Conciertos como estos son los que mantienen viva la llama de esta música entre sus fieles y dan vidilla a una escena que no puede vivir y depender únicamente de los grandes nombres y grandes festivales. Por desgracia, esa escena Underground tan viva y saneada en otros países aquí goza de una salud muy débil, algo que no es nuevo y que viene sucediendo desde tiempos remotos. La cultura rockero/metalera de este país es la que es y no parece que los nuevos tiempos y nuevas tecnologías jueguen a su favor y vayan a cambiar las cosas, más bien todo lo contrario. Imagino que tenemos lo que nos merecemos.

Cuando no hacía ni un año que los norteamericanos MANILLA ROAD habían visitado Barcelona por primera vez (Septiembre 2016), la banda comandada por Mark “The Shark” Shelton volvía a la ciudad condal en el marco de la esta nueva gira que conmemora los 40 años en activo de la banda.

Si en su anterior visita ya nos pareció irrisorio que una banda de su envergadura, legado, longevidad y status de culto no fuese capaz ni de congregar a 100 personas en su primera actuación en la capital catalana en 4 décadas de trayectoria, imagínense el la decepción de todos los presentes al ver salir de nuevo a MANILLA ROAD al escenario con apenas 50 personas delante, muy ruidosas y entregadas, pero medio centenar a fin de cuentas, una cifra ridícula se mire como se mire y se intente justificar como se quiera.

No hablamos de una banda cualquiera enterrada por el paso del tiempo y olvidada frente a las nuevas modas y tendencias. En absoluto. MANILLA ROAD encabezan festivales por toda Europa y son tratados como semidioses en países como Alemania, Grecia e Italia, de acorde a una credibilidad intachable tras aguantar 40 años contra viento y marea viéndolas venir editando la friolera de 18 discos de estudio. Los difíciles años 90 ya quedaron atrás y se supone que el género Heavy Metal clásico de toda la vida goza de una salud de hierro en ésta su segunda juventud, y sin embargo formaciones de este tipo son incapaces de congregar a más de 100 personas salvo que toquen en el marco de algún festival montado por alguna asociación, de lo que se extraen varias conclusiones que darían para escribir un artículo y entero y que quizá no vienen a cuento. En cualquier caso, dejémoslo en que el postureo está a la orden del día y para muchos, el parche y la camiseta contabiliza más que el disco o el concierto.

MANILLA ROAD venían acompañados de una joven banda, GRIM COMET, que si mal no recuerdo, ya fue la encargada de abrir los conciertos en su pasada gira del año pasado. Los madrileños venían presentando su nuevo trabajo “God is dead, let’s eat him”, editado hace unos meses por el sello valenciano Art Gates Records y tuvieron que sufrir la difícil papeleta de tocar delante de 20 personas. El panorama era desolador y pese a que poco después la sala cobró un poco más de vida, la cosa nunca llegó a remontar. GRIM COMET dieron un amplio repaso a su LP a base de buen Stoner/Rock con tintes heavies y doomeros, gozando de un notable sonido y gustando que a fin de cuentas es lo que importa. Pese a ser un trío, su propuesta resulta atractiva y goza de buena salud sobre las tablas. Tocará seguirles la pista en años venideros.

Sin mucha dilación, los protagonistas de la noche MANILLA ROAD saltaban a escena para desatar la locura colectiva a base de clásicos del grupo muy bien elegidos dando como resultado un setlist de infarto al que dudo mucho nadie le pusiese ningún pero. Centrado en su casi totalidad en el material clásico del grupo de los 80, los de Kansas arrancaron con “Open the Gates” y “Astronomica”, ambas del mítico “Open the Gates” de 1985 que junto con “Crystal Logic” fueron los álbumes que más temas aportaron al set. La banda estaba en un estado de forma envidiable, con un Mark Shelton pletórico a la guitarra -ya por fin liberado de sus tareas como cantante (apenas se cantó 4 cosillas)-, y un Bryan Patrick en estado de gracia cantando a un nivel altísimo, clavando todas las notas altas una por una, con esa voz de carácter nasal que tanta similitud guarda con la del propio Mark Shelton (la pasada, no la actual, claro. Mark a día de hoy ha perdido el registro de voz que tenía 30 años atrás, quedándole una voz rota más propia de un grupo de Death Metal que de los viejos MANILLA ROAD). Acompañados de Andreas Neuderth a la batería y el joven Phil Ross al bajo, la banda estaba disfrutando sobre el escenario como pocas veces he visto, dándole igual que tuviesen delante a 50 tipos y 5000. Se nota, ante todo, que la formación actual de MANILLA ROAD son una gran familia que sale de gira a pasárselo bien. Mark Shelton es un señor de 60 años a las puertas de la jubilación que ha sabido rodearse de gente que ama el grupo y no toca en él exclusivamente por dinero a modo de mercenarios. Bryan Patrick, pese a haber tomado protagonismo en los últimos tiempos, siempre ha estado en la órbita del grupo, ya fuese como roadie en los 80 más recientemente metiendo voces en algunos discos y cantando en directo cada vez con mayor protagonismo. No tengo muchas referencias de Andreas y Phil, pero está claro que se lo estaban pasando teta tocando temas que seguramente vienen escuchando y disfrutando toda su vida.

MANILLA ROAD prosiguieron repescando viejos himnos del pasado como “Witches Brew”, “The Ninth Wave”, “Mystification”, “Dreams of Eschaton”, “The Ram”, “The Riddle Master”, “Flaming Metal Systems” y los dos clásicos -quizá sus temas más conocidos- con los que cerraron una actuación de 2 horas impecable como fueron (y eran de esperar) “Necropolis” y “Crystal Logic”, sendos cortes coreados hasta tal punto que se escuchaba más al público que al propio Bryan Patrick.

Conciertos como estos son los que mantienen viva la llama de esta música entre sus fieles y dan vidilla a una escena que no puede vivir y depender únicamente de los grandes nombres y grandes festivales. Por desgracia, esa escena Underground tan viva y saneada en otros países aquí goza de una salud muy débil, algo que no es nuevo y que viene sucediendo desde tiempos remotos. La cultura rockero/metalera de este país es la que es y no parece que los nuevos tiempos y nuevas tecnologías jueguen a su favor y vayan a cambiar las cosas, más bien todo lo contrario. Imagino que tenemos lo que nos merecemos.

Promotor:Kivents

Día:17-05-2017

Hora:21:00

Sala:Rocksound

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Grim Comet

Puntuación:8