DISSERTA: ‘Vengas de donde vengas y escuches lo que escuches, hay una parte del disco que te va a gustar.’
Disserta son de esos grupos que llaman la atención desde el principio. Esas bandas que transmiten multitud de sensaciones tanto con su música como con sus letras; y lo hacen con uno de los mejores discos del año, que además marca solo el punto de partida, ya que ‘Disserta’ es su debut. El futuro se muestra esplendido para ellos, y el grupo al completo habla y explica detalles tanto de su disco como de otros temas, incluidos juegos de palabras con los títulos de alguna de sus canciones…
The Metal Circus: El grupo nace hace algo más de un año tras la disolución de Aura. ¿Cómo es el proceso desde ese momento hasta ahora?
Chus: Pues probamos varios cantantes, y dimos con Kaiki…
Gorka: De hecho, mi novia me pasó su teléfono, y dimos con él por partida doble, íbamos a hacer la prueba a dos personas y resulta que era el mismo. El mismo día que probamos en el local, sabíamos que se quedaría con nosotros.
T.M.C.: Me llama la atención la oscuridad y melancolía de la portada. ¿Qué intentáis transmitir con ella?
C: La portada tiene un rollo místico, acorde con las letras también, que van en esa línea. La portada tenía que ser el reflejo del grupo, y por eso mezclamos oscuridad con misticismo.
Kaiki: Es una representación de la iluminación en la oscuridad. Un hilo de luz va al chakra, que es el tercer ojo, y tiene un poco ese significado ‘yogico’.
C: Y además en el desierto…
T.M.C.: De donde surge la idea de ‘Disserta’
K: Pues surgió cuando Gorka estaba terminando de grabar las guitarras. Nos pasábamos notitas y…
G: Aura estaba registrado, queríamos partir de cero, y decidimos hacer una criba de todas las ideas que teníamos.
C: Fonéticamente era el que más nos gustaba. Aunque en principio iba a ser Desserta.
T.M.C.: Todas las canciones giran alrededor de la misma historia, ¿están ordenados los capítulos de la historia?
K: Es cierto que cada tema es un capítulo de un diario, pero no pertenecen a la misma persona. Por ejemplo, Chus aporta dos letras al disco; son capítulos, pero para que el disco tenga buena dinámica sonora no va por orden, y así cada uno puede crear su propia historia.
C: A la hora de hacer música y letras intentamos ser solo uno, aportando todos ideas.
T.M.C.: Creo que hoy en día casi todos los discos de ciertos estilos empiezan de manera muy dura, y se van difuminando según avanza, y aquí es todo lo contrario, no dejáis tiempo de respiro.
G: El orden está premeditado y no a la vez. Buscamos una escucha del disco del tirón.
C: El estilo que hemos encontrado es este, y por ser una historia continúa o lo que sea, hace que sea así.
T.M.C.: Tempus Fugit… ¿por qué? Siempre que se acude al latín para titular un tema, suele ser ‘Carpe Diem’…
K: Realmente el estribillo cuenta una historia de un error que se ha cometido una noche… que no es un error al final del tema. Hay que dar rienda suelta a tus instintos y emociones y no arrepentirte, a aprovechar cada instante de la vida, el tiempo vuela.
Rubén: Y en latín, para tener un aporte distinto, literario.
T.M.C.: ¿Cómo definiríais esta historia?
G: Flipante.
K: Apasionaaaaaante.
T.M.C.: A la hora de componer, decís que sois un bloque…
K: Cada uno tiene su papel, Gorka viene con una idea con su guitarra y luego la desarrollamos. Pero a la hora de componer no tendría muy claro quien ha aportado qué, porque somos todos una unidad.
G: Se llega al local, se prueban las ideas, algunas cosas se quedan y otras se van, pero siempre hay un consenso de todos al respecto.
T.M.C.: En este caso, que ha sido primero, ¿la historia o la música?
G: Normalmente empieza la música, pero sí que es verdad que ha habido algún tema que ha habido cambios para dar mayor intensidad a la voz.
C: Gorka me preguntaba muchas veces que si yo quería caña, melodía o que…. Y le decía directamente que trajera lo que fuera, pero todo fue surgiendo con una fluidez tremenda.
C: Empezamos en Agosto, y sesiones maratotianas de ensayos durante tres meses, y hasta ahora.
T.M.C.: ¿Qué se siente al interpretar unas canciones tan dolorosas y apasionantes en directo?
K: Es difícil, porque tienes que buscar transmitir la emoción sin que te llene a ti para poder seguir cantando. Si te coge la emoción por dentro es difícil controlarlo; busco un equilibrio y una calma relativa para poder seguir cantando.
T.M.C.: ¿Es una señal de identidad el cantar en castellano?
G: Teníamos claro que tenía que ser en castellano. Si quieres transmitir y que la gente se identifique, tenía que ser así. Porque te transmite la música, pero también las letras.
T.M.C.: ¿Creéis que hay muchos prejuicios en el rock y el metal nacional?
K: La gente es algo reacia a ciertos estilos cantados en nuestro idioma. Por ejemplo, en nuestro caso, que hacemos un rock o metal con influencias extranjeras, con melodías… la gente te tacha de comercial, e incluso de pasteloso.
G: A veces parece que si viene de fuera, es mejor. Se intenta grabar o masterizar fuera, porque parece que va a ser síntoma de calidad.
T.M.C.: ¿Cómo nace la idea de tener como productor a Jorge Escobedo?
G: Es una historia que viene de largo. Ya hablamos con la anterior formación de grabar algo con él, pero nos vio, el cantante no le transmitía nada, y no le gustábamos. Después le dijimos que teníamos a Kaiki, nos vio de nuevo, y dijo directamente que sí, tras darnos algunas directrices.
K: En principio íbamos a encerrarnos en Murcia, para tener una cierta dinámica de trabajo. Pero surgió lo de Jorge, y quien mejor que él para plasmar todo.
G: Y además que suena bien; podrá gustar más o menos, pero de sonido ha quedado genial
K: La gente se piensa que si tienes el sello de un productor de fuera, vas a tener mayor repercusión, pero al fin y al cabo lo que cuenta es el sonido final.
T.M.C.: ¿Cómo es trabajar con Jorge?
G: Es muy estresante. El caso es que nosotros le cogimos cuando iba a empezar con ‘3’, y su tiempo era limitado. Si lo hacíamos, era en ese momento, o teníamos que esperar un montón de tiempo. Es un tio hiperactivo; aparte de su disco, está produciendo varios más, atendiendo llamadas, con compromisos… Tiene muchísima paciencia, dando vueltas a las cosas hasta que quedan bien.
C: Aprendes un montón con él.
T.M.C.: Seguimos con nombres propios ¿Cómo surge la colaboración de Germán?
K: Le conozco desde hace un tiempo, y una vez, en Metrorock, un poco a broma, hablamos de hacer alguna vez algo. La colaboración era una idea clara, para aportar variedad y trampolín a otro público. Siempre me han gustado sus letras y su manera de focalizar las cosas, y quería colaborar con él; era la persona principal para hacerlo, aunque teníamos dudas de si iba a poder hacerlo o no…
G: Cuando salió su nombre todos dijimos ‘SÍ!’
K: Era el cantante idóneo, encajaba perfectamente y le gustó mucho el proyecto. Podría ser el vocal de este grupo sin problema.
T.M.C.: ¿A quién creéis que está destinada vuestra música?
G: Yo creo que está abierto a un poco de todo.
K: Incluso gente ajena al rock o al metal, le gusta el disco. El abanico es muy amplio. Vengas de donde vengas y escuches lo que escuches, hay una parte del disco que te va a gustar.
G: Eso sí, según tus gustos, puede gustarte más algún tema u otro. No es metal muy cañero, ni blandito… pero hay de todo.
T.M.C.: ¿Cómo entra Fabri al grupo?
K: Después de dar mucho el coñazo (risas)
G: Buscamos e hicimos pruebas antes de grabar, pero era complicado encontrar a un tío que le guste tu música, con personalidad, que nos guste como toque, que encaje… El disco iba a ser grabado para una guitarra y con algún arreglo, pero Jorge nos comentó la idea de meter a otro para currarse todo más; nos pasaron una lista, le llamamos, vino a probar y…
T.M.C.: ¿Todas las guitarras en estudio son tuyas?
G: No, todas no. Los solos son de Jorge, y algún adorno más hay por ahí. Y bueno, llegó al local, probó, y lo supimos desde el principio.
K: Buscábamos alguien que encajara con nosotros, con la atmósfera y buen rollo que habíamos creado nosotros cuatro los meses anteriores. Nos sorprende cada día más tanto como persona como por músico.
T.M.C.: Fabri, que aportas en directo al grupo
Fabri: Bueno, yo vengo de tocar en bandas heavy metal, será por diferencia de edad y de estilos, pero yo tengo mi estilo distinto. Me gusta el grunge, el funk y más estilos; aporto un toque de heavy ochentero, y me gusta mucho transmitir cuando toco. Me considero un fan, y cuando voy a ver a un concierto, quiero ver esa combinación de show y de música.
T.M.C.: ¿La industria musical está metida en un Caos Interno?
K: Mas que la industria, los grupos. El caos lo tenemos nosotros, las bandas. La industria está mal, pero a la larga los perjudicados somos nosotros. Hemos tenido problema de distribución en la salida del disco, sin ir más lejos…
T.M.C.: ¿Hay un Ayer y hoy en el mundo de la música?
R: Internet.
G: Está claro, pero aparte de eso, de un tiempo a esta parte, la gente está mucho más abierta a estilos musicales a ahora.
K: Antes la gente hacía cola para comprar un disco, y ahora se despierta temprano para meterse en myspace y mirar estrenos varios. Se ha perdido el fetichismo en ese aspecto. Lo más alarmante es que se nota a la hora de mover a gente a los conciertos, que le cuesta mucho ir.
T.M.C.: ¿No creéis que el público se mantiene a la expectativa durante los bolos?
K: Bueno… a veces incluso se mantiene a la defensiva, pero dependiendo de los grupos, ¿eh? Si son grupos de fuera o nuevos, puede que sí; pero por ejemplo nosotros hemos visto conciertos de Skizoo donde al menos una minoría de los que van se desviven por ellos.
T.M.C.: ¿Alguien tiene la llave para dar un giro de 180º y que el mundo de la música no se quede condenado?
C: Los grupos en España no están tan mal y cada uno tiene su llave, pero tienen que dejar abrir las puertas…
K: La llave la tiene todo el mundo, solo que la gente no se lo curra y no abre puertas. El público la tiene, porque es lo que da la vida a un grupo. Este es un mundo de mucha dedicación y trabajo, y si la gente ve poca recompensa al estar tan difícil todo, pues ni se juega tanto, ni se lo curra tanto.
C: Es que mira la industria, los 40 y poco más. Que deciden que en este momento poner un grupo de moda, a dejarlo unos cuantos años ahí, rodeado de artistas como Nek y derivados.
T.M.C.: ¿Un día pensasteis que llegaba este momento, de tener vuestro disco y presentarlo en vuestra ciudad?
G: Ese es el secreto. Cuando empiezas a tocar siempre te lo planteas, y por fin ha llegado ese momento.
K: Se pasan por etapas jodidas, personales, de cambios de grupo y demás, pero hay que planteárselo para conseguirlo.
F: En realidad los triunfos son sueños, si no crees en que va a pasar… Es todo trabajo, hay llaves para abrir esa puerta, y hay gente cómoda que prefiere quedarse al otro lado.
T.M.C.: Eso tendría lógica con el complejo de inferioridad respecto a lo de fuera…
G: En el fondo es absurdo, porque juegas en casa. Vale, hay muchos grupos con proyección internacional, pero si poco a poco lo trabajas, te vas ganando a gente y lo sigues haciendo, dará sus frutos. Hay que subirse al escenario creyéndote lo que haces.
K: Hay muchísimas bandas en underground que no llegan a más por esa falta de actitud, el creerte tu propia puesta de escena.
T.M.C.: Yo creo que a veces falla más la actitud del público, antes que la de los grupos.
K: Pero es que el grupo tiene que dar, tiene que ofrecer algo y que el sentimiento sea recíproco.
G: Pero si la gente no ve que tu nombre no se mueve a través de esos medios, quizá no te terminan de tomar en serio. Nosotros que últimamente nos hemos movido mucho por myspace, lo notamos.
K: Últimamente tenemos un gran número de visitas. Te vas haciendo una idea a tiempo real con los mensajes de la gente.
T.M.C.: ¿Que me podéis decir de las fotos promocionales?
K: Queríamos un simbolismo con el grupo, y jugar con el horizonte, la naturaleza, desierto, el nombre del grupo… Sergio ha hecho un gran trabajo, han quedado muy elegantes, y estamos muy contentos con ellas.
T.M.C.: Algo que añadir a nuestros lectores…
G: Que la gente vaya a los conciertos, compre nuestro disco, y que lo pasen muy bien.
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