Grandísima expectativa la levantada por este European Carnage Tour 2011 que junta en los escenarios a dos de las bandas más míticas de la historia del heavy metal. A falta del Big Four, que otra vez se queda sin pasar por nuestro país (o al menos eso parece) el público acudió ayer en masa a la madrileña sala La Riviera, que pocas veces ha presentado un aspecto tan imponente. Las largas colas antes de la apertura de puertas ya hacían presagiar un lleno absoluto desde primera hora. No es para menos, pues pocas veces se puede disfrutar de dos bandas de semejante calibre compartiendo escenario en una sala de estas dimensiones. Estábamos pues ayer ante la primera de una serie de citas históricas que recorren esta semana la península, y el resultado mereció la pena. Y con creces. Cierto es que la entrada no era barata, que ambas formaciones estuvieron el verano pasado en Madrid en el festival Sonisphere, y que quizas un Lunes, dia laborable cercano además a fin de mes, no era la fecha mas acertada. Pero con todo y con eso, no cabía ni un alfiler en la sala.

Abrían la velada sobre las 19.30 los españoles Ángelus Apatrida, banda revelación del año dentro del panorama. Y es que mas de diez años tocando juntos poco a poco van dando sus frutos. Lejos de amilanarse, los de Albacete salieron a por todas, y a pesar de tener que tocar casi a oscuras y con el sonido algo limitado (Es lo que tiene ser telonero de grandes estrellas) se comieron literalmente la sala, que ya presentaba una buena entrada. Con un público entregado, los manchegos y su thrash metal técnico y crudo dejaron el pabellón español a gran altura. Una oportunidad de lujo que no desaprovecharon y que seguro les ayuda a captar nuevos adeptos. Además del orgullo de poder compartir escenario de dos bandas que son clara referencia para ellos. Disfrutaron como niños y eso se noto a lo largo de su sobresaliente actuación.

Poco más de una hora más tarde y con un rapido cambio de backline (Sorprendente la eficacia del equipo técnico que tuvo que cambiar tres veces el escenario por completo, incluyendo la batería y los muros de pantallas Marshall, en un tiempo record) hacian su aparición Megadeth. Con los acordes de “Trust” salen a escena Dave Ellefson y Chris Broderick, con una sala completamente volcada que estalla cuando el señor Mustaine entra en escena con su flying V de doble mastil. Impresionante acogida, a la que la banda responde con una ejecución magistral y un sonido magnifico, claro y contundente al mismo tiempo. Inmediatamente después, y casi si tiempo para respirar, atacan con “My darkest hour”, y ya tienen al público en el bolsillo.

De todas las oportunidades que he tenido de ver a Megadeth en directo, esta ha sido sin duda una de las más completas, a pesar de que la voz de Mustaine cada vez esta para menos trotes. El sonido espectácular, la ejecución magistral de los temas y la actitud de Broderick (poco a poco este guitarrista va a hacer olvidar al mitico Marty Friedman y si no, al tiempo) y de Ellefson, que parece estar viviendo su segunda juventud, cuadran una actuación casi perfecta. Y digo casi porque, a pesar de su carisma y de su enorme calidad como interprete a la guitarra, a Mustaine se le van notando los años. A pesar de que fue bastante mejor su actuación esta noche que la del pasado Sonisphere, empieza a ser una sombra de lo que fue, sobre todo en sus labores como vocalista. Menos mal que anoche el público, extramotivado, le apoyó coreando cada una de las canciones.

Tras un pequeño bajón con “Head Crusher” o “1320”, llega el turno del final apoteósico con “A tout Le monde”, “Swetting Bullets”, “Symphony of destruction” y “Peace Sells…”. Casi nada. La banda se retira, y ante la mirada atónita del respetable, que casi no se lo cree, Mustaine vuelve para dar las gracias y se lanza con los acordes de “Holy War…The Punishment Due” para finalizar una actuación digna de recordarse.

Y sobre las 22.00 horas, se apagan de nuevo las luces, se llena el escenario de humo, y suenan los acordes de “World Painted Blood” para dar entrada a Tom Araya y los suyos. Lo de esta banda es digno de admiración. Es dificil entender como se puede estar treinta años repartiendo cera de esta manera y no desfallecer en el intento. Da igual las veces que uno vaya a ver un concierto de Slayer (que por suerte se prodigan bastante por nuestras tierras) y da igual que sea en un pabellón, en un festival al aire libre o en la Riviera. El resultado siempre es igual de bestia, e igual de bueno. Porque Slayer es caña, Thrash metal puro y duro, sin artificios, sin arreglos grandilocuentes, más cercano casi al punk que al heavy metal, y siempre efectivo. No me quiero imaginar como debían estar los chavales del centro de la sala en medio del infierno desatado por los californianos, pero lo que esta claro es que no tuvieron ninguna oportunidad de coger aliento. “Dead Skin Mask”, “Postmortem”, “The Antichrist” o incluso la novedosa “Americon” sonaron como una apisonadora sin ningun tipo de piedad.

Por ponerle algún pero, el sonido durante su actuación perdio la nitidez que tuvo durante el show de Megadeth, si bien gano en contundencia, y el show pudo resultar algo monótono para los que no estaban luchando por sobrevivir en los pogos hacia la mitad del show, si bien levanto con un final apoteósico con “South of Heaven” seguida de un medley de “Raining Blood” con “Black Magic” y terminando con el Sempiterno “Angel of Death” para deleite de las más de 2000 personas que abarrotaban la Riviera.

Musicalmente, a parte de Kerry King, que es una bestia,y de Araya, que mantiene un registro vocal admirable a pesar de haber estado de baja algun tiempo, merece mención especial el maestro Dave Lombardo, que es un fenómeno de la naturaleza en toda regla. Dificil de igualar la calidad de este percusionista que no desfallece ni un instante y que es el motor que mueve la maquinaria de esta banda como si fuera un metronomo humano. Sólo que a una velocidad endiablada. Sencillamente impresionante. Destacar también la labor de Gary Holt a las seis cuerdas, que hace que la baja de Jeff Hanneman sea practicamente imperceptible.

En definitiva, un maravilloso concierto de Thrash Metal de toda la vida que merece la pena ver, así que ya sabéis, no dejéis pasar la oportunidad los próximos días si alguna fecha os pilla cerca de casa. No os arrepentiréis

Texto y Fotos: Javier Bragado

Promotor:Rock N Rock

Asistentes:2000

Día:28/03/2011

Sala:La Riviera

Ciudad:Madrid

Puntuación:9