Confieso y es triste decirlo que esta iba a ser la primera vez que veía a los legendarios Mötorhead en directo. Las expectativas eran altas y se cumplieron con creces ya que no estamos hablando de la típica banda que en estudio suena genial ( ya sabemos los milagros que puede hacer una buena producción ) y en directo son decepcionantes, sino de unas tablas sobre el escenario que sólo las dan la experiencia y el carisma de bandas realmente auténticas como puede ser Saxon, cualquiera que los haya visto sabe a lo que me refiero. La cita era la sala Razzmataz 1 y el motivo no era ninguno en especial ya que desde la salida del disco “Hammered” no han vuelto a sacar nada, pero bueno cualquier cosa vale, aunque sea la pasta, para que Mötorhead nos digne con su presencia. En la sala se podía apreciar una mezcla muy heterogénea de público, heavys, moteros, punkis… ya sabemos que Mötorhead ha sido un icono para diferentes tribus urbanas y es lógico que en sus conciertos se de esa convivencia de estilos dispares, eso si sin malos rollos porque allí todos íbamos a lo mismo, a disfrutar con lo que nos iba a ofrecer la banda.

Los teloneros fueron un buen aperitivo para lo que se avecinaba esa noche, buenos temas de Rock n ´Roll , muy en la onda Mötorhead. Me gusto especialmente el registro de voz del cantante que recordaba en muchas ocasiones al genial Ian Astbury (The Cult), pero que quizá no sonó todo lo bien debería. En cualquier caso un concierto entretenido y que dejó un buen sabor de boca.

Una enorme batería en el centro y grandes pilas de amplificadores con la bandera de Mötorhead al fondo, conformaban un escenario que se iba a llenar del todo hasta saciarse, con la irrupción de tan sólo tres figuras : Lemmy Kilminster, Mikkey Dee y Phil Campbell. La primera aportación de la noche no podía ser otra que “We are Mötorhead”, toda una declaración de principios que en boca de Lemmy con su voz peculiar resulta realmente intimidatoria porque sí, ellos son Mötorhead y nos iban “a patear el culo” a todas con una fórmula simple pero contundente llamada Rock n´ Roll.

Lemmy es un personaje controvertido que sabe transmitir con su actitud prácticamente lo mismo que con su música, es decir, una dureza y contundencia asombrosa. Seguro que al pensar en él la primera imagen que se te viene a la cabeza es su típica pose altiva tocando el bajo y, de hecho, esta fue la que mantuvo a lo largo de todo el concierto, impasible y ganándose a cada momento el respeto de la audiencia.

Continuaron con “No class” un clásico de su LP “Overkill”que siguió encendiendo los ánimos. Tras un par de temas más, “Shoot you in back” y “Civil war”, le llegó el turno a la versión de los Pistols, la archiconocida “God save the queen” que el público agradeció sobre todo un sector que ya os podeis imaginar. Lo cierto es que a mi también me gusta como suena este tema en manos de Mötorhead y en directo mucho más.

“Metropolis” fue otro de los clásicos que sonaron, tema cuya letra está basada en la película de Fritz Lang donde se da la visión decadente de un futuro donde el individualismo del ser humano no existe como tal. Dejando un poco de lado los temas más antiguos sonó “Doctor rock” de su último álbum “Hammered”, con un sonido más rockero. Después Lemmy se puso serio, más aún si cabe, para presentar el tema dedicado a Joey y Dee Dee Ramone expresando su admiración por ellos y demostrándolo con una ejecución perfecta de la canción “Ramones”. Quizá se puede decir que hubo un antes y un después en el concierto de Mötorhead y ese punto de inflexión fue “Sacrifice”, todo un temazo del álbum del mismo título que fue la descarga necesaria para encender a un público con ciertos altibajos de entusiasmo. Personalmente me quedé literalmente alucinada con el solo de batería que se marcó Mikkey Dee y creo que no fui la única. Es cierto que no se le puede comparar en cuanto a solos con baterías más técnicos como Mike Portnoy, quizá en cuanto a dureza si con Mike Terrana, pero es otra historia, es una apisonadora, su sonido es demoledor y efectista, sin grandes alardes con una potencia ensordecedora que te mantiene los ojos abiertos como platos mientras observas la velocidad con la que se suceden los golpes de baqueta. Realmente impresionante.

Otro de los grandes momentos de la noche fue la esperadísima por mi parte “Killed by death”, uno de los temas más heavys que han hecho Mötorhead, llámalo si quieres más comercial, y que fue muy bien recibido por un público que poco a poco se iba entregando más. A esta altura de la noche ya me había dado cuenta de que escuchar Mötorhead y verles en directo no tiene nada que ver, es una banda que te puede gustar más o menos pero de seguro no te irás de cualquiera de sus conciertos con la sensación de haber desperdiciado tu tiempo. La razón es porque es un grupo hecho para el directo, es sobre las tablas donde se ve el porqué Mötorhead ocupan el lugar que ocupan entre los grupos de culto, no se puede pedir más sobre un escenario a tres tíos de una edad considerable.

El concierto se acercaba a su fin y tras la corta espera de rigor, entre los bises surgió el clásico entre los clásicos que es “Ace of spades” haciendo las delicias del respetable; y por supuesto, el brillante broche final “Overkill”, atronadora, que concluyó con el señor Lemmy subiendo el volumen de los altavoces y prolongando el sonido estridente que tan “agradablemente” se colaba por nuestros oídos.

Como suele pasar en todos los conciertos se echaron en falta temas que suelen ser fijos en sus set list como son “Bomber” y “Orgasmatron”, pero lo que sonó sonó muy bien y es inevitable que se queden temas fuera para introducir un elemento innovador, aunque sea en pequeña escala, en sus giras.

En definitiva, salí de la sala con la sensación de haber cumplido ya que pude comprobar por mi misma como se las gastan en directo y la próxima vez que vengan no pienso perder la oportunidad de disfrutar de nuevo con la autenticidad de Mötorhead.

Leticia Morán

Datos:

Razzmatazz 1
Barcelona
Promotor: N.D.
Publico: N.D.

Día:26/10/2003

Puntuación:8