Noche de brujas en el mosh pit

Lentamente parece que volvemos a recuperar el ritmo de vida que teníamos hace dos años. A pesar de que las bandas americanas continúan aplazando para 2023 muchas de sus giras, cada vez son más los grupos internacionales que amplían el calendario de conciertos y nos hacen ir olvidando la pesadilla que hemos vivido desde marzo de 2020. Una pesadilla de la que aún quedan rastros por todas las esquinas, y que sigue castigando a su manera, a la cultura general y a las actuaciones en directo en particular.

El Double The Metal Tour que aquí se relata, sufrió la pérdida de audiencia que aun acarrean todos los bolos que se escapan del ámbito masivo. La de Nervosa y Burning Witches era una fecha que en otro momento dado, y teniendo en cuenta la creciente popularidad que atesoran ambas bandas, podría haber resultado un exitazo, pero el miedo al coronavirus volvió a rebajar las expectativas, haciendo que la sala se mantuviese lejos de acabar el papel.

SystemHouse33 y Warfect arrancan motores

Empezó SystemHouse33, una formación que lleva más de diez años descargando thrash groove en el underground absoluto que le confiere su procedencia, pero que ya cuenta con tres LPs en su haber y sobre la Stage Live demostró que tiene tablas y espíritu como para dar que hablar. Su fórmula recuerda lejanamente la que emplean grandes como Lamb Of God pero pasados por el tamiz del thrash más furioso y sirvió para contentar a los asistentes, que iban entrando poco a poco.

SystemHouse33 (Foto: Unai Endemaño)

Warfect por su parte son otra sólida formación de thrash metal sueco, que también lleva unos cuantos años batallando y que poco a poco parece que va metiendo cabeza en el poblado panorama metálico europeo. La suya fue una actuación verdaderamente convincente con reminiscencias a los mejores Slayer o a los Sepultura de los inicios. Su contundencia les sitúa más cerca del death que del thrash y su puesta en escena, tan sobria como efectiva, es toda una declaración de intenciones frente a los excesos visuales por los que abogan otros. 

Warfect (Foto: Unai Endemaño)

Su comparecencia se vio limitada en cuanto a espacio por el backline de las cabezas de cartel, pero aun así supieron dar en el centro del corazón de todos los thrashers que por allí pululaban. Con temas tan coreables como “Hail Ceasar” o “Pestilence”, supieron vencer las adversidades, gozaron de un sonido cristalino y no aflojaron ni un segundo en los poco más de treinta minutos que les tocó repartir. Es fácil imaginarse, que a poco que tengan un poco de suerte en esto de la música, su nombre puede que llegue a algún sitio. 

Warfect (Foto: Unai Endemaño)

Cuando los teloneros terminaron se produjo un importante paréntesis. Ese que diferencia a las bandas que tocan, y a aquellas a las que la gente ha ido a ver. La última vez que Nervosa actuaron en Euskadi aun lo hicieron con Fernanda liderando el combo, por lo que las dudas sobre cómo funcionaría la formación en directo, eran recurrentes. Mucha gente recordando la espectacular impronta de la bajista brasileña, mientras que comparaban sus anteriores trabajos, con el último redondo editado por la nueva formación.

Las nuevas Nervosa atacan Bilbao

En cuanto “Kings Of Domination” dio el pistoletazo de salida, casi todas las interrogantes quedaron disipadas de un plumazo. Nervosa siguen siendo una máquina de hacer thrash metal simple, directa y efectiva. Con Diva Satanica en el papel estelar de la función, el combo pisó el acelerador desde el principio y rápidamente demostró que no ha perdido un ápice de autenticidad con su metamorfosis. 

Nervosa (Foto: Unai Endemaño)

Esgrimiendo desde el arranque varios cortes de su último trabajo, tuvo que ser el primero de sus clásicos, el que incendiara la sala. De esta manera “Death”, con su latiguero estribillo cantado por todos los asistentes, fue el que puso el concierto en el siguiente nivel. “Time To Fight” continuó acelerando los tiempos y sin que tuviésemos demasiado margen de maniobra, el celebérrimo “Into The Moshpit” consiguió que fueran unos cuantos los que se animasen a olvidar por completo  las distancias de seguridad, en pos del choque fraternal. 

Nervosa (Foto: Unai Endemaño)

Los nuevos fichajes de la base rítmica también llamaron la atención, con especial mención para Eleni Nota tras los parches, quien demostró tener una pegada explosiva y hasta se marcó un breve solo de batera. Un solo tras el que Diva presentó a sus compañeras, enlazando con un macarra “Rebel Soul”, otro de los grandes momentos de la velada, poco antes de que decidieran dejar las tablas, con dos pepinazos como “Guided By Evil” y “Under The Ruins” marcando el paso. Sin duda una actuación que sigue manteniendo intacta, la fama de Nervosa como banda de directo infalible. 

Burning Witches: otro estreno frenético

Cambiando al cuarto y definitivo plato de la noche, los telones y la puesta en escena más clásica comenzaron a poblar el escenario. Estaba claro que la producción que arrastran Burning Witches ha crecido infinitamente en los poco más de cinco años que llevan como banda. Un aumento de popularidad asombroso, que grupos que llevan treinta años en esto, no han visto ni verán jamás, es el que viven ahora mismo las brujas suizas. Una formación que sin duda apareció en el momento adecuado y supo hacerse un hueco en un mercado que suele tener miedo a renovarse. 

Burning Witches (Foto: Unai Endemaño)

Envueltas en humo, y con ventiladores haciendo volar sus largas cabelleras, desenfundaron rápidamente sus “Wings Of Steel”, dejando claro desde el principio, como a pesar de estar metidas en un tour de thrash metal, su propuesta era lo suficientemente cañera como para no desentonar en absoluto. Algunos espectadores, no lo consideraron así, ya que fueron unos pocos los que dejaron la Stage Live una vez que Nervosa hubieron terminado de repartir. 

Todas las miradas se posaron desde el minuto uno en la espectacular Laura Guldemond, una cantante que rápidamente hizo olvidar a Seraina Telli, la mujer que puso voz a los dos primeros trabajos de las brujas y con la que vinieron a Euskadi la primera vez que la mayoría pudimos verlas. Su torrente de voz, su entrega en directo y su facilidad para llevar la batuta, la hicieron protagonista absoluta durante la hora que ejercieron. 

Burning Witches (Foto: Unai Endemaño)

Intercalaron muy hábilmente cortes de sus cuatro trabajos, aunque personalmente creo que impactaron sobre todo con “We Stand As One”, “Black Widow” y como no, con el tema que les da nombre como banda. Un corte con el que de hecho remataron magistralmente una actuación que a más de uno se nos hizo corta, pero que dejó un excelente regusto. Una buena comparecencia situada curiosamente en la semana en la que se celebra el día internacional de la mujer, y que demostró una vez más, como el papel de las féminas en el metal, es cada día más importante.