Evanescence: Evanescence

Cinco años ha tardado EVANESCENCE en volver al panorama musical tras publicar en el año 2006 ‘The Open Door’; este es solo su tercer disco en ocho años… El pelotazo que pegaron con ‘Fallen’ fue desmesurado, amparado en el éxito comercial del single ‘Bring Me To Life’ y numerosas nominaciones a los Grammy, llegando a ganar en alguna de las categorías. Pero tras la tempestad llegó la calma, y las aguas volvieron a su cauce, dejando tras de sí una legión de seguidores de rock/metal de grupos con voz femenina al frente.

No es que el grupo de Amy Lee fuera mejor o peor que otros, pero está claro que la atracción mediática que tuvieron en su momento, hizo que muchos grupos se beneficiaran de ella, incluso algunos que llevaban ya años en este mundillo. El problema fue las malditas etiquetas (una vez más), y quien se encargó de calificarlos de metal gótico, cuando distaban mucho de dicho estilo. Tras varios cambios de formación antes y después de la salida de su segundo trabajo, el grupo desapareció del mapa un tiempo, para volver a la actividad poco a poco y de manera muy lenta. Es por eso que la expectación que ha causado este álbum homónimo no es tan grande como se esperaba. Hay grupos que tienen un momento de fama enorme, y pasado un tiempo mucha gente se olvida de ellos; no digo que sea el caso concreto de EVANESCENCE, pero el tirón que tenían hace años ha variado mucho con respecto a los tiempos que corren.

‘What You Want’, el primer single de adelanto al que le sucedió su videoclip cumplía su función de traer al grupo de vuelta, pero escuchando el disco al completo, no llega a ser la mejor de las presentaciones. Se trata de un tema típico y simple que busca el gancho fácil, pero no llegar a conseguirlo del todo. De hecho, el disco mejora mucho tras ese primer corte con las guitarras pesadas de ‘Made of Stone’ (que pronto dejan paso a la protagonista del grupo, la voz de Lee), y sobre todo con ‘The Change’, totalmente atrayente y que atrapa con sus melodías de voz. Los arreglos de teclado tienen mucha importancia en canciones como ‘My Heart is Broken’ o ‘Erase This’, algo más rápida. Como era de esperar, Amy tiene hueco para lucimiento personal en un par de baladas, ‘Lost in Paradise’ y ‘Swimming Home’. El punto negativo es que algunas canciones están muy estructuradas, dejando guitarrazos al principio y en ocasiones puntuales (‘End of the Dream’, ‘Never Go Back’, ‘The Other Side’…), para dejar casi sola a su vocalista cuando entra en acción, y que esta llega a pecar a veces de efectos y voces dobladas, que ya se sabe que esto después en directo no llega a funcionar. En cuanto al sonido del grupo, impecable, habiendo contado para la producción con Nick Raskulinecz (ALICE IN CHAINS, STONE SOUR, DEFTONES…), un productor al que están recurriendo muchos grupos actualmente.

Buena vuelta, aunque les pese a muchos. Parece que puede haber venido bien ese parón relative que pusieron para que la presión que tengan no sea tan alta. Lo que es seguro es que seguirán levantando esa división de opiniones de amor/odio entre el público; aunque ya se sabe que si hay gente cuyos argumentos caen por su propio peso a la hora de criticar, y se toman su tiempo en ello en vez de pasar del tema, es porque el grupo está haciendo algo bien.