo creativo del aclamado músico noruego. 

El disco homónimo y su significado

Siempre hay esta expectativa de que el disco homónimo debe ser una suerte de piedra angular o momento de inflexión en la carrera de un artista. ¿Había alguna noción preconcebida sobre lo que debería significar hacer un disco homónimo para ti? ¿O simplemente no encontraste un mejor título que llamarlo con tu propio nombre artístico?

No, la verdad. Sé que es tradición que, en algún momento, ya sea el primero o más adelante en tu carrera, hagas un disco homónimo. Y fue muy difícil encontrar un título esta vez. Hay una linea conceptual y dos líneas de historia y todo lo que entró en la dualidad de este lanzamiento hizo que fuese difícil encontrar un título que capturara eso.  Con todo, pensé que este podría ser un buen álbum para tener un título homónimo como cualquier otro.

¿Dónde yace la motivación para ti? Porque eres bastante activo. Has hecho varios EP en los últimos años y has mantenido una carrera en solitario bastante prolífica. Fácilmente podrías dedicarte solo a tocar en festivales por un montón de dinero con Emperor y ya está. ¿Dónde yace la motivación para ti creativamente estos días? 

Bueno, donde siempre ha estado. Es como una adicción para mí trabajar en música y crear. Sé que suena como una idea muy grandiosa. Por supuesto, tiene que ver con la circunstancia y haber nacido en un país donde realmente puedes tener un objetivo siendo músico. Hay mucho privilegio en eso. Pero de muchas maneras, sentí que, como dicen, no elegí la música, la música me eligió a mí. Es más como una adicción y algo de lo que tengo dificultades para alejarme. Es como mi yo de 16 años. Por supuesto, ha habido mucho desarrollo y he agregado cosas a mi caja de herramientas, pero sigue siendo esa misma fuente y necesidad de crear y tratar de hacer algo interesante que me emocione. Me siento muy, muy privilegiado de poder combinar las dos cosas, donde puedo disfrutar interpretando los roles de Emperor con mis viejos amigos de aquellos tiempos y luego tengo la libertad creativa completa para hacer todo esto en mi carrera en solitario.

Pero, ¿tiene sentido materialmente hacer discos en solitario? Todos sabemos cuánto venden los discos estos días y todos sabemos lo poco que los artistas reciben de las plataformas de streaming. ¿Realmente tiene sentido de una manera material o se basa todo en un deseo de autoexpresión irrefrenable?

Bueno, de nuevo, soy muy afortunado en el sentido de que estoy en un segmento de la industria de la música donde la gente es muy dedicada. No dependemos tanto de los éxitos y las listas de reproducción de Spotify como creo que lo hace otro tipo de música más orientada a las listas de éxitos. También tenemos a un tipo de fanático de la música que compra muchos vinilos y todo eso. Aún tiene sentido para mí de una manera material hacer esto. Pero, por supuesto, nuevamente, hacer música por esos incentivos más comerciales nunca fue mi motivación. Difícilmente empiezas una banda de black metal en 1991 porque quieres ser aceptado, gustar, ser elogiado y ganar mucho dinero. Es justo lo contrario. Es casi como un paradoja haber tenido esta carrera de más de 30 años tocando la música más desagradable y poco comercial jamás concebida. Conozco a mucha gente que toca música mucho más comercial que yo y que nunca llegó a tener una carrera.

La intelectualización del black metal

Considero que artistas como tú habéis intelectualizado, por falta de una mejor palabra, algo que era tan primitivo y crudo como el black metal. Creo que de algo que era tan animalístico en sus orígenes, se ha convertido en esta cosa intelectual donde la gente está escribiendo libros sobre el hecho y haciendo películas y analizando racionalmente lo que era pura energía cruda adolescente y ganas de incomodar. No sé si estarías de acuerdo con esto.

Bueno, supongo, gracias. Pero no tomaré crédito por ninguna de las películas o libros que se hayan escrito porque nunca he sido muy nostálgico sobre la escena. Por supuesto, vengo de ese momento en el tiempo, pero para mí, toda la idea colectiva de que hay un libro de reglas de lo que es el género y la escena y lo que podría ser y lo que no debería ser, es algo que me incomoda. Siempre he estado haciendo cosas un poco al margen, pero creativamente desde las mismas raíces. 

Hablas de intelectualizar… Unos periodistas me preguntaban “¿cómo es que empezaste con algo tan primitivo como el black metal old school y ahora haces todo este material más progresivo?” Pero la cosa es que no tratamos de hacer algo old school en aquel momento. Comienzas haciendo un género que no sabes ni lo que es y ahora se le llama “old school”. Pero cuando comenzamos a hacerlo, no era old school.

Es old school ahora.

Sí, es old school ahora. Pero nosotros comenzamos a hacer algo que sentíamos que era nuevo, que no se había hecho antes, ese estilo sinfónico de black metal. A los 16, 17 años, realmente estábamos empujando los límites de lo que podíamos hacer con nuestra música. Por supuesto, no teníamos experiencia, pero aún así estábamos forzando los convencionalismos. Ese era el factor motivador. Por alguna extraña razón, como dije, terminó siendo mi carrera, y todavía estoy intentando derribar prejuicios. Todavía llego a explorar e intentar empujar los límites de lo que puedo hacer con la música. No estoy tratando de alardear. Es más como mi relación con el proceso de hacer música y esa emoción. Muy humildemente puedo decir que estoy tan emocionado de hacer música ahora como cuando tenía 16 años porque nunca quiero que ese proceso sea aburrido porque vivo y respiro para hacer música.

Emperor (Foto: Pablo Gándara)

En los inicios del black metal podías impresionar a la gente con ese tipo de música y esas clases de letras, pero eso ya no impresiona mucho a la gente. Es como las películas de terror. Miras «Pesadilla en Elm Street» hoy en día, y es divertida. Pero en su momento, daba mucho miedo. Hoy en día lo que está “forzando” los límites, supongo, es una cantante como Megan T. Stallion haciendo algo llamado «WAP» (“Wet Ass Pussy”, traducido como “coño muy mojado”) o algo así. Eso es lo que hace que se levanten las cejas hoy en día. ¿Crees que de algún modo el black metal se ha domesticado?

Bueno, no diría… Es solo el proceso natural de las cosas. En cada década desde Robert Johnson en los años 30, cada década ha tenido su propia juventud rockera que rompió los límites y la generación de padres que les precedía se enfadó por ello. Para cada generación, había algo más extremo. En los años 70, tenías el punk rock y los inicios del heavy metal, y luego tuviste el glam metal de los 80, y luego eso evolucionó en una reacción contraria con el grunge y Nirvana, que no se preocupaban por el spray para el cabello y el maquillaje, y así sucesivamente. He bromeado sobre esto. Pero después del black metal en el lado del rock y metal, ¿cuál es la próxima cosa peligrosa? Sé que hay mucha música metal nueva saliendo y nuevas bandas increíbles, pero es bastante amable en comparación con lo que hacíamos nosotros. Como dices, el shock ya no existe. Alice Cooper ya no sorprende a nadie.

Sí, nada es sorprendente o peligroso.

Creo que si las redes sociales hubiesen existido en los primeros años 90, el black metal nunca hubiese ocurrido. Porque si el punto de enfoque para conocer a los artistas que hacían black metal era saber que éramos adolescentes con granos, eso le habría quitado el misticismo a la experiencia. Si quieres ir a ver a una banda en directo hoy en día puedes simplemente revisar las redes sociales y ver qué cenaron, cómo estuvieron en el show. No hay nada malo en ello. No estoy diciendo que deba haber alguna jerarquía o todo eso. Algunas de las mayores estrellas de rock que he tenido el privilegio de conocer, son las personas más humildes, razonables y asombrosas que puedas imaginar. Pero cuando están ahí arriba en el escenario, quieres que expresen esa divinidad. Esto se remonta a la antigüedad y el ritual dionisíaco y el lugar donde la gente llevaba máscaras y asumía este rol mitológico. No vas a un espectáculo para ver algo cotidiano y mundano. 

Quieres espectáculo. Probablemente soy viejo, pero cuando vi a Iron Maiden en 1988 no podía creer que estuviese respirando el mismo aire que Iron Maiden. Están físicamente frente a mí en el escenario. Eso era parte de la experiencia. Cuando ves el éxito de bandas no nuevas, pero más recientes, como Ghost, por ejemplo, incluso aunque la identidad se haya revelado, la audiencia quiere seguir la línea mitológica de las cosas, porque quieren el espectáculo. También puedes ver eso con Rammstein. También existen esas tendencias con un grupo como Sleep Token, que es una banda bastante más joven. 

Si hubiese visto diez teasers en redes sociales sobre cómo la grabación de «In the Nightside Eclipse», probablemente no me importaría tanto la historia de cómo se hizo ese disco. Así que en algún momento el exceso de información te conduce a una cierta apatía y desinterés. 

A mí me distrae. Cuando estoy expuesto a algo nuevo, tanto si es un nuevo disco, una pintura, un libro o lo que sea, no quiero leer las reseñas primero. Quiero entrar sin saber. Tal vez alguien pueda indicarme en la dirección correcta. Debes revisar esto o aquello. Pero más allá de eso, realmente no quiero saber nada porque quiero estar expuesto al arte y reaccionar a ello por mí mismo, ¿esto me genera interés por sí solo o no? Es como una inversión. Ahora se te entrega el manual de por qué debería gustarte este álbum o esta pieza de arte. Es como ir al revés, la forma opuesta. Comienzas con toda la información y luego la pieza de arte viene al final, en cierto sentido. Quizás solo estoy siendo muy viejo y gruñón con esto. 

Guiños al pasado

Cuando haces algo como un “Pilgrimage to Oblivion” en tu nuevo disco ¿Es una forma de lanzar un hueso a estas personas que esperan que seas este tipo malo gritando con todas tus fuerzas sobre un blastbeat solo para mantener el aura de alguna manera? ¿O es algo con lo que realmente te sigues identificando musicalmente?

Esto es una forma muy natural de expresarme. Los gritos y las guitarras distorsionadas son mi forma más fluida de expresarme. Las otras cosas las agrego para mantener la emoción. Para mejor o peor, desearía ser lo suficientemente inteligente para tomar en consideración lo que la gente podría esperar y lo que querrían y todo eso. Pero si hay algo que he aprendido de hacer esto durante más de 30 años, es que no tengo control sobre lo que a la gente le pueda gustar y lo que no. Derrotaría todo el propósito de hacer este tipo de música si intentase especular y hacer música para conformarme a alguna expectativa o mercado. Eso sería lo opuesto al black metal y la voluntad libre y todos estos principios individuales que yacen como fundamento del género. Creo que estaría haciendo, humildemente, un desfavor a los oyentes que siguen mi música si intentase asumir esos compromisos para vender más discos.

Creo que la gente olvida que incluso los viejos álbumes de Emperor fueron absolutamente destrozados por las principales revistas de metal cuando salieron. Fueron ridiculizados por publicaciones como Metal Hammer y Kerrang y otras así. Solo algunas décadas después decidieron que era algo genial y algo importante. Lo que he aprendido es que la gente siempre decide si algo es peligroso o algo genial. Siempre fueron los mismos álbumes. Solo dependía de que fuesen lo que la gente quería que fuesen. Pero siempre fueron los mismos discos.

Tuviste que calibrar, de muy joven, cuál era la realidad, si lo que decían los críticos y las revistas o la reacción de los fans que estabas viendo en los conciertos en vivo o lo que sea.  ¿Cómo manejas estos días las redes sociales y el hecho de que la gente esté expresando su opinión todo el tiempo? ¿Y cómo influye eso en tu percepción de tu propio arte? Porque es fácil comenzar a leer comentarios y empezar a replantearte tus propias decisiones.

Trato de no hacerlo. Esa es la cosa. Afortunadamente para mí, creo que es mucho peor con los artistas jóvenes que entran en esto queriendo tener algún reconocimiento, intentando obtener esa palmadita en la espalda, intentando obtener una forma de validación de la mayoría. Nosotros entramos en todo esto diciendo ‘que te jodan’ a todo el mundo. Lo que hacíamos  era muy confrontacional. Así que creo que fue una forma muy saludable de iniciarse en la industria. Literalmente, no esperábamos ser queridos. Incluso intentamos no ser queridos de una manera muy irónica. Y la buena parte es que me he vuelto no inmune, pero sí bastante bien protegido contra la gente y sus opiniones. Por otro lado, recibo muchos cumplidos de personas que tienen una fuerte relación con la música antigua de la que fui parte y todo eso, lo cual es genial. Pero también el filtro se activa también para cualquier elogio.

Al final, solo te quedas con tu propia relación personal con tu música y tus objetivos y hasta qué punto sentiste que tuviste éxito. Supongo que es un punto de vista más pragmático, pero probablemente también a largo plazo, el más saludable. He tocado en conciertos donde no sentí que actué de la mejor manera. Luego tienes a alguien que se acerca después del espectáculo, haces una sesión de firmas o algo así, y dicen: «Oh, el mejor concierto de todos los que he visto”. Pero en mi corazón, no siento que haya sido el mejor concierto de todos. De nuevo, se reduce a ti mismo.

 ¿Cuál es el significado de la vida para Ihsahn?

Darle significado a la vida, supongo. Acabo de tener una discusión esta mañana sobre mi fascinación por Nietzsche. ¿Qué dijo? La vida es sufrimiento, y el propósito de la vida es encontrar algún significado a todo el sufrimiento. Es una manera un poco oscura de verlo. Con la forma moderna de ver las cosas y la forma más secular de ver el mundo, hay un desafío. Necesitas llenar ese espacio con algo. Y debes ser muy consciente de cómo identificas y le das significado a las cosas. Eso es un descubrimiento constante para intentar hacer cosas significativas. También creo que es importante hacer cosas difíciles. Las cosas fáciles no te llevan a ninguna parte.

Creo que Nietzsche tenía esta visión de que nosotros como sociedad, especialmente las sociedades occidentales, estábamos en camino al nihilismo absoluto. Eso sería, de algún modo, nuestra condena a la desaparición. ¿Dirías que estamos profundamente instalados en ese nihilismo actualmente, dado todo lo que está pasando en el mundo en este momento? Es muy difícil mantenerse positivo en este momento, ¿verdad?

Sí, pero eso, de nuevo, es la parte difícil. La forma en que presenta Nietzsche las cosas es muy dura. Pero como dices, la gente pensaba que lo asociaba con el nihilismo porque habla de eso. Pero, por supuesto, es racional en esa perspectiva post-Dios de las cosas. Es fácil seguir una trayectoria lógica hacia el nihilismo donde nada significa nada al final. La parte difícil es darle ese significado y hacerlo valioso. Nietzsche en Zaratustra le da la vuelta a todo eso y dice algo así como, “debe ser cansado para el sol levantarse cada mañana para saludarme”. Le da un significado. Por supuesto, el sol no brilla por él, pero le da la vuelta y dice, “tengo que levantarme porque el sol se levanta por mí, así que necesito levantarme por el sol”.  Eso es crear significado. Creo que es una imagen hermosa.