O al menos esa era la sensación que se percibía en el ambiente, los días posteriores a la salida de “Re-Load” (1997). Si “Load” (1996) había disgustado a la parroquia más purista del género, ni que decir tiene que su continuación tampoco fue del agrado de estos. “Re-Load” fue menospreciado por la gran mayoría. Para quienes quedaron desencantados con el cambio de estilo que la banda había experimentado a mediados de los noventa, esta nueva entrega no era más que una excusa para seguir poniéndolos a caldo.

O al menos esa era la sensación que se percibía en el ambiente, los días posteriores a la salida de “Re-Load” (1997). Si “Load” (1996) había disgustado a la parroquia más purista del género, ni que decir tiene que su continuación tampoco fue del agrado de estos. METALLICA, ya habían destapado la caja de Pandora con el anterior lanzamiento, gracias a sus cortes de pelo y la nueva dirección artística de sus composiciones, con lo cual, tal vez muchos esperaban una vuelta a las raíces con “Re-Load”, cosa que no sucedió. O al menos no como la gran mayoría esperaba. Los trece cortes que lo componen siguen siendo densos, algo más “extremos”, según comentaba el propio James Hetfield en las entrevistas promocionales, y con una producción mejorada, respecto a la del predecesor, mucho más cercana a la del disco negro de 1991.

Como todos sabréis, los temas de “Load” y “Re-Load” están compuestos en el mismo periodo de tiempo, pero fueron sacados a la luz con un año de por medio. Randy Staub se ocupó nuevamente de la grabación, en los estudios The Plant (California), con el productor Bob Rock a los mandos, junto a la inestimable ayuda de Hetfield y Ulrich. Así es como se dio forma a “Re-Load”, otra hostia en las pelotas de los más tradicionalistas y cerrados de mente. Un disco que salió a la venta en noviembre de 1997, cuya portada corría de nuevo a cargo del polémico Andrés Serrano, esta vez rescatada de un cuadro de 1987, que lleva por título “Piss And Blood XXVI”. El logo, seguía siendo horrible, encabezando una portada no demasiado atractiva, la verdad. En cuanto al interior del libreto, esta vez, teníamos fotos de la banda en directo, extraídas de la gira “Load”, y tomadas por Anton Corbijn.

Y en lo referente al contenido, ¿qué aporta “Re-Load”? Pues, en mi sincera opinión, aporta un sonido más refinado, respecto a “Load”, a la par que metálico. Recuerdo acabar de comprarme el CD y, tras la primera escucha, alucinar con la pegada de “Devil’s Dance”, por ejemplo. Un tema muy BLACK SABBATH, con una línea de bajo tremenda. También me dejó perplejo el single, “The Memory Remains”, sobre todo por esos coros extrañísimos de Marianne Faithfull: “¡La, la, la, la, laaa, laaa, laaaa…!”. A pesar de todo, reconozco que es un genial medio tiempo. Muy BLACK SABBATH también. A su vez, “Low Man’s Lyric”, es otra de las que capta nuestra atención de buenas a primeras: ¿Un Hurdy-Gurdy en METALLICA, qué carajo pinta? Sí amigos, con “Re-Load”, METALLICA sacaron a la luz su lado más folk, influidos por bandas como THIN LIZZY, LYNYRD SKYNYRD o incluso Bob Seger, artistas a los que rendirían tributo en el posterior “Garage Inc”, de 1998. Con los años, todos han quedado rendidos a los pies de ese genial “Whiskey In The Jar”, incluso, gracias a la versión, se entendió mejor el concepto de “Low Man’s Lyric”, pero, no olvidemos que, en aquella época, escoció mucho ver a METALLICA en esas tesituras.

También fue elegido como single el tema “Fuel”, una canción con inusual arranque, que ya venían interpretando los de San Francisco en directo durante la gira “Load”. La canción, representaba una buena muestra de la pasión que Hetfield siente por la gasolina y la velocidad. No en vano, fue en ese periodo en el que empezó a tatuarse motivos relacionados con la mecánica y el imaginario motero. De hecho, fue a partir de “Re-Load” que el frontman empezó a redefinir su estética hacia lo que es hoy. Una personalísima imagen que ya nadie cuestiona por el hecho de llevar el pelo corto. Y por último, “The Unforgiven II”, fue elegido como tercer single. Eso es; ¡con un par! No se les ocurre otra a METALLICA que darle continuación a aquel intocable “The Unforgiven”, del homónimo “Metallica”. ¡Una nueva ofensa para los fans más acérrimos! Sea como fuere, el tema mola. En mi opinión, mil veces mejor que la tercera parte que incluyeron en “Death Magnetic” (2008).

Hasta aquí hemos hablado de los cortes más destacables, así que vamos ahora a dar una pincelada al resto del disco. “Better Than You”, por ejemplo, es una de esas que pasa bastante desapercibida, aunque no es mala del todo, al igual que “Slither”, que viene a ser un “Devil’s Dance” con un tempo más alto; dos temas que sirven de puente hasta que llegamos a “Carpe Diem Baby”. Aquí nos topamos con un interesante medio tiempo, que bien podría haber formado parte del anterior disco, gracias a su densidad. “Carpe Diem Baby” es mucho mejor que la siguiente “Bad Seed”, tal vez una de las más flojas de “Re-Load”. Le sigue “Where The Wild Things Are”, un tema oscuro que con el título lo dice todo. A destacar la batería in-crescendo y el wami de Hammett, recurso que ya empezaba a ser habitual en él a esas alturas de la película. “Prince Charming”, por su parte, nos devuelve la velocidad. Un tema en la línea de “Fuel”, que pasa bien, al igual que “Attitude”, con ese enérgico riff de guitarra. Y para terminar, un “Fixxxer” que le viene a METALLICA como anillo al dedo para echar el cierre al disco. De nuevo, un tema muy BLACK SABBATH.

https://www.youtube.com/watch?v=DlBoDsUsHrU

Como era de esperar, “Re-Load” fue menospreciado por la gran mayoría. Para quienes quedaron desencantados con el cambio de estilo que la banda había experimentado a mediados de los noventa, esta nueva entrega no era más que una excusa para seguir poniéndolos a caldo. METALLICA, llevaban un año soportando reproches, así que, imagino, tenían muchas esperanzas puestas en “Re-Load”. Tras su edición, hicieron varias presentaciones en pequeñas salas, como el Docks Club, de Hamburgo. Un concierto que fue televisado, y en el que pudimos percibir a unos METALLICA visiblemente enfadados con el mundo. Por lo que a mí respecta, si os soy sincero, a pesar del mejor sonido, pienso que “Re-Load” quedó un pasito por detrás de “Load”. Visto con detenimiento, parece ser un disco contenedor de lo desechado en “Load”. Por mucho que la banda nos vendiera a ambos como disco doble, con un año de por medio, “Re-Load” no deja de ser un álbum con material reciclado. Y eso es peligroso. La mejor producción y el abuso de medios tiempos, en cierto modo, logró que “Re-Load” sonara más heavy, así que, en ese aspecto, algún sector de la crítica quedó satisfecho. Pero, como suele ser habitual, no es oro todo lo que reluce. Si me dieran a escoger, aunque tengo especial cariño por el que aquí nos ha ocupado, me quedo con “Load”.